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hora y medIa de cammo a pIé, Eulogio, José Magia Cuadra y yo Esta vIda de huleros es una vIda semI– salvaJe, de hotentotes y aquellas montañas lnnten– sas de porlentosos árboles seculares en donde se anIdan leones y ugres que todas las noches llegaban a saludarnos con las pavorosas retretas de sus aulh· dos y un smnúmero de culebras de todas las clases, que con solo su presencIa nos ponían los pelos de punta Por fin sabmos de aquella VIda rruserable, xnerced a la actIVIdad con que andUVImos, arrostran– do todas las dIficultades para conseguIr una eznhar– caclón y dlngtrnos a cualquier parle para escaparnos de la saña pantensta que tan probada la tengo Nos embarcamos pues, el dommgo 6 de Marzo, a las 9

de la xnañana en un bote de 6 yardas de largo por

4 pIes de ancho en un nachuela caSI InSIgnIficante con 4 muchachos á qUIenes había deJado Reyes abandonados como a nosotros y que nos suphcaron que de cualqUIer modo los llevaramos Así que, en aquella cáscara de corozo veníamos 9 personas In– clUSIve los 2 manneros, que eran 2 negritos perití– SImos en el arle náuilco Cinco horas después de ha– ber sahdo llevamos el pnmer gran susto, pues como veníamos en condICIones de prófugos tuVImos que sahr de la bahía por un punto donde nunca pasan embarcaCIones de nInguna clase por lo pehgroso que es la barra, llamada de Romquí. Merced a los es– fuerzos InaudItos que hIZO el pilofo, que es un ex– celente mauno, salImos bIen de aquel pnmer reven– tón que era como el exordIO de aquella espantosa navegaClón de un poco más de 200 xnillas que son las que salvamos en medIO de los mayores pehgros, pehgro solo comparable al de caer en manos del más canalla de los hombres A las 8 de la noche llegaInos a un punto de la costa llamada Monkey POlnt (Punta del mono), en donde resolVImos que– darnos a dormIr, prevIendo el caso nada remofo, de que antes de pasar San Juan del Norle nos faltara el VIento y se nos quedara el c:ayuc:o cerca del puer– to Donnunos, pues, en Monkey POlnt y pasamos allí el día y hasta las 4 de la tarde, hora en que vol– VImos a embarcarnos, remontándonos xnuchas mI– llas en alta mar para tomar dIreciamente el rumbo de LImón ProhJo sería enumerar los muchos sus– tos que pasaxnos durante toda la noche que tUVImos que correr 9 grandes chubascos hasta llegar a ama– necer en aguas de Costa RIca frente al punto deno– mInado Torluguero Grande fue nuesira alegría, cuando empezamos a ver los pnmeros albores del día Aunque muy nublado el CIelo, de modo tenue, apercibíamos los pnmeros rayos del sol. que eran como los rayos de confianza que con su luz VIVIfi– cada por nuesira fé en DIOS, forlificaba nuesfros aba– fidos corazones Ya de día sufnmos otros 2 chu– bascos, uno como a las 6 de la mañana y otro un poco más tarde que fué este últImo el =ás prolon– gado y el más fuerle de los que había habIdo Des– pués de la tempestad VIene la calma, una vez con– cluído este últll'no chubasco, se nos queda el VIento

y tenemos que permanecer hasta cerca de las 12 del día, parados a merced de las olas del mar que JU– gaba con el bote como el aIre con esas bolas de )<l–

bón que hacen los muchachos por l"'nedlO de un ca– rrIZO, medIa hora pasaríamos parados, cuando a eso de las 12 y medm empezó a soplarnos eso que los mannos llaman bnsa y que no es otra COSa que pu– ríslIno chaparron Corno 20 mInutOS tendríaxnos de cammar Impulsados por aquel aIre, cuando el pilo– to nos dzJo que la atmósfera presentaba mal aspec– to, que la veía sospechosa, 10 cual nos puso en

InU–

cho CUIdado y a eso de la una empIeza a desatarse la xnás espantosa tentpestad Aquello era horrible, espanioso Yo de mí se deOlr, que ví abnrse el abIsmo Insondable de aquella mar embraveCIda y

hundIrse en ella todas mIS ilUSIones más caras, crel que era humanamenie Imposible nuestra salvaCIón, VI enfonces el últImo momenfo de mI VIda, y enton– ces ,SIempre con su lmágen en mI memona, su nom– bre en mI corazón y mI fé Inquebrantable en DIOS, con toda la efUSIón de mI alma puse en sus manos mI espíntu Aquello era horrible, espantoso, SIno Igual Desearla de buena gana senne posible, po– der hacer una p,ntura, aunque fuera aproxunada de nuestra terrible situaCIón El botecrlo que he des– crIto, azotado por el mar, fuerte ventarrón a 80 ó 100 millas de la cosia y en la parte más brava del AtlántIco, el mar Caribe, el sol oscurecIdo, SIn rum– bo nInguno, nI manera como tomarlo: Un momen– to en que el negnio que nos servía de piloto caSI desmaya de arrImar a tIerra y nos dIce, no sé don– de estoy, nI puedo tomar nIngún rumbo, la tempes– tad nos ha arrOjado muy adentro y nada se vé: no hay más que esperar la noche para que SI Se acla– ra el honzonte, frafar de onentarnos por las esire– llas Hasta esta esperanza era evenfual!

Pero DIOS es ntuy grande, muy mlsencordloso

y oyó nuestros ruegos fervorosíslmos, nuesfras efu– SIVas súphcas y cuando en lo más reClO de la tem– pesiad nos encontrábamos, aVIvé mI fervor, creí que le hacía la úlhma súplIca, tan crítIco era el momen– to, y no lo exclamé, pero lo pensé y lo sentí y se lo hIce en esta forma "No por mí DIOS de bondad, DIOS de mlsencordla InfinIta, házlo por élla" Y por ella esfoy seguro, por ella me concedió la glacIa, porque a poco rafo, :herrar grito uno de los mannos

y como hecho por la mano de Dios, empezó a cal– mar aquel espantoso rebraxnar del agua y el VIento Cuatro horas después habíamos llegado a LImón Al día SIgUIente fUImos a oír una Salve de graCIas con toda deVOCIón

Para dar una Idea más clara de lo qUe fue aquella tempesfad, que en tierra prodUjO el pavor más grande y los Capitanes de los vapores que lle– garon al puerlo al día sIgulente de nuestra llegada, nos dIJeron que tUVIeron que buscar abngo en las cosias, cosa que solo hacen cuando la cosa es muy sena

1903

28 DE FEBRERO

1903 -El 28 de febO, sábado, a las 9% de la no– che nos embarcamos en P. Arenas para Panaxná en

7e

el Cily of Panamá el Dr. Cárdenas, P• .Joaq. Chamo·

1'1'0, Jenán Sáenz y yo, después de haber esperado el vapor todo el día antenor para qUe estaba lndi-