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buena nota a.!jegurado me fuí parp mi casa y pude observar gran movimiento en las ¡calles, y gru– pos considerables de militares conservadores yendo haci~ el cuartef' principal para presentarse como voluntarios. Era el localismo despierto. Un grupo de esos qu.e iba por la plaza central lan–

zCibci éste' grito que paree/a paradójico: -Viva el Partido Conservador, Viva el Gral. )os6 Santos Zelaya-. Dós vidas políticas incompatibles.

El día siguiente vi~o el doctor Adán Cárdenas para discutir y resolver ,en Granada, que entonces era la indiscutida sede del Partido Conservador, la actitud que debía adoptar ese portie do frente a tafes acontecimientos.. Por la .tarde hubo una reunión de NotCJbles en fa caso de mi madre presididg por ~I propio doctor Cárdenas respetado jefe del

i Partido. Mis primos Pasos Costigli% y yo nos instal(Jmos de mirones. Presentada la consulta, dos jóvenes oracl0res, Diego Manuel Chamarra y Pedro Rafael Cuadra se pronunciaron enérgicamente a favor de.lq neutra– lidad def Partide;¡ Conservador. R!ilcuerdo que Pedro Rafael Cuadra usó la frase:

,-o_. Qued.émqnos

en lá acera viendl;J .pasar la corri~nte, para act!Jar. fibremente cuando convenga a los intereses de nuestro Partido. Pero el doctor Adán Cárdenas tomó la pafabra) y con voz pausqd.o¡dijet que esa mismo era su opinión en ef fondo; pero que resuftaba ya inútil sostenerla, porque' todos los altos militares conservoddres) 'como ' los Generales Jonás'Alvarez) Paiz, Méndez/y Id 'oficialidad correspondiente ya estaban de alta, c;amino a los campas d~ batalla, con el propósito de cobrar

Q Ips fe0'1eses la derrota de La Cuesta. Alguien reforzó af doctor Cárdenas diciendo que también

en Gran9da fas milit~res oper~ban animados del mismo sentimiento revanchista y localista. En– tonces se resolvió el

ápoya af Genera; 'Zefay~, que con habilidad pofítk:a lo habíu preparado, confiando o jefes leoneses todas fas tareas ingratas de persecuciones y ultrajes a fas conservado– res.

." Los capitanes jóver:tes del con~erv(Jtjsrro fueron movilizados. En Chontafes era Prefecto el General Nicasio Vázquez, que había sidl;J r;iurante. su mQndo una autoridad suave con los conservadores. Lev(Jntó un ej~rcito de batallones, de soldados chontafeños, en los ,cuales iba QHrente"de una co'mpañía el Capitán Emifiano ChamQTrQ .. Recuerdo,que en un lugar !fama– do EIOb,,:i¡e se lipró u,na ~qtaJlCJ r~ñiqa y sangrienta, y el Capitán Emiliano Chamarra se portó briilantemente en el asalto. Por recomendaf;,i9/1 del Generol Vásqllez, Chamarra, de hazaña en hazaña, fue ascendido grado por grQdo, hasta regresar con el de Coronel y con la fama de va-liente y corajudo: . ; , . . .

, En . G{onada con, q/~!ía se c,elebraba.n los triunfos, con' ardor tristemente localista. Sucumbió:la .reyolucióq de ~f?ó.n,cuya baFlder9 ,era el antirreelecc;ionismo, yen contradicción con ef más firme de sus principios b6sicpÁ, el Partido Cons~rvador aparece apayando a la dictadura.

, Se' hablaba por lo'bajo de que los oficiales más distinguidos obligarían a Zelaya a pro– ceder dando al puebfo unas'elecciones fibres. ' Pero Ze/oya político más hábil y sin eSc:rúpufas, a

unos y 'a otros, los envolvió, y pas9ndo de un localismo a otro sujetó a los dos a su férrea tira–

nía. Los oficiales señalados fueron perseguidos. Ef.General Zefaya se sacudió de los Conserva– dores y con las manos fibres extremó el radicalismo de, su política, como fanático fiberal q~e en' realidad ero.' . " ' . ,

,

El General José Santos Ze/aya triunfador en virtud de un hábil maquiavefismo del focafis~

'!lo . leonés y dellocafismo granadino, empezó a rodearse, de jóvenes que ahora se diría' de extre– ;;na izq.uiert;Ja,. Fue el colaborador mós visible y más extremista el doCtor Adoffo AJtamirano. Rompió, !On1as' con.tra la fgfesia Cátólíca, decretaron la prohibición a fos sacerdotes de usar ef

~ra¡f! talar" . Sl.Jb'~vqdo el, Cleto por. tal ataqve, a sus derechos fue 'rigurosamente persegvido y expulsado los sacerdotes más ilustres y también el Obispo Pereira y CasfeJ/ón.

Granada fue castigada severamente y una de las víctimas fUe el Instituto Nacionaf de Oriente c1ausurado por de pronto y saqueado en sus bibfiotecas y en sus museos. A estos ultrajes

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