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q{lta 04Ualt%a del €6piritu

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AARON s. BROWN

Embajador de los Estados Unidos en Nicaragua

Esfoy firmemente convencido que en lo que respecta a t9da gran empresa, un diálogo constante entre perso· nas de buena voluntad, es esencial para el éxito de la misma. Esto es particularmente cierto en el caso de la Alianza para el Progreso, vasto y ambicioso programa sin .precedentes en la historia. REVISTA CONSERVADORA es digna de encomio por su importante contribución para la

co~prensión pública de los principios, progrllmas y pro· blemas de la Alianza en Nicaragua ya que sólo tras una frailca y abierta discusión pueden corregirse los defectos, y los éxitos multiplicarse.

, Hace justamente cien años que el Presidente Abra· hali1 Lincoln firmó el decreto de emancipación de los esclavos en el territorio de los Estados Unidos. Afortuna– da.riente, nosotros en el Hemisferio Occidental, no tene– mos que sufrir más esa forma de eselavitud que existió en aquella época, mas tenemos que enfrentarnos hoy con la

for~a de esclavitud impuesta sobre muchas de nuestras gerites por la ignofllncia, la pobrexa y las deformadoras enfermedades. La inmensa tarea de la Alianza para el Progreso es la de combatir esta otra forma de esclavitud por todos los medios a nuestro alcance, hasta lograr que cada individuo tenga la justa oportunidad de gozar la dig– nidad humana que es derecho innato a todo hombre nacido a la Civilización Occidental. No hay duda que necesitaremos de tiempo, esfuerzo y dinero para alcanzar la meta, pero más que todo, necesitaremos algo: una alianza del espíritu, un entendimiento mutuo y una deter– minación de triunfar entre los ciudadanos de las Repúbli– cas americanas.

pertar el interés público en un programa que durante los próximos años avance, aunque despacio, y generalmente sin el dramatismo de logros inmediatos en gran escala, es cuando menos, difícil. Cómo podremos, entonces, forjar la Alianza del Esplritu, tan esencial al progreso eco– nómico y social?

Creo que debemos comenzar con un consciente y sostenido esfuerzo de parte del capaz, del docto y del in– dustrioso, en todos los órdenes de la vida, que deban ser– vir de guias si esta noble empresa ha de tener éxito. El servir de guía no es sólo provincia del gobierno o de fun– cionarios del gobierno. El campo de las ideas es el campo de todos. Cada uno de nosotros que hemos tenido los ~e­

neficios de la educación, de la salud y de una rel~ti­

va prosperidad, tiene una natur{l!l responsabilidad hacia el bien común que, en conciencia, no puede esquivar. Co– mo el Presidente Kennedy ha dicho: "Si una sociedad libre no puede ayudar a los muchos que son pobres, no puede salvar iI lós pocos que son ricos". A este respecto, debe– ría enfatizar la necesidad de una aplicación continuada y positiva de los valores religiosos y espirituales que han si– do profesados por siglos en el mundo Occidental, en vez de apresuradas acciones motivadas solamente por el mie· do a la dominación comunista de nuestros pueblos. El comunismo internacional es, sin duda, una amenaza al hemisferio e ignorar su ,perverso atractivo para el igno– rante y el impresionable sólo peligro nos acarrea. Mas aun cuando el comunismo no existiera la consciencia mis· ma de los más afortunados les dictaría la necesidad de encabezar un movimiento para el mejoramiento de la ma· yoría nacida en la miseria.

Yo, por mi parte, participo entusiasta y frecuente– mente en reuniones con mis amigos nicaragüenses sobre los problemas y prospectos de la Alianza en Nicar<lgua,

y desde hace mucho tiempo he dado permanente~ ins– trucciones <1 los funcionarios de la Embajada para que conozcan, tanto como sea posible, acerca de Nicaragua y su pueblo, para mejorar aun más 1<1 comprensión entre nuestras dos naciones. Desde entonces he venido a sa– ber que tales instrucciones eran innecesarias, pues el entusiasmo y la hospitalidad de los nicaragüenses, desde

Pasará algún tiempo, -es mi opinión-, anteS que el ciudadano común esté completamente claro del signi– ficado de la AIi~n%a para el Progreso. A pesar del hecho d.e que los medios de comunicación se mejoran constante– mente,. aun en las naciones. más subdesarrolladas, ~I des·

No quiero dar a entender, bajo ninguna circunstancia,

que subestime la necesidad vital de aumentar el bienestar \ ~ Es menester, pues, que el comerciante, los médicos y material tan rápidamente como sea posible, pues es su- abogados, los banqueros y los diplomáticos y los funcio– mamente difícil, por no decir imposible, que un hombre o narios del gobierno, y todos aquellos hombres capaces una mujer agobiados por el hambre, la pobreza, la en- poseídos de un sincero interés por su patria, se junten con fermedad y el analfabetismo piJedan participar significa-

I el .propósito de eliminar los mal entendidos propios, la tivamente en una sociedad democrática que tanto esfuerzo posible ignorancia y la fría indiferencia a las metas de la

y responsabilidad personal exige de parte de cada ciu- AIi<lnza. Sólo entonces es posible que todo el pueblo dadano. Debemos, ,por lo tanto, progresar hacia un responda al reto, tal como se lo planteen los guías de la nivel más alto de vida para todos, pues en un sentido rea- comunidad. lista el desarrollo económico y espiritual van de la mano. No debemos perder de vista el hecho, sin embargo, de qUe los mayores obstáculos al éxito de la Alianu son obs– táciJlos espirituales: ignorancia, mal entendimiento e in– diferencia. Estos son los verdaderos males que debemos

eUmlnar.

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