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« Previous Page Table of Contents Next Page »El señor Benard, no descuidaba ningún asunto que se refidese al progreso de su pals Con esta milO encaminó al Gobierno la proposición del señor don Federico Mora, para estable–
cer el telégrafo de San Juan del Sur a Corinto, pasando por los principales poblaciones, pensa–
miento que debía realizOtse más tarde con su enétgica cooperación, a través de serias dificul– tades
SU VISITA A UNA ESCUELA PUBliCA EN ESTADOS UNIDOS
A propósito de las visitas que hizo el señor Benard a los establecimientos de enseñanza, no podemos ptescindir de insertar íntegtD el apuntamiento que se registra en su cartera sobre fa que hizo a la escuela público de Franklin en los dios 5 y 6 de Noviembre de ¡872, porque él re–
ve/a su espíritu observador
t
su deseo vehemente de ver en Nicaragua establecimientos análogos¡
y sus ideas sobre las cualidades que deben de tener los hombres públicos del pais para dar im– pulso al importante ramo de la instrucción popular -Dice así
"El Supelintendente y uno de los miembros de la J de I P de esto ciudad me mostra–
ron en todos sus detalles aquella institución una de tantas que posee la ciudad El edificio es elegante y tiene al flente un pOf4ue público, el de Fran/din El frente del edificio tiene dos glOndes puertas la de la derecha do entrada a los muchachos, la de la izquierda a las mucha– chas De uno y otro sexo concurren a esa escuela unos 900 niños desde la edad de seis hasta
lo de diez y siete años Los más adelantados ocupan los pisos altos y los más atrasados los bajos El edificio contiene catorce escuelas, mitad de vO/ones y mitad de mujeres Estas escue– las están servidas casi exclusivamente por maestras, una para cada escuela de 60 niños, más o menos El local de coda escuela tiene generalmente una figUla cuadrado la ventilación y la luz abundan Un frente del cuadro lo ocupa la maestra con su escritorio en una especie de
gran nicho, teniendo o derecha e izquierdd los principales objetos para la enseñanza, los otros
tres frentes o, lo que es lo mismo, Jas otras tres paredes, tienen a poca altura del suelo una faja negra de más de una YOlda de ancho que sirve pOlo la numeración con tizate -encima de esa
faja se ven grandes ¡napas geogláficos, sin escrituración, teniendo solamente dibujada la configu–
ración de Jos mOles territorios, ríos, etc Cada niño tiene su pupitre separado estos pupitres están O/reglados en hileras simétricas y fijos en el suelo la tapa no es movediza, el material es
hierro y madera bonitamente pintados La maestra tiene un escritot10 y tres o cuatro siffas que ocupan una posición dominante sobre una tarim3 de una cuarta de alto más o menos El orden
y el aseo reinan en todas partes los niños están limpios y bien vestidos, bien lavados y peinados Nadie habla en la e/ose, solo el niño interpelado Cuando lo moeslta pregunta si alguno sabe tal
o cual cosa, los que pretenden sabetlo levantan la mano El sistema de enseñanza es práctico
y en forma de convelsación, induciendo al niño a discurrir soro por el usa de la razón, sin cuidar·
se de la memoria Los castigos son raros, tan admitable es el orden establecido y tontos atrac–
tivos tiene el niño paro concurrir a la escuela Los maestros son generalmente de edad de 25 a 40 años ganan de 600 a 1,800 pesos al ario Visité todas las escuelas del establecimiento, una por una En la más avanzada de niñas, el Supe/intendente me preguntó si quería oirlas contOf Por supuesto, le dije que sí Entonces la maestro llamó a una de los más grandes, mu– chacha de catorce a diez y seis años, pOla que ocupara el piano, y a las demás, unas 50 o 60,
les indicá el canto número tal del libro de música Inmediatamente cada una sacá el suyo, y
guiadas todas por la compañera que ocupaba el piano, enfonOton una bonita canción profano~
religiosa con una facilidad, una gracia y una en !onación capaces de llamar la atención del audi~
torio más insensible Es imposible que Nicaragua progrese mientras sus prohombres no estu~
dien de una manera pláctica el modo de sel de los pueblos que desean la civilización Es impo– sible que un nicaragliense, padre de familia, y aunque no lo sea, se niegue por un momento a
contribuir con largueza para el establecimiento de instituciones de esta clase Los bienes raíces de Washington pagan una taxa anual de un poco más de medio por ciento a fovol de las escue–
las públicas, y este impuesto se paga con gusto Esto tendrá lugm en Nicaragua cuando los hombles encargados del bien público tengan pleno conocimiento de las ventajas de aquellas in– novaciones que para muchos son utopías o locuras"
Estas observaciones del señor Benmd, son de la mayor importancia Ellas expresan, en
el seno de intimidad, su vehemente anhelo por lo mejora de su país, y 01 leerse no pueden
djor de considetarse como el llamamiento de un muerto al patriotismo de los vivos
REGRESA A NICARAGUA
Por el mes rle Diciembre de 1872, el señor Benard se retiló de los Estados Unidos, tra– yendo preciosos informes al Gobierno sobre los varios asuntos que conciernen a la prosperidad del Estado, y libros y documentos muy interesantes que se conservan en el archivo nacional, El Gobierno dio a sus actos una entusiasta aprobación
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