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±iJ. tlaco y eón la barba credda. bice que {ueLort

:±roces

SUfl sufrimientos en las cárceles de León, y

<1 ue mañana se va a temperar a Sania Clara

A las 6 de la tarde celebran con lepiques y sal–

aS de arlillerías la ocupación de Nacaorn.e y Arn.a–

" ala Vigil se fué para la hacienda La Luz y Avilés Para MOlnbacho Hay un cierío rrüedo general Se

reme iodo del gobernador rrülíiar Fernando Malía Riva s . Esfoy casi resuelto a inc.e a Las Mercedes con

Don Frutos para estarnos allá algunos días

rEsnERO !!!!

Hace lUes y medio que no escribo una línea en e"'1e Diario El 8 de enero aumentaron rn.is temores / habiéndome inviiado Don Frutos Chamarra y Agus–

tín Bo1aiíos para que nos fuéramos a Las lvlercedes, acepfé Sulim.os de aquí como a las 5 de la larde: iba también con nosotros Alejandro Zavala, que aun nO haGe un mes vino de Inglatena donde hizo sus es– tudios Bago el viaje en un caballo colorado de Ro– sendo Charnorro Al pasar por Pueblo Chiquito nos enconframos con Félix ROlUelo, lo cual me hizo mala irnplesión Pensé que luego sabrían nlÍ sal.ida iodos los iglesieros y, de consiguiollte, el gobernador militar

A las 8 de la noche llegalnos a Nandain1.e y 15 rrdnl.1Íos después a Las Mercedes La cama que con– sistía en una fijera no nl.uy limpia y desprovista de

ropa nle hizo poca agradable ünpl esión El 9 así

que nos levanfarnos, ernpezanlOS a

1 ecibir no±icias poco iranquillzadoras: pmece que a las autoridades

y a los liberales de Nandairne les llmnó la afención nues1ra pasada IJar aquel pueblo y los fiene "inhi– gados" la presencia de nosob os en Las Mercedes

Inrnecliatamente comprobando que esta hacienda

no es lugar a propóslio para esconderse y que es~

tamoS más bien en exhibición, y peor que en. Grana–

da; pero a lo hecho pecho, puesto que la cosa no tiene remedio Jos& María Zavala que llegó a vernos nos sconseja que nos vayarnos a Santa Elisa, finca de Don Deogracias Gross que esiá situa.da cerca del lago: para nada l'ne halaga la idea de ir a soporlar los zan–

cudos de la cosla

El miércoles 10 llegó a Las Mercedes el cbm.an– dante de Nandain.e llamado Diocleciano Chávez: pa– reciórne el tal comandante hombre bueno, aunque li– beral: a pesar de su nombre de emperador romano es una lrisie fiyurifa Habla él mucho de su oficio la iaxidmnda, y SObl e fado de su habilidad y resolución para coge-c con la mano todo genéro de serpientes Le dimos al hOlnbre basianfe conversación; Don FlU– tos le ofreció iisie, que aceptó, y gastarnos en fin con él las afenciones que son ian naturales en el que está caído y tiene miedo Con esta visita del comandan– te quedarnos algo mas :hanquilos sobre fado por ha–

berle oído hablar lnal de Pablo Guadánl.uz, uno de

los más pel versos liberales y gratuito enerrdgo de los Chamarra

La casa de Las lv1:ercedes es grande y cómoda pe–

ro tan desmanfelada COlno las de fodas las haciendas

de Nicaragua: hay sin e.mbargo mejor mesa y mejo– les muebles que en La Calera de Fausfino Arellano:

el baño no deja nada que desear

El jueves 11 fuimos a Gan AntonIo (hoy Ingenio

Amalial pOl invita.ción que nos hahí~. hecho Vjcevie Cuadra hijo La casa de esia hacienda parece muy vieja y iodo el aspecto de aquel lugar bastante ±liS±e; pero hay aseo y orden Nos sirvieron el almuerzo, qUe fué bas:!:anle bueno, después de la 1 p m luego fuimos a pasear por los rnadreados, en los que nofé el tnismo orden y la misma liro pieza que en la casa ha– cienda: lodo aquí indica que esta finca es propiedad

de Don Vicenfe Cuadra, el hombre rnás formal de Nicaragua

A las 6 de la ±alde volvimos a Las Mercedes No

:recmerdo que haya ocurrido nada de padicuiar en ios días 12 y 13; yo leo periódicos franceses, y mis com– pañeros la Historia del Consulado y E! Imperio del

que hay un ejemplar en la pequeña biblíoteca. de la hacienda De vez en cuando pasa por Las Mercedes, yendo para Nandaime o volviendo de allí un hijo de M Gavinei, adminisirador del Valle Menier, quien trae siempre noticias más o lUenos verosÍIniles acerca de la guerra, casi fodas desfavorables al gobierno

Tipo curioso en la hacienda de los Chamarra es Chacón, el Adrninistrador Palece un hombre de nlás de 60 años, y, según él dice, a penas hene 50,

es chancero como pocos, y muy honrado, económico y forrnalo::l:e; nlanifiéstase cachisia "a oufrance",. y sus patrones están por extremo saiisfechos de él Sin ser nlUY .feo, parece grofezco a causa de tener uno de los ojos exh SOl dinariarnenie torcido

El domingo 14, poco d.espués de habelnos levan– iado y hallá.ndome solo en el corredor que mira. a Nandaim.e, ví llegar a un individuo a caballo con di– visa roja en el sombrero: era el oficial Francisco Be–

rrote~ án que así que m.e saludó, me dijo, que iba a prendernos y llevarnos a Nandaime de orden del co– mandante Chávez Impresión muy desagradable me hizo esto: por de pronfo entendí que el oficial llegaba solo; pero luego noié que ioda la casa de la hacien– da estaba rodeado por soldados, que entraron ense– guida a la sala y a nuestro cuarto de dormir para hacer el nlás minucioso registro: hasÍa nuestras alfor– jas de baqueta fueron examinadas con la mayor es– crupulosidad Nos quitaron las pistolas: quiso resis– tüse a entregar la suya Alejandlo Zavala, pero inter– vengo a fin de evitar un lance desagradable, y cede él sin dificultad: el tal Berroterán había dado ya or– den a los soldados de preparar sus fusiles Este ofi– cial que según dice es granadillO y a quien recuerdo haber visto antes, tiene cara de bribón y fraza de sinvergüenza: es para mí lUUY antipático

Como a las 8 a m salimos de Las Mercedes: an–

tes de montar puse un parle a Gámez (Managua I en el que le digo que nos llevan presos de orden del go–

bernador de Granada, y que se sirva decirme si ésta obedece a instrucciones del gobierno

Poco después de lni llegada. a Las Mercedes re– cibí una carta que Gregorio Abaunza me dirigió a Granada en la cual nle decía confidencia1rnente que no me lnoviese de mi casa sin pedirle permiso para ello al gobmnador Fernando María Rivas

En Nandaime nos tuvieron presos en la casuca r(\iserable que llaman allí el Cuariel

Al saber que enseguida saldríamos para Granada pedimos al comandante Chávez que nos hiciese sa– lir en la tarde para no soportar tanto sol: fué inúfil nuesiro ruego Dijo Dioc1eciano que "para que no iuviésemos que venir escoltados vendría él mismo a acompañarnos", y en efecto asÍ' lo hizo A la 1 p rn

llegarnos a Granada donde se nos dio alojamiento en una pieza del Cuartel principal t hoy palacio Episco– pal) Zavala llegb luego a visifarnos para decirnos que estaba irabajando porque nos pusiesen en liber– fad, y así era en verdad

A eso de las 5 y nl.ec1ia de la tarde entró el Go– belnador Fernando María Hivas a nuesfra prisión pa– la hacernos saber que quedábamos libres¡ pero que teníalnos que firnl.sr anfes un papel que nos leyó: era una notificación de que no podríamos salir de esta ciudad sin permiso, el que se dignaría él conceder– nos si a bien lo tenía, y si lo soliciiábamos por escri– fa expresando el lugar a donde queríamos ir, la direc– ción por dondé haríamos el viaje y la fecha en q'ue

regresaríamos: "ainda mais" se reservaba el goberna– dor el derecho de exigirnos, para otorgarnos.· el solici– tado pennisb, que hiciésemos un depósito de 200

a 500 pesos en la Administración de Rentas o. dejá– senlOS fiador abonado por la cantidad que él (Rivas) fijase, como garan±ia de nuesfro regreso en el plazo

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