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ciencia polltica y de su conciencia moral; de que han co· metido un error enorme, pues han dado lugar a una tragedia colectiva, al sacrificio de un pueblo, a su desor· ganización, al caos y al descrédito ante el mundo.

El sitio de Granada que duró cerca de nueve meses había dado una decepción a Jerez y a Castellón, ;pues no tenían las fuerzas necesarias para obligar a la rendición

y como digo atrás, exhaustos, buscan a los filibusteros. Este hecho fue conocido en Centro América y según su desarrollo los Estados hermanos veían que en la lucha fratricida en Nicaragua sólo saldos dolorosos para sus hi– jos había y en cambio empezaron a notar la tendencia de Walker a sobreponerse Los legitimistas pedían ayuda a sus amigos de Honduras y de otros Estados. La insolencia del bucanero se hizo sensible con otro fusilamiento como el de Ma'riano Salazar. Las ideas de dominación eran una obsesión en él y llegó a las exigencias contrarias al de– coro y a la ley de hacerse candidato, obligando a don Patricio a dar un decreto convocando a elecciones en las que él debía figurar como candidato tomando la ciudada. nía nicari\güense. En ésto, después de luchas partidilrias, don Patricio se vino a Chinandega, derogó el decreto de convocatoria y rompió con Walker. Honduras, El Salvador y Guatemala se aprestan, no sin antes tomar rumbos de su conveniencia cuando miran que los Estados Unidos ha– bían reconocido a ese gobierno espurio, intruso y usur– pador. Son momentos en que la historia de los Estados Unidos se ensombrece, porque tal conducta desdecía de la limpia trayectoria de Washington y Jefferson y del ho– nor del pueblo norteamericano Walker tenía su respaldo en los Estados Unidos y no se explica de otro modo, ya que los vapores de la Compañía del Tránsito le sirvieron admirablemente sin que hubiera un reclamo o protesta como han hecho con nuestros ~obiernos de est9s tiempos. E! clima político de Centro América se caldeaba al surgir instintivo el sentido patriótico que estimuló el honor na– cional. Costa Rica declaró la guerra y pronto estuvo en la frontera chocando con Walker en Santil Rosa derrotán– dolo el 20 de Marzo de 1856. En Abril estaban en Rivas, donde se cubre de gloria. Rivas da lugar a dos actos heroicos: el de Mongalo y el de Juan Santamaría.

Llegan contingentes de Honduras, El Salvador y GUiltemala y haciendo acción común sólo tienen un ob· jetivo: vencer a Walker y a sus hombres porque repre– sentaban el peligro de vasallaje ante un poder extraño. Una circunstancia nos daba cierto aspecto favorable que era la rivalidad de Inglaterra con el surgimiento de la potencia norteamericana, ya que ambas soslayaban la vía interoceánica nuestra. La prensa inglesa, entonces, se muestra dura en sus ataques contra Estados Unidos, pues ataca reciamente la política norteamericana porque veía con claridad que era éste el que ayudaba a Walker, quien sin su ayuda no habría adquirido tanto poder. Todo esto dio a los Estados hermanos un concepto claro que era el de defender la independencia. El Salvador obraba con más cautela, pero al fin, pronto se vio en tierra nicara– güense a los Generales Zavala, Belloso y Xatruch, con

Jerez, Tomás Martínez, Estrilda, Chamorro (Fernando), Mora y Cañas, todos haciendo causa y accién común La situación geográfica nuestra y una posición simio lar de turbulencia en Ill¡s otros países de la América Hispana hacían que no se dieran cuenta cabal de nuestro problema, por lo que no estaban en capacidad do ayuda,

y Colombia y México, fronterizos, tenían sus graves si· tuaciones interiores por lo que los países centroamerica· nos vieron que sólo a ellos les tocaba la heroica tarea. Todos pusieron su contingente y llegaron con amor y fe, con patriotismo de los gobiernos y patriotismo del solda· do a emprender la lucha que marca la epopeya histórica verdadera de consagración de nuestra independencia, ,porque si la primera vez, en 1821 nos libramos y obtuvi· mos nuestra independencia era de la Madre Patria y aho· ra se consagraba una causa contra un invasor extraño que pudo exclavizarnos y subyugarnos. Los unos pOI un lado, los otros por otro sector, cada uno perseguía la presa, mas le tocó al General JOSE DOLORES ESTRADA chocar con las tropas de Walker en San Jacinto Estrada esperaba

y estaba listo a reforzar tropas que debían llegar del lado de Matagalpa y Nueva Segovia, según órdenes de los legitimistas, pero Walker con su espionaje se da cuenta y

manda a atacar cuanto antes a esas fuerzas y vencerlas para evitar la unión con tales contingentes Era para él una necesidad el desbaratarlos, pero el Destino marcó otro rumbo y la estrella de Walker se eclipsa, pues al ~ul­

minar con la e,popeya vino la decadencia y la ruinil pala

él locil a un gran poeta cantar esa epopeya

y cie esta epopeya, de esta gran tragedia, ¿qué lec– ción nos da la Historia? Esta es la ley del progreso ,:lel hombre y de los pueblos que necesitan de la destrucción

y de la muerte para que la criatura humana surja más pura y perfecta Se necesita del dolor para que h?ga de crisol

Mas del dolor surje también una cosa bella: Tres fenómenos ascendentes que conducen a la cum!1re excel· sa del amor a la Patria. El uno que nos revela que el nicaragüense tiene capacidad de regular sus acciOne:;

y rectifificar sus errores y hacerlo público, como los de– mocráticos que se empeñaron en encauzarse y buscaron al enemigo encarnizado de ayer para pedirle que se jun– taran ,para luchar por la Patria yesos contrarios saben olvidar y aceptan noblemente, conducta que nos revela también que nuestras diferencias actuaies las debemos resolver en no lejano día en pa7 y fraternidad para vivir feliz y dignamente. Igualdad de circunstancias dan los otros pueblos, pues siendo hijos de igual origen indican que de igual manera deban hacer los hombres de esos otros Estados, para resolverlos también con honor y dig– nidad. Y resolviendo sus propios problemas locales de· jan expedita la vía para llegar a nuestro ideal político máximo, porque estamos claros que surgirá el otro fenó· meno y es que todos los centroamericanos tenemos imbí– bita la virtud de superarnos en patriotismo y sabremos hacer la PATRIA GRANDE, DIGNA Y FUERTE PARA CUM– PLIR MEJOR NUESTRO DESTINO QUE DIOS NOS HA DA· DO Y CONQUISTAR CON EL TRABAJO NUESTRA PROPIA GRANDEZA.

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