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currido. Mas, habiéndose cubierto el cie– lo de nubes en ese preciso momenlo, que lanzaban á±erradores rayos, se interpretó, con el fanatismo del fiempo, corno :'leñal inequívoca de que no agradaba a DIOS el perdón de los idólatras, y pidió al Obispo la concurrencia, que llevara a efec10 la fla– gelación, que in¡nediatamenie se ejecutó. De los ídolos de piedra que adoraban los subfiavas, existen todavía cuatro del tamaño de un hombre en la Avenida Ce1'l– ±ral a la orilla cíel puente de Guadalupe; y dos más en el propio lugar en que se les rendía cul±o, hoy potreros de la finca "El Carmen" del Dador Crisan±o Sacasa. Hace varios años yo los conocí.

Vestían de manta; con enaguas lar– gas y de vistosos colores las mujeres, con el pelo tendido sobre la espalda o en lar– gas trenzas adornadas con las olorosas flo– res del campo; y los hombres, pantalones remangados a la rodilla, cai±es y sombre·· ro de palma; necesaria ves±imenia para el trabajo agrícola y de pesca de que vivían.

Hoy visten con la elegancia moderna. Le6n, ciudad a la que Sub±iava había brindado sus servicios y recibido con ale– gría de hermanos a sus moradores cuan– do llegaron en desgracia a fincarse a su rumbo oriental, hizo que Doña Mariana de Ausiria en Real Cédula de 1673 agre– gase a su jurisdicción, los pueblos del .Co– rregimiento de Sub±iava que eran Tehca, Quezalguaque, Posoliega y Posolieguilla, y el mismo Subtiava, para su exploiación y aprovechamiento exclusivo. Con el abu– so del fuerte sobre el débil los sometió a su servicio, y en cada irapiche, en. cada paraje de finta de añil, en cada haclenda de los Alcaldes y Regidores de León, se ocupaban en intolerables trabajos a ~os

hijos de Subtiava. Contra iodos estos 111–

nobles procederes ocurren los subtiavas en queja ante la Real Audiencia de Gua±ema– la, Tribunal que haciéndoseles jusficia ba– sado en la verdad de los hechos, forma en 1694 el Corregimiento de Subtiava con todos los pueblos ya dichos y el hoy ignorado de Sacacaya, desligándoloS com– pletamente del Municipio de León; y nom– bra Corregidor de Subfiava a Don Diego

Rodríguez Menéndez. Vientos de vida, de tranquilidad y de alegría se vienen para Sub±iava, con su indepenclien±e Corregi– dor; mas, ~quién era ésie, de dónde ve– nía, qué hizo para llevar prosperidad es– pirifual y material a Sub±iava?: era natu– ral de la Villa del Infies±o del Consejo de Pitaña en el Principado de Asturias: hijo del Escribano don Diego Rodríguez Me– néndez y doña Ca±harina Fernándezl de– sempeñó imporfantes cargos que le enco– mendara el Rey, y murió en Subtiava en la paz del Señor, el 5 de Abril de 1703,

siendo enterrado en la santa Iglesia Pa– rroquial. Estos datos los compruebo, con el tesiamento cerrado y diligencias para su apertura que originales exisien en el Archivo Municipal de León, y que adelan– te copio en partes. Hombre desinteresa– do y justo, impulsó las obras públicas de su Corregimiento y bien puede decirse con el Dr. Ay6n, que sac6 a Subtiava de la esclaviiud a la libertad. Obra de su celo

y abnegación es, la hermosa y simb61ica Iglesia adual de San Juan Bau±ista de Subfiava, la que consiruyó y dotó de una hermosa campana de doce quintales que trajo del Perú. Construyó también la Iglesia de San±iago, cuyas ruinas aun exis– ten todavía, una cuadra al Este del Asilo de Ancianos y media al Norte, en el solar que hoy pertenece a doña Francisca viuda de Mon±enegro ....

A manos llenas repar±ió beneficios el Corregidor Menéndez en Sub±iava, dio al indígena seguridad en su persona, liber– tad en su trabajo, y superación espiritual. Subfiava debiera levantar en su plaza principal, un monumento a su excelsa rnemoria.

Testamento cerrado del

Corregidor Menéndez y su apertura

"En el pueblo de Subiiava del Corre– gimien±o de Quezaluaque en veinHicinco de Henero del año de miU y seHeeienHoB tres; anite mi el Escrivano de su Magestad

y testigos; su Merced el Capilan don Die– go Rodríguez Menéndez, Corregidor y Ca– pitan de Guerra de esie Partido por su Magd., a quien doy fee conozco y de que al parecer está en su entero acuerdo, es– iando enfermo en cama, me dio y entregó éste papel cocido, zerrado con caHorce ce– lIas de lacre, y dixo que den±±ro está es–

crip±o su ies±±amento en ocho foxas con

esta de papel del sello .tercero y es su úl– ±ima y final voluntad y fiene hecha la pro– testación de la fee y cláusulas ordinarias de Dro. de nombramienHos de Albaceas y

herederos y que como tal quiere se tenga y se cumpla y se ejecu±±e por su Tesia– mento Cobdicilio en aquella vía y forma que de dro. mejor aya, y revoca y anula

y da por ninguna y de ningún valor ni efec±±o de dro. cualesquier ies±±amen±o, Cobdicilios, Poderes, memorias, mandas y

legados que anies hubiere otorgado por escripia, de palabras y en otra cualquiera forma para que no valgan ni hagan fee en juicio ni fuera de el, salvo éste que está escrip±o den±±ro de esie papel qu.no se habra hasta después de su fallecimiento. 1 así lo otorgó y firmó siendo ±esiigos lla-

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