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EN EL SEMINARIO DE LA ALIANZA, Ing Dnuiln

Lacayo Ral)l)accioli, Gelente de la ESSO. don l\lalÍo

Rapl)Rccioli Lacft)'o y don Joaquín Zavala VI techo,

DiicctOl de la Revista Consel vadOl a

otros con espíri,u de agitación y para hacerse propaganda, otros creyendo que la Alianza es una enorme máquina con 20 mangueras que bañan de dinero a 105 veinte países

americano~ y que de no ser así, la Alianza no sirve para nada. Pero esos están equivocados! o estaban, mejor di· cho, y salieron convencidos de ese Seminario! al oir diser– taciones como las de Ortega Urbins/ George Cabot Ladge, Enrique Porras, Antíoco Sacasa Sarria, Raúl Arana Mon– talván, Dr. Orlando Barreta Argüello, Dr Orlando Trejas Somarriba y afros.

La Alianza, pues, es como dice la gente del pueblo: Ayúdate, que Dios te ayudará. Si nosotros, los de los países sub-desarrollados no nos organizamos, no nos or– denamos, no somos precabidos y cautos para gastar cuan– do tenemos y n9 queremos cooperar para el bien común, de nada servirfan las mangueras de dólares que preten– den algunos deben de salir de Washington para satisfacer necesidades. la Alianza viene siendo un medio para obligar a los Gobiernos a que ordenen sus finanzas, que sepan recaudar los fondos fiscales y que en forma hones· ta sepan distribuirlos en el país sin permitir abusos, ni complacencias y al mismo tiempo, obligar en lo que se refiere a los Gobernados o ciudadanos de cada país, a que ayuden o se ayuden ellos mismos y que sepan apro– vechar la ayuda extraniera, ya sea económica o técnica, en todo lo que vale

CABOT LODGE

La actuación del señor norteamericano George Ca– bot Ladge, de 37 años de edad, de más de 7 pies de altura, flaco, sonriente algunas veces, meditabundo las más, conversador, de buen apetito -pues tres veces se sirvió papas y frijoles, de la misma Alianza en Santa Ma– ría-o Habl6 casi dos horas, fuera del tiempo que nece· sitó para contestar a 12 preguntas sobre tema de la Alianza, muy intel'esante, que le hicieron.

Cabal Ladge, es Asistente del Decano de la Facultad de Administraci6n de Empresas de la Universidad de Har·

DR EDUARDO RIVAS GASTEAZORO y JULIO VIVAS BÉNAHD pmticipando activamente en los plogurnas de

la Alianza en Santa MaLÍa de Os turna

vard, ha estado dando conferencias en Guatemala y ha tenido contado con organismos obreros y de preparaci6n para becados a los Estados Unidos. Constantemente viaja a los paises latinoamericanos para intervenir en asuntos de la Alianza para el Progi'eso.

Cabot Lodge, que es un experto en asuntos laborales y de organización de las empresas y orientador y más que todo, comentarista y previsor de lo que pueda pasar en América Latina, al no haber un equilibrio entre las cla– ses de cada país y las buenas relaciones con los Estados Unidos, habló en forma clara y precisa de muchos proble. mas de Nicaragua, como si viviera en el pars y dijo que debían de ser corregidos, no sólo para lograr los benefi· cios que daba la Alianza, sino para el bien propio de todos los ciudadanos que es el esphiJu y meta de los firmantes en representación de sus parses en la Carta de Punta del Este.

DON ENRIQUE PORRAS

La intervención permanente del Dr. Enrique Potras García, como Presidente del Seminario de la Alianza para el Progreso, fue excelente, procedió en forma hábil para soslayar o evitar, meior dicho, las turbulencias de algunos políticos, dejándole campo únicamente y asr lo logró, a que se frafaran 105 asuntos vitales de la Alianza para el Progreso, que es a lo que llegaron sesenta personas que de¡aron sus actividades, para dar una idea en las activida· des de la Alianza para el Progreso

Cuando se pensó en elegir Directiva Nacional del Co· mité Ejecutivo de la Alianza para el Progreso, en ~I

nombre que se pensó y se sigue pensando, fue en el Dr. Enrique Porras para no premiarlo únicamente por la labor que ha venido desarrollando, sino porque hasta el mo– mento es la persona más apropiada y conveniente para la organización misma, para que dirija sus actividades en Nicaragua.

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