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t:onsígnado en el permiso Alegu~ yo qUé me halla–

ba en posesión de l.Ul pasaporte firmado por el mismo

presidente Zelaya en el que se rne amarizaba para

salir de Nicaragua cuando quisiera y por donde me pareciera mejor "No fengo que ver con eso", me

dijo el Gobernador¡ enseguida, con una melosidad repugnanté, cuando ya hube firmado la notificación

concebida, agregó: "Siento lo que a Uds les pasa¡ pe–

ro créanrne que no hago más que obedecer órdenes

superiores"

Entre las varias visitas que tuve en mi casa des–

pués que salí de la prisión, fué una de ellas Isidro

Urlecho. por quién supe que las tropas nicaragüen–

ses que ocupaban Yuscarán al mando del general

Herradora habían sido completamente derrotadas per– diendo la artillería, los bagajes y hasfa unos 30 000

pesos que acaba de recibir de Managua

Agusiín Bolaños se fué a Las Mercedes después que nosotros habíamos salido de allá con 10 que se libró del chasco que sufrimos Don Frufos Chamarra, Alejandro Zavala y yo El lunes 15 de enero ITle sen– fía yo lnUY tranquilo, persuadido de que no volve– rían a molesfarme, pues Gámez daba a enfender en un felegrama que me dirigió el día anferiOl, que en Ma nagua ignoraban lo que a mi :me había pasado No fué poca mi Sal presa cuando a eso de las 11 a nl. hallándonl.e en el baño, llama la Bela a la pueda, y con voz de susfo me dice: "Acaba pronto; aquí esfá Frutos, ya llevaron presos a Zavala y a Diego Ma– nuel" Me vesfí apresuradamenfe, y resuello a no dejanne prender, gané la puerla de mi casa, donde me enc<Dnfré con Agus±ín Bolaños, y acompañado de éste tomé por la calle Real con direCción a Occidenie LlevábaInos pensado oculfarnos en la casa de Agus– tín Alfalo, en el Palenque, pero al pasar frenie a la casa del Licenciado José María Noguera se :me ocu– rrió que nos escondiésem.08 allí El Licenciado No– guera, sea porque mi suerie le inspirase inferés o por– que sinfiera mucho :miedo, me dijo que no era su ca– sa lugar seguro y que fuéramos a la del Padre Juan Cabistán que en frente de la suya queda Aprove~

chamos un Inomenio en que la calle estaba casi de– sierla y la cruzamos a paso acelerado. R~cibiónos

znuy bien el Padre Cabisfán, quien nos puso en un cuarlo enteramente desocupado con puerta a la Calle Real. Como teníamos miedo y al través de las ren– dijas de las ventanillas se veía la calle y los que por ella pasaban, cubrimos la puerta con una bandera Nacional hecha de sándalo que el Padre nos llevó

A penas almorzamos pan y queso que de mi casa nos enviaron en una servilleta con una criada de No– guera llam.ada Margarita: nos saptiamos muy inquie– tos A eso de la 1 p.m nos dijo el Padre que Camilo Mejía nos llamaba del tejado de su casa para con– versar con nosotros En el acfo se nos ocurrió la idea de pasarnos, por medio de una gran escala de albañil que en casa del Padre había, a la casa de Mejía; pero éste nos dijo que era mejor que fuéramos a la de Don Nicolás Ouintín Ubago donde todo esfaba lisio pa– ra recibirnos Así lo hicimos, en. efecto, y yo pasé por el tejado de la casa del Padre Cabistán a la de Ubago con menos dificulfad de la que temía. Se nos recibió perfectamente bien de parle de la familia y nos oculfaron en un cuartito contiguo a la sala, donde duenne Antonio Barberena, hijo de Doña Pastora, es~

posa de Don Nicolás Quintín La dueña de la casa y

su hija Luisa Emilia Barberena en persona nos sirven la comida en aquel escondite Se nos preparan bue~

nas tijeras para donnir en airo cuario que está sepB.~

rada del que OCUpBnlOS por el pasadizo de ingreso

El 16 de enero sabemos por papelitos de la Bela. por Camilo Mejía que viene a vemos diariamente y vive con:iiguo a esta casa y por otros conductos, que

nicar~giienses y hondureños se baten nuevamente en

Choluf~ca y que han sido puestas presas aquí muchas

personas, entre las cuales Don Vicente Ouadra. a quie– nes .exijen fuerles sumas de dinero Desde lUUY tem– prano de la mañana nos asiamos en el cuarlito que sirve de donnilorio a Antonio Barberena, a fin de evi-

tar que SIrvientas y nifíos de la caSa se enferen d nuesfra presencia, pero llega como a las 11 a m. une escol;ts; a buscar a Camilo .Mejía, cuanc:Io se hallab: de VlSlfa en nuesiro escondldte, y a reglstrar su casa y el miedo nos hace salir para aploxhnarnos a la es' cala por donde en caso apurado debemos salvarno– ganando el pafio del Padre Cabisián No hubo d: ello necesidad, pues la escoHa que buscaba a Mejía después de minucioso registro hecho en su casa s

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1 efiró: ya nos habían visio los criados y niños, y' fu~

innecesario que volviésemos al dormitorio de Antonio Siguen llegando noficies acerca de la reñida bulall a empeñada en Ch~luteca y .concebinl.os grandes espe. ranzas de que Vasquez inunfe en este encuentro y

suene la hora de nuesha redención

El 17 tuvimos un buen susio Empezábamos a al rrtorzar, y apenas había tomado yo una sopa de Osiras' cuando llalnaron a la puerta Fué Doña Pasiora á

ver quien llamaba acompañada de una niña como de 12 años quien debia volver corriendo a decirnos si había algún peligro: llega ésia apresurada y nos grüa: "La autoridad, la au±oridad" Sin esperat" ofra cosa me lancé a la escala, subí rápidamente al feja. do y me disponía ya a pasar a la casa del Padre Juan cuando Agustín y Don Nicolás llegan a decirme qUe n'\e vuelva; que no hay ial "Autoridad", y que quien llanlaba a la puerla era Manueliio Argüello Arce qUe quiso dar una broma a Doña Pastora: no Iué pOCo pe– sada la que me dio a n1Í: tan asusiado estaba qUe no pude volver a la ntesa

El 18 en la mañana se confirman las noticias alarmantes; nuesha ansiedad es indecible, aseguran que ya se están escapando los iglesieros Pero todo el castillo de nuesfras ilusiones se viene al suelo a las 12 del día, hora en qUe oímos los cañonazos y repi ques que anuncian la. vicioria de los liberales en Choluteca

Com.o la Bela había recibido partes de Gámez y

Gregario Abaunza en los que le dicen que se me ha exinlido de la contribución de 500 pesos que los igle sieros me habían impuesto y que puedo salir sin femor de mi escondite, y rrte aconseja el segundo que me traslade a Masaya donde esfaré hanquilo, resuelvo irme a mi casa tan luego como entre la noche No fué es10 posible porque los cuairo liberales de aquí sacaron una música para celebrar su triunfo por las calles Tuvimos que esperal Agusfín Bolaños y yo que estuviese todo iranquilo como a las 11 p m. l?arB irnos a nuestras casas. Al llegar a la Inía acabe de saber cuán espantoso .tenor pesa sobre Granada

Pasé en mi casa, a pueda cerrada todo el día 19,

y dispuse trasladarme al siguiente a Masaya, para lo cual debía solicitar penniso al Gobernador MililBr Rivas: lo hice así, ofreciendo volver el 30 y presen~

tanda canta fiador de mi regreso a Adolfo Benard.

Corno Frutos Chamarra ha sido fambién perse– guido, la Belifa, su esposa, vive desde el 15 con nosotros

Supe por Fausfino que el Dr. Alvarez se halla oculfo en Jalteva, y que a m,i me buscó una guardia el 16 a la una de la tarde, registrando hasia los armarios.

Las principales señoras de Granada han huído de sus casas para ponerse a cubierto de atropellos Y

para no nlorir de hambre, pues Fernando Rivas Chu– cha las rodea de soldados y no las deja comer. Se han presenciado escenas odiosas: la familia de Eduar– do Moniiel, sobre todo, ha sido blanco del más sañudo encarnizamiento. Se cuenta que ha sufrido mucho también la familia de Salvador Lacayo.

Casi todos los presos han salido después de ha– ber pagado una :parle de la enorme multa que a cada uno de ellos le Impusieron "por vasquizias". A Za– vala, Miguel Gómez, Caye1ano Ibargüen

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Diego Me· nuel y Alejandro Chamarra los llevaron desde el 15

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