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ese puesto ~~tOJás sólil;1amenfe respaldado para coopérO/ a las buenas solucionés . At;lé'7Jás yo

conozco tLJs,qffciones c:il ei¡tudio, y sé que inmediatamént~ te p~ndrás a estudiar él De~eého In" ternacionai, . y. que pronto adquirit ás competencia y tal vez es ello el horizonte que te abre t'u

! ~ porvenir de hombre de Estado

Me convencieron las razones de don Adolfo Díaz Fácilmente la intf!ligencia se inclina

a lo que halaga su vanidad y sus ambiciones Volví y manifesté al Presidente Estrada que agrodeciendo mucho, aceptaba el nombramiento, prometiendo hacer todos los esfuerzos que estuvieron en mis posibilidades para conesponder al honor que se me hacía yola confíanza grave que se depositaba en mí

El doctor Pedro Gómez noblemente se levantó de su asiento y me fue a felicitar dándome

un estrecho abrazo Pero el doctor Davíd Arel/ano, se resintió de mi aceptaCión y desde ese· momento cortó toda amistad conmigo y fue mi adversario franco en el futuro curso de la polí– tica conservadora

El Departamento de Estado, recomendó pata que fuera el OtlO miembro Thomas P Moffat, su Cónsul en Bluefields durante la revolución, individuo por cierto en el cual los vel–

daderos rev.olucion~rios no teníamos confianza

El Departamento de Estado, nombró el tercero atto Schoenrich, Juez de fa Coro

te de Distrito de Mayaguez, Puerto Rico, que vino inmediatamente a Nicaragua Acertddísima designación fUe esta de Schoenrich, hpblaba perfectamente bifm el español, en cualquier punto que se le tocara de cuestiones internacionales, derramaba ilustración

Principió la Comisión sus labores, Inmediatamente se puso en evidencia la ineptitud de Moffot para el cargo Veía yo que Schoenrich e/O/amente también la pelcibía, pero nunca ex–

presé mi criterio al PI esidente Schoenrich

Al reunÍ/se lo 'Asamblea Constituyente el Presidente Esirada envió su decleto para su aprobación A solicitud del Departamento de Estado fUe modificado el decreto dando al.Juez Schoel1lich un caróctel de Plesidente Permanente de la Conferencia y pÍlmso que ya fue ello re– slIltado de la ineptitud cle Moffat A plÍncipios de Mayo de 1911 el señor Moffot fue I/c;:¡mado de Washington

Más tarde fue nomhlCldo en lugar de Moffat el señal Arih(/J R Thompso/l del fo,'o de

Washington D C

TlObajé duro en la Comisión Mixta, y además tenía que colabolar en otros menesteles de lo político Es la verdad pura que el Juez. Schoenrich, más que mi colegá, fue mi moestro, y

que gracias a su bondad, a su ilustración, se cumplieron en mí los vaticinios del consejo que me dio mi amigo don Adolfo Díaz Me dí en comprar y pedir oblOs de Derecho Internacional, las

estoy viendo en mis estantes de librería Acostumbré por lo menos dos horas diarias estudiOl la tr]ateria y así se enderezó mi vocación hacia el /nternocioralismo Schoenrich mayor que ; yo, pertenece hoy a uno de 101; grandes firmas de abogados de New York, hace dos años pasó po/ Nicaragua a un Congreso de Abogados de la Argentina, almorzamos juntos el Gral Chd– 'lriorro, él y yo Noté que a él y 01 Gral Chamarra, acción cruel de los años, les temblaban igual–

: mente las manos Hicimos muchos recuerdos Recorrió Managua y odmíró sus plogresos Después leí las crónicas del Congreso de Abogados y hacían mérito de su labor

Mi maestro y yo vivimos en constante cultivo de la amistad, a mí también por crueldad de la vejez se me está oscureciendo la vista, pero nunca abandono el estudio del Derecho Inter– nacional, pela doblemos la hoja

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