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Flente nOlte del Palacio Nacional en cOllsiluccióll dUlante la ADMINISTUACION CHAMORRO

dofe para casarse con ella aunque después se divorcie.

Encomendé al Dr. Salvador Cas!rillo para que elaborara el correspondiente Decreto que contenía la ley que fue conocida como la LEY CASTRILLO. Hubo varios casos sobre quienes recayó el peso de la dicha ley, uno de ellos fue el del poeta y escritor cubano don Eduardo Za– macois a quien se detuvo, ya para embarcarse en San Juan del Sur, y a quien so obligó a ca– sarse como mandaba la ley.

La Corie Suprema de JustiCia no es.tuvo de acuerdo con la Ley Castr:illo, y en el prime'? ca– so que ocurrió de amparo anle ella la declaró inconstitucional.

Desde que llegué a la Pl'esidencia me de– diqué con tesón a trabajar en fados los ramos de la Administración, especialmen.te en el de Hacienda. el de Fomento y el de Instrucción Pública. Ya expliqué cómo con sólo las renias internas llegamos a cubrir, casi en su .totalidad el Presupuesto. Parecía que en Nicaragua ha– bía ocurrido un resurgimiento general que la 'gente atribuía a mi buena suerie, pues la pro– ducción agrícola fue muy buena, así como los precios de los productos que se obtenían en los mercados mundiales, hasta el punto que el Go– bierno Americano que deseaba verme en difi– culfades económicas, esfaba sorprendido de ver

la prosperidad de que gozaba el país, Los obre– ros vestían panfalones de casimir, camisas blancas bien aplanchadas, sombreros de paja,

y había generalmente en el ambiente una ale– 'gría de vivir sin las angustias de una situación desesperadá. Sin embargo; el Gobierno Ame-

ricano no nos pern1iíía a umen±ar el rnisel able presupuesto con que lrabajábam.os. Y El eso quizá se deba de que las gentes no aprecien en su justo valor la labor conservadora de los

18 años.

El pClíodo para el que fuí electo era de cuairo años, de manera que el mío terrninaria el 31 de diciembre de 1920. Realmente, cuairo años es un período cario para desarrollar un programa extenso de trabajo, sin embargo, aunque en pequeña escala y con un Presupues– to raquítico, casi miserable, traté de empren– der todas las mejoras que Nicaragua necesi– taba y que aun necesita. Hago esta considera– ción al recordar que emprendí la consÍrucción de edificios modelos para escuelas públicas, que fUeran de un tipo uniforme para que don– dequiera que se vieran se reconocieran cornO la escuela del lugar. Desgraciadamente la.8 rentas eran tan exiguas que no se pudo conil· nuar el plan y solarnente pude hacerlo en Ma·

saya, Sabana Grande y Níquinohomo. Confi~­

so que ese proyecto de edificios escolares unt– formes se está realizando ahora, pero la idea fue iniciada duraníe mi Adminisfración.

También encargué los planos para la Uni–

versidad Nacional en Managua al Ingeniero don Tránsiio Sacasa, de grata memoria, planoS que fueron elaborados por él pero que no pu–

dieron llevarse a cabo por las razones arnba señaladas.

Siempre con miras a la protección de 15

enseñanza pública y a su favorecim.iento, ro:

Gobierno dió el derecho de extender títulos dE

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