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« Previous Page Table of Contents Next Page »¿Qué dijo la crítica de este Retrato o plumo de 'Jerez? Para tener idea cabal del trabajo, basta citar la opinión del Presidente Soto de Honduras y la del pro– pio Jerez En carta que el primero escribe a Guzmón el 4 de Junio de 1879; le dice "Pesde que leí el RetlO–
to o plumo de Jerez que Ud ha publicado, cOf'lsideré la polvareda que iba a levantarse No se puede escribir
sobre los contemporóneos sin sujetarse a esas conse– cuencias Jerez dice que Ud lo ha pintado bien y que en muchas cosas le hace Ud gronde honor En lo poco que yo conozco del General Jerez y en la parte que he presenciado, me parece que Ud ha sido exac–
to ll ,
25 - Guzmán comienza a desengañarse (1876)
Todo el Retrato a Pluma de Máximo Jerez está iluminado con la sonrisa escéptica del nuevo incrédulo
en Jerez, en Barrios, en la Unión Centroamericana
Enrique Guzmón empieza desde entonces, acaso sin darse cuenta, a dudar de su partido y de sus hombres El contacto con Jerez, un fracasado, el COnocimiento de Justo Rufino Barrios, disimulado y ambicíoso en quien "el liberalismo hacía mal en fincar todas sus esperan–
zas l1 ;
el convencimiento de que la Gran Idea sólo servía
de manzana de discordia, lo van convenciendo de que, al entror en la política, se había equivocado de puerta coma él mismo escribió del Presidente Arce
El amor que Guzmán profesaba a la verdad, ayu– daba eficazmente al pr09.eso de su evolución político– religiosa Ya en ese año de 1876 sorprendemos los principios de este cambio en los brotes de ironía sobre la nacionalidad, de la cual se burla en el Retrato a Plu–
ma de Anselmo H Rivas, calificándola de "un cuento del General Jerez que se llama la Unión Centroameri–
cana", sobre el mismo Jerez para quien tiene expresio–
nes de compasivo desprecio, sobre sus c.orreligionarios
de armas y de partido en quienes no descubre ideales levantados, sino sólo propósitos de rapiña y predominio lugareño
Paro el hombre que ha dado en "la inocente ma– nia" de "hacerle guerra a la mentiro, horrible divinidad hija de Lucifer, a la que hemos erigido templos sober– bias par dandequiero, templos en cuyos altares sacrifi– camos cuanto hay que sacrificar, las potencias del alma inclusive", la nacionalidad, aquel hermoso ideal que le
cautivó como a muchos jóvenes incautos, es ahora una
engañifa perjudicial, y consagro todos sus empeños en presentárnosla desnuda
Pesd e el momento que con sus propias manos -si asr vale decir- ha palpado lo que significa la
Gran Idea y la ninguna sinceridad de los caudillos unio– nistas, quienes acabaron por hacerla odiosa a fuerza 'de usarla colho bandera de matanzas frotricidas, sabe a qué atenerse, y hasta se burla de la fraternidad cen–
troamericana, de la cual no conoce ni el metal de la voz, y con aquella franqueza y valor suyos, abjuro del unionismo, tomo más tarde abjurará del liberalismo y del radicalismo religioso cuando los llegue a tocar de cerca y a convencerse de la contradicción de sus pro– gramas con la práctica
Pero, si deja de creer en la Unión Centroamerica– na, na quiere decir que se torne enemigo de ella Entre risas burlesqls y verdades amargas, nos advierte a cada paso que el Bello Central de AmériCa es pura filfa, que no sabe con qué se come eso de la froternidad
centroamericana¡ y estas críticas son más saludables
para la curación <;lel mal centroamericano que empe– ñarse en disimularlo con palabras sonoras y mentiro-
sos
En estas breves Irneas nos dejó Guzmán definida su ideología sobre la nacionalidad "No soy partidario ni enemigo de la mitológica Unión Centroamericana,
como no lo soy tampoco de la nigromancia, de la astro– logía judiciaria ni de la piedra filosofal rile Iímito a no creer en ninguna de esas cosas, que tengo por imagi–
naciones, quimeras! ensueños, delirios de cabezas en
w
fermas ll
26 - Retrato a Pluma de Anselmo H. Rivas (1876)
El Retrato a Pluma de Anselmo H Rivas no es ni por lo extenso ni por lo importante comparable con el de Jerez, pero será siempre un modelo de pintura viva y animada, qunque por el poco conocimiento que Guz–
mán tenía entonces de Rivas, en ocasiones no resulto
muy fiel A nuestro modo de ver yerra cuando lo re– trata como hombre abúlico, dócil siempre a amoldarse al gusto de los otros, sin esfuerzo ni voluntad para ha–
cer oír su voz, lo mismo que cuando nos lo describe
COmo incrédulo hipócrita por complacencia El si– guiente párrafo, caricaturesco y muy de la pluma satí– ca de Guzmán, peca por falta de verdad " Iibre-
pensador como el que más, se detendría a la puerta de una logia masónica o dejaría caer de las manos un libro de Voltaire ante la severa mirada de doña Carmen
Chamorra"
Sabemos que Rivas fue sincero creyente, y que
diversos veces su consejo en política hizo variar los acontecimientos Los afirmaciones de. Guzmán¡ reco–
gidas en el ambiente de los enemigos' de Rivas, no siempre consiguen purificarse del error en que la pro– paganda adversaria ha envuelto la personalidad de éste, ni puede el autor sustraerse a la oportunidad de
ironizar
27 - Guzmán vuelve del destierl'O (1877)
Muchos de sus compañeros de destierro habían vuelto a la patria El Gobierno, que nunca persiguió por saña a estosdes.carriados, practicaba la sabia poli– tica de hacer grata y segura la vida en su propia tierra
a los opositores de la administración. Al amparo de esta garantia, los emigrados fueron regresando unos después de otros; la Falange fue menguando por sí sola hasta que desapareció del todo el fantasma de la gue-
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