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compañeros de jornada Justinano Pérez y GregOlio Carri/Jo para que lo acomodaran para morir

y le pusieran uha piedla grande como almohada Después dijo d Carrillo

Quítame esas botas que son muy buenas, y que yo no me servirán a mi, porque para donde yo voy, se va descalzo y se entra sin abrigo

Carrillo obedeció a su mandato, y usó por mucho tiempo las botas del Gral Cotón Ya no lo vieron los compañeros mOlÍr, porque el mismo Cotón los despidió con Ulgencia

Cuando me dieron la noticia de esta muelte me plodujo honda tristeza y aún ciérto re– mordimiento en cuanto a cierta broma que le dije a Cotón en días anteriores, y que resultó una profecía y una imprudencia de mi parte Estábamos en una tertulia de campaña y Cotón me dijo doctor Cuadra Pasos, usted va a ser gran "tiliche" en el Gobierno revolucionario, digCJme qué quiere para mí Le contesté medio en ser io medio en broma Hombre Cotón, lo conve–

niente seria que murielOs en lo toma de Managua, pOlque quien te aguonta cuando yo seas

hombre de Gobierno Y al ver que se cumplía francamente me mordí la lengua y pensé, ctJán–

to cuidado se debe tener en soltar frases medio en serio, a que somos aficionados los gtrlnadinos

y que producen disgustos y Se tornan imprudencias

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Gral Mena no se entretuvo en fiestas, y lesueltamente avanZó a Granada llegando

1.!.A- en virtud de algunas escaramuzas hasta la costa del río Tipitapó en él Paso de Pana– loya Por el 11c1l'nado de Mena los generales Estlada y Chamono avanz%n hasta la hacienda El RUto en la región de Melacatoya

Aquí tuvo el Grol José María Moncada uno lucidcJ y arriesgada idea estratégica; Más

CJI ribo del río Tipitopa lo pasó con un batallón y se fue di, ectomcnte hado Mombacho

Cuando el ejército del Gral 7oledo que defendió el Poso de Ptlho/óya vio C¡CIO tenía Sil

letaguardio perdida, se llenó de pánico y se desbandó E( Gral Mena pasó el rio y llamó a los Generales Estrada y Chamorro para que de allí en adelante fueran juntos Colocodo.,> (JI o~ro

fado del Paso sin perder tiempo avanzaron hacia Granada

A mí me dejaron en e( lugar de la costa llamado El Subidero con el serviCIO rle (os telé– grafos, dándome una guarnición competente en las cuales figuraban Enriqlle Dídz y Manuel Antonio Cuadra

Los Genera/es tomaron Granada sin ninguna resistencia Los defensores al mando de los generales leoneses Luis y Toribio Arguello se encerraron en el (nstituto Nocional de Oriente que es un verdadero castillo inexpugnable

El entusiasmo de GlOnada fue enolme Las señolitas de Granada, las mujeres t.odas, en su alegría repartian botellas de coñac y whisky, e hicieron el daño de embriagar o lo tropa

Yo recibí instrucción de avanzOl también hacia Granad~, advirtiéndome que tuviera cui– dado con San Francisco Dándome por muy conocedor de la región entré por lo que se llamaba el camino del ganado, que terminaba propiamente en lo estación del ferrocarril Pero cuando íbomos sobre la aplanada, silbaban muchas bolos Manuel Antonio Cuadro, más vaquiono de

la región, gritó Corramos, que están bfanqu eondo desde San Francisco Dichosamente, no tuvimos ninguno boja, solamehte a Uno de fos soldadós le mataron él caboílo Tomamos la Ca– lle Atrávesada, y en todas las esquinas habían eo/ocadó un centinela qUé nos advirtió que pasó-

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