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rillas, Consfanfino Lacayo, Hilario Selva y su hijo Ere nesfo, Gusfavo Guzmán, Don Nicolás Ubago, Mariano Zelaya y Mr. Alejandro Trefropp, un comerciante alemán.

Se habla mucho de que Don Luis Argüello y Consfantino Marenco fueron a encontrar a Zelaya a la Esfación.

aGOSTO 23

Mucha gente de Granada (de lo principal) va visitar a Zelaya entre ofros Fernando y Manuel La Q

cayo. Voy con mi familia a comer a Jalfeva. Ten – allí un inesperado encuenfro con Santos Zelaya: n~~

cruzamos a la entrada del Restaurante a beneficio d

la parroquia: él entraba y yo salía: apenas nos aae ludamds con una ligera inclinación de cabeza. •

(NOTA: Parecerá extraño a muchos que Zelaya IInduviel'R

asistiendo a fiestas en los precisoa momentos en que dejaba de existir en Masaya Rigoberto Cabezas, con– siderado por muchos como el verdadero reincorpo– rador de la Mosquitia, y persona de viso en las filas del liberalismo. Pero es que Rigoberto había caido del favor oficial y so habíá: retirado al Aventino, y como Cincinato se ocupaba en labores agrícolas des– pués de haber devuelto a su patria una extensa re–

g ión de su territorio. Como se recordará, el Gral. Ca– bezas permaneció en Gl'anada curándose de la herida que recibió al tomal'se el cuartel de Boaco durante la revolución conservadora del 28 de Abril de 1893; ya repuesto de esas heridas fue a terminal' su cm'ación a Masaya, de donde envía la siguiente carta al Jefe Militar· de la Plaza de Granada, carta que por sí sola habla de su pundonor, deSinterés y de su ele– vado patriotismo: Dice así la carta:

AGOSTO 24

, Como Zava~~ m~ invitó para ir a Rivas al casa_ mIento de su hIJO Vicfor, me embarco en El Victoria 90n destino a aquella ciudad. Navegación desagra_ dable tenemos porque se movía mucho el barco y rne puse horriblemente mareado hasta llegar a San JorgO Hospedo en Ri:vas en casa de Isidro Urfecho, La fies: fa qu~ ~on m~tivo de .1;'1 boda esfaba preparada, no se venflca porque muna en la noche Don Jesús Alfa– ra, persona <;le relieve en esia ciudad. Visito a Don Pedro Chamarra que esfuvo gravísimo, A las 10 de la noche se casa Vícfor, pareciome bonita la novia José Andrés Urfecho me presenta a Doña Delfina San: los de Barrios, A las dos de la madrugada rne acuesto.

AGOSTO 25

AGOSTO 26

Muere Jorge Orfega, hijo del difunfo Román 01"

fega con quien· tuve mucha amistad.

Me lee Don Anselmo el nuevo programa de "El Diario Nicaragiíense" que piensa sacarlo el primero de Septiembre enfrante: para nada me gusta el tal programa y me parece mal sobre todo la. parfe en que da a enfender que ya no existe el Parfido Conser-vador. .

Don Francisco Cáceres y Don Anselmo me hablan para que vuelva a la redacción de "El Diario Nicara– güense" y me asocie de nuevo ¡;¡. la Empresa: con– vengo en ello pidiendo un 25 % de las utilidades del negocio y más liberfad de acción en cuanto escriba. A iodo acceden ellos.

A las oncel de la mañana salimos de Rivas para San Jorge. H¡;¡.cemos el viaje en un cochecito de Za– vala en compañia de Cayetano Ibargüen que viene muy mal de su enfermedad del corazón. A las 12

p.m. salimos de San Jorge: vuelvo a marearme corno a la venida. Alejandro Argüello Abaunza habla sin cesar desde que salimos hasfa que llegamos a Grana_ da, y habla sobre todo con Don Anselnlo y Zavala dos personas a quienes él no quiere para nada. Cui: zá !por eso se ~ropuso fastidiarlas.

Va fodavía mucha genfe a Jalfeva, sobre todo por la noche veo ~asar nl,uneroso público.

SEPTIEMBRE 4

Sale el primer número de "El Diario Nicaragüen– se en su terce·ra o cuarfa reaparición..

SEPTIEMBRE ••

SEPTIEMBRE S'

Por la noehe voy al hofel de Los Leones a ver a

Juli¡;¡. Bonilla{ 'amiga mía a quien conocí en San José de Costa Ric~: Me presenia a su marido, el poefa gua– fernalfeco Máximo Sdto Hall, el cual me gusta poco, fís¡'ca e inteiectualmente. Julia siempre bonita y sim– páhca, estuvo muy amable conmigo.

"

V¡'eh~ 'Ía noticia de que a las diez de la mañana de hoy ·6e suicidó en Jinoiega Manuelito Argüello Abaunza. R. CABEZAS).

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Masllya, 1 de Julio de 1893.

Señor General don Agristíl1 Benal'd, Gobernador Militar de Gra'nadil,

Señor:

Por conducto de mi herinano suplique a su auto– l'idad se dignase ordenar nii baja en el cuerpo de su mando. Usted no accedió a mi solicitud fundado en que era de estricta justicia que devengase suel– do mientras restablecía de la herida que l'ecibí al servicio del país, y antes bien, animado de su gene– roso criterio, ordenó que la liquidación de mis servi– cios se hiciese abonándome íntegro, el sueldó de Te– niente COl'onel desde mi pronunciamiento en Boaco. No procedería honradamente si no advirtiese a usted que no poseo ningún despacho militar del Go– bierno de Nicaragua, y que el tratamiento jerárqui– co con que me distinguieron mis compañeros de ar– mas de Boaco, fue más bien a título de amistad que por motivados merecimientos o decreto del silperior, y hube de aceptarlo hasta aquí por las necesidades de la disciplina; pero de ninguna manel'a porque me considerase acreedor a una distinción, que, cómo us– ted sabe, sólo se gana por grandes servicios en la guerra, o ascertdiendo en la paz por la penosa es– cala del Código Militar.

Yo cumplí, en muy humilde lugar por cierto, con el deber que impusierón las circunstancias en aquellos días de prueba para la Patria, en que lo mismo los de la montaña que los de la ciudad; los veteranos como los reclutas, cada uno según sus fuer– zas y donde le tomase el grito de redención, estaba obligado a secundar el esfuel'zo de los caudillos li–

bertadores.

Cumplir con tal deber indeclinable no merece premio especial y sin embarg'o lo que yo hice me ha sido I'emunerado con usura por haber recibido muestras de alta consideración de los Jefes, y haber disfrutado en la Noble y Benemérita Granada, de una por todo extremo hOlll'osísima hospitalidad.

La República nada me debe puesto que no estoy en sel;vicio .activo y mi impedimento físico lo llevo en mi casa sin gastos especiales. Así que, suplico a

usted se sirva acceder a mi solicitud respecto de mi baja y de no verificar la liquidación por un grado que no poseo ni he merecido.

Agradeciendo las l'epetidas muestras de aprecio con que usted me favoreció desde mi llegada a esa y mientras me es dado pel'sonalmente presentarle mis l'espetos, quedo de usted obligado amigo y S. S.