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cia¡ npmbró un jefe de presupuesto para manejar las finanzas y un administrador interno de la dencial de tal manera que todo lo que Rosendo ha puesto en marcha¡ funciona como un reloj. esto porque sé lo ha de enorgullecer¡ dado el aprecio que Ud. tiene por nuestro' mutuo amigo.
Una vez que Rosendo haya terminado de organizar todo lo que le encomendé y de este modo puesto
su contribución para consolidar mi gobierno¡ yo le daré todo apoyo para que forme los cuerpos de comandos revolucionarios que él ha planeado para la acción en Nicaragua; ya su gente se está reuniendo en la casa verde¡ donde antes estaba el cuartel general de la l/Confederación de Trabajadores de Costa Rical/¡ lugar de donde hemos de llevarlos pronto a algún sitio de la montaña donde establezcan su propio cuartel general definitivo. Mientras tanto yo estoy reuniendo los fondos necesarios para dos cosas: L.a primera¡ para pagar
a los dominicanos que nos ayudaron¡ que son esencialmente mercenarios¡ y que unidos con los viejos políticos nicaragüenses, hacen una tremenda campaña para debilitar la posición de Chendo como jefe nato del movi– miento bélico nicaragüense. Aquí vienen todos los días con chismes e intrigas de toda clase¡ reclamándome derechos que no han adquirido¡ pues yo sólo con Ud
¡
don Rosendo y Chendo¡ es que tengo compromisos fun– damentales. Una vez que salgamos de dominicanos y políticos compatriotas de Uds. mandaré a comprar oficialmene¡ el armamento que me indique Rosendo¡ como adecuado para la realización de sus planes. Le re– pito, si estoy en la presidencia resistiendo presiones y sabotajes de todo orden, es sólo para cumplir a Uds., hecho lo cual me pienso retirar¡ pues la única justificación de esta guerra es lo que de ella se derive en bien de Nicaragua y Centroamérica.
Ahora quiero rogar/el en beneficio de nuestra causa, que tanto Ud. corno Rosendo adopten otra tácti–
ca en algunas cosas: me explicaré mejor. Anoche Rosendo diJo en casa de Álex Murray JI'. al ataché militar norteamericano¡ Coronel Hyghes¡ que los Estados Unidos debían rectificar con hechos¡ su política para con América Latina¡ no sólo con palabras que no convencían al pueblo Le dijo que su primer paso debía ser la de dar por terminado el tratado Chamorro-Bryan¡ que era humillante para todo Centroamérica e indecoroso para una nación que se decía democrática¡ porque ese pacto era el reflejo del abuso del fuerte sobre el débil.
Yo no creo que los Yanquis rectifiquen nada si se les habla con la franqueza de don Rosendo, Ud. y Chf:mdo usan para con ellos. El Yanqui aunque brutal, ~s en el fondo un niño al que hay que obligarlo a hacer lo que uno quiere por medio del en,gaño. Yo los he tratado mucho en negocios¡ y es fácil hacer de ellos lo que uno quiere si se usa la maña¡ pues ellos tienen poca malicia En mi propia política yo estoy usando esta táctica¡ yo no tengo ninguna objeción que oponer a la filosofía marxista¡ ni siquiera los de orden espiritual que a Ud. y Rosendo les hacen rechazar/a, pero no cometo la torpeza de Manuel Mora de darle combate frontal al Yanqui y al capitalismo. Yo lograré reformas económicas más radicales que Mora y todo su par– tido¡ y le ganaré más batallas al imperialismo yanqui en breve tiempo del que esa gente ha loqrado en veinte años, sencillamente por cuestión de táctica. Corno bien dice con frecuencia el Padre Núñez
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man fear words¡¡ el hombre teme a la palabra. Yo me haré amigo de capitalistas y del Departamento de Estado yanqui para ganarles la batalla por dentro y no me importa bajo qué título tenga que circular para ganarme la con– fianza de ellos. Cuando ya se confíen de mí, yo sabré qué hacer.
Otro error que Uds. cometen, reflejo de la actitud general de Uds demasiado franca, es dar a conocer el programa y su ideología general a sus compatriotas. Uds. deben de servirse de todos los políticos, que les sean útiles¡ sin mostrarles su verdadero propósito¡ sino hasta después del triunfo. Yo no siento la menor simpatía por los Pasos¡ ninguno de ellos¡ ni Liberales ni Conservadores, todos son esencialmente reacciona– rios, pero si por medio de ellos se puede ganar la confianza del capitalismo nicaragüense, hay que valerse de ellos dándoles posiciones honoríficas. Es necesario usar al capitalista para destruir al reaccionarismo. Nuestra primer gran batalla debe de consistir en la liquidación de las fuerzas capitalistas de Centro América, pues éstas son las enemigas más serias de la Unión Centroamericana y han sido el sostén de todas las dicta– duras.
También deseo que Ud me ayude a convencer a Rosendo de que es un error el que comete al arries– gar su posición y buscarse líos personales para oponerse a las naturales represalias del ejército de liberación con la mafia calderonista. Yo no deseo ninguj1a crueldad, y soy el primero en lamentar esos atropellos¡ pe– ro debernos reconocer que los calderonistas cuando detentaban el poder cometieron tanto abuso que la reac– ción del pueblo en contra de ellos es inevitable ahora que la ocasión se presenta. No es posible tomar hocia esa gente la actitud romántica que . Chendo ha tomado sin provocar graves choques con nuestro
propio ejército.
Fuera de estas dos observaciones, yo nada tengo que objetar al proceder de ustedes, pues no sólo simpatizo con la ideología que ustedes sustentan sino que soy infinitamente más radical que Uds. que se con– sideran de avanzada. Mi apoyo en lo económico y moral¡ será para el pueblo de Nicaragua únicamente a través de Uds. y no sólo por motivo de principios sino porque sé demasiado bien, que las armas me llegaron oportunamente debido a la ayuda de ustedes a pesar del contrarresto de los mismos grupos nicaragüenses, hondureños y dominicanos que ahora se fingen mis amigos y m$ reclaman mi ayuda.
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