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le sirve para cargar un.to sin sal, sebo o bien, para guarecer de la lluvia cualquier cosa útil y desbaraiable que pueda servirle en la vaquiadera como 'guaco, contraveneno, chil– cagres, cabos para :melenquiar, etc. etc.

El colemiquero en una bolsita igual a la descrita, pero amarrada en el lado opuesto al descrifoen el párrafo anterior, bajo la fal– da derecha de la monJ:ura, para que pase in,=\dverj;ida, pues, nadie imagina que exista tal' depÓsito a tal la.do, guarda la cola de mi– co que en su camaradería con el Diablo éste se la regala para que nunca lo bote ninguna :bes#a chúoara o toro indómito en cualquier potrero, corral o barrera que le toque jinetear, por obligación o por puro gusio.

., 'Pérez no titubeó al buscar la protacfora 'C:ol¡j¡" la que encontró boquera y sin dificul–

~ad,seguidi±o la jaló con rapidez, sin que na–

~Ue lo viera, por lo que logró zambullírsela naja la cotona donde quedó aprisionada por la :rigidez del barriguera que le servía de faja,

r Gabino empinó afro lijaio, despreocupa– do por la mariasón de los trinques no revisó qon atención la albarda y sin tnuchos rodeos avanzó hacia el bramadero, se arrirrló a la pesEa, Se montó de golpe, voló un grifazo, saludó al público y cuando Se siniió bien afianzado, urgió la corrida del falso, el cual fue jalado por Abel Ortega que atuteaba la f¡una de brujo y que enlraba a la Plaza hasta entonce,s después de haber andado capiuran– do al foro.

La chichera del maestro Toledo zumbó a los; aires húmedos la contentera de El Zanate, y El Retumbo como si tratara de acompasar su brincadera a las noias de la música inci–

tante comenzó a matonear danzando a brinco cario, es decir; de medio paso y en uno que

1.e, salió muy desproporcionado, pues se le pa– só de acera la matoneada, por haber perdido el compás, lanzó al éter al descolemicado colemiquero.

Cayó Gabino surumbo y se estiró cuan lar– go era en el gramal de la barrera, hizo es-

fuerzas por incorporarse y al nofar que no obe.– decía el cuerpo a la acción de, sus esfuerzos y

que sólo con ll;l boca podía a,duar, gritó f\iri~

bundo y feroz inculpando a un 8\1 inocente compañero, a quien apabulló así: ' -Es.±e bandido de Abel Oriega se me güe–

V10 la colemico y el infeliz lo hizo por pura envidia y porque yo soy la basura de sus ojos.

El aludido que acababa de volver de la persecución y a quien por contingencia le io– có jalar el falso a la reaia, al oir a su compa– ñero insuI±arlo sin motivo, contestó casi entre los dientes y arrimándose a la cara del mal– matado, le dijo con cieda indiferencia de su– perioridad:

-No fregués Gabinó, no fregués, yo no gueviaría nunca lo que me sobra a moniones y menos a un pañiya como vos; dejate d~

chocheras s¡i querés tener la fiesta en paz; oyilo bien, en paz.

Sus compañeros de brega de La Trinidad que oían la maldecidera de Zamora, dijeron coreando a Abraham Pérez que llevaba la voz cantanie ct?n ,ion~ rudo y sostenido para cor, iar las recnmlnaClones del desmambichado:

-(Así quién no, Gabinó!.., con tu cola vieja hasta al mesmo Diablo se le ponen las chocoyas;, .. ¡qué vivo el rechochísi:mol. , ,rAsÍ

quién no, Gabinó!, , ,y lo piar del cuento es que nos tragarnos por :mucho Hempa ±u repen– conada de amansador; Jasí quien no, GabinóL. Hasta la nana Anselma por desquifarse le sa_ caría coyundas al rnaistro Ugenio, cuando de puro balenca éste le zampa cincha por puro gusto corno para que sepa la bruta ,vieja que los güevos del tapesco son suyos, .. y muy re– suyos sin círculos madroños ni patas de vola.–

dorasl, , "Velo, al remuy chocho, rebién bru–

iiido, , ,'1' lo piar del caso es que se pone ±rom– pudo porque le cogieron la calemico! ¡VeloL. ¡Velo, al rernuy pendejol...(Al remurriñosoL

y las carcajadas de la coacierfería saHa.– han a caiaratas de su boquerío desplayado,

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