Page 48 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

simple, elegante y bolla; no significa c¡ve sea también

verdadera; ésta es otra cuestión.

Ahora bien, todos estos puntos, el origen de la cien–

~il), la época cientlficlt, su tipo de crecimiento, su estruc– tura semejante ti ramas enfrelazadas,

$U progresivo aleja– miento de la normal comprensión del hombre y de los problemas filosóficos, su libertad, el carácter ele su obje. tividad y de su abertura son elementos demostrativos de

la relación existente entre ciencia y cultura.

No me refiero aquí al tema popular de la culfura de masa. Hablando de ello, me pal ece que se deba ser críticos, pero también, y sobre todo, humanos; no se pue· de ser unos "snobs" sino tolerantes y casi cariñosos. Se trata de un problema nuevo y no se debe esperar que pueda ser resuelto con los métodos de la Atenas de Peri– cles. Estoy convencido de que 105 problemas de cultura de masa y sobl'e todo en los problemas de 105 medios de comunicación de masa, no sea cuestión de falta de per– fección. Considero que el obrero, el modesto obrero de cualquier parte del mundo, tiene hoy a su alcance más y

mejor música, arte, literatura, que todos sus predecesores.

Más bien parece que las cosas buenllS se pierdan en un mar de mediocridades, que "el nivel del ruido", como dicen 105 americanos, sea tan alto que haga desaparecer muchas de las condiciones necesarias para poder apreciar l. bondad do las mismas. No se come bien si no se está Ctllmbrieilto; existe cierta frugalidad en la mejor cocina.

Es éste 01 marco que encierra el defecto de los medios de comunicllci6n de masll. Pero no ea éste, ahora, mi pro· blomB.

Antes bien, pienso vagamente en la que podríamos llamar comunidad intelectual, 105 artistas, 105 filósofos, 105

políticos, los m~estros y también, aunque quizás no todos, la mayoría áe los p,r,!Jfesionales, críticos profetas, hombres de ciencia. Es un grupo abierto sin una Ifnea exacta de demarcación, un grupo que crece, que abarca una parte siempre mayor de la población. Tiene el deber de amo pliar, preservar y transmitir nuestros conocimientos, nues– tras capacidades, nuestra comprensión de las correlacio– nes, de la importancia de la prioridad, de los encargos, de

Ii'l$ obligaciones éticas, de los significados, de las relacio. nes, con 'el fin de ayudar a 105 hombres a aceptar sus ale– grías, sus tentaciones, sus preocupaciones, sus límites, su belleza. Todo esto se relaciona en parte, como en el caso de las ciencias, con h verdad de enunciaci6n, con propo siciones que dicen: "Si haces esto y lo aIro, verás lo que ocurre"; estas proposiciones poseen eSi! especie de obje. tividad por la que pueden ser controladas hasta que se en· cuontre el sistema de poner fin a la duda, si bien sea siempre prudente dudar de cuando en cuando. Asf ocurre con las ciencillll.

un poeta o de un comediógrafo, porque estas cosas no son objetivas en el sentido de que yo hablaba. Sin eOl bargo, para cada verdadera comunidad, para cada socle· dad digna de este nombre, estas afirmaciones deben tener

un elemento en común, deben ser públicas, importantes y

significativas para el hombre, no necesariamente para too dos, pero no solamente para los especialistas. Me ha in· teresado mucho el hecho de que en este mundo de cons– tantes mutaciones y de crecimiento cientifico, hemos perdido en grandísima parte nuestra capacidad de hablar con el prójimo. En esta sucesión de descubrimientos pro. fundos nos hemos alejado unos de otros en nuestras tra. diciones y, más aún, en el lenguaje. No hemos tenido ni el tiempo, ni la fuerza, ni la capacidad de comunicarnos , lo que hemos aprendido, ni de escuchar, ni de buscar lo que hubiera podido ampliar y enriquecer nuestra común cultura y comprensión. V así, la parte pública de "uestr. vida que sostenemos y tenemos en com{jn, ha sufrido, co. mo han sufrido la inspiración en las bellas artes, el eler. cicio de la justicia y de la virtud, de nobilización del poder y de nuestra común conversación. Por eso somos menos hombres. Nunca en la historia de hombres han surgido con tanta fuerza las especializaciones como en la époc. actual tenemos nuestras bellezas privadas; pero nos he–

mos empobrecido por lo que respecta a las nobles empre– sas en que el hombre alcam:a la fuerza y la capacidad de observación por la perfección pública. Deseamos ardien· temente la nobleza, los actos poco comunes y las palabras que crean armonfa entre la sencillez y la verdad. Me par. ce que ese defecto tiene una relación con 105 grandes pro· blemas públicos que se hallan sin resolver: supervivenci., libertad, fraternidad.

En este efecto veo la responsabilidad de la comuni· dad intelectual hacia la historia y hacia los hombres: una responsabilidad que es la condición necesaria paro reha· cer completamente de nuevo, como exige nuestra época, las instituciones humanas para que haya paz, para que puedan sostener más eficazmente los compromisos éticos sin los cuales no podemos vivir correctamente como hom· bres.

Esto puede sigi'lificar paroll la comuilidad intelectual un esfuerzo mucho mayor que 011 el pasado. La comuni· dad aumentará; pero creo también que meiorará la calidad I

y l'lumentará la perfección de las cosas que realizamos, Es de esperar que, dada la creciente riqueza del mundo y la posibilidad de que esta riqueza no sea toda empleda en la creación de nuevos comités, tendremos más tiempo a nuestra disposición, tiempo que deberramos emplear en tratar de hacer reemprender la conversación a los miem· bros de la comunidad intelectual a fin de llegar a una mi yor comprensión entro los mismos.

I;n olta comunidad inteledual ~xlsten otras tlasBs de Creo que todos nosotros, cada uno en su propio cam-¡ I3flrmllC:!Ol!IlS qUG ponon en evidencia un temil más que po, tenemos el deber de proteger fas cosas que conoel!" Ilflrmar un hecho. Pueden !ler dedllrlldones da conexión, mos profundamente, el deber de proteger nuestra compe'

6 de relación, el de Itnp6rtAnda, o pueden ser, de una for- tencla, nuestra capacidad profesional.

mil u otrA, dedaraciones do obligación, 9Sto os, declara- Efectivamente, !Ssta es, honradamene, nuestra únlC' dones que ex."ellan una obligaci6n concordada. Para tabla salvación. Es, además, necesario que nos dedique–

~1I8s el término "certeza", que es natural aplicar A las mos a actividades disPíntas y complementar;.., sin dejar', denclas, no tiene mucho sentido; tienen quizás más los nos intimidar por ellas y sin despreciarlas, cosa que hacen' términos como profundidad, firmeza, universalidad; pero muchas personas hoy en relación 11 las ciencias naturales,. la certeza, que se aplica en realidad al control, no repre- y a las matemáticas. Para empezar debemos aprendet I

s'enta el criterio principal en gran parte de trabajo de un nuevamente, sin desdén y con paciencia, a hablar uno l

fil6sofo y en la mayor parte del trabalo de un pintor, de con otros; y debemos saber escuchar.

-42-

Page 48 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »