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Me volví al Campo de Marte y produje una ,alarma enorme 01 relator el perconCé

Todos tuvieron el caso como un asesinato frustrado Yo iba vestido con dril de lino layado que se Llsaba mucho en aquel tiempo El Gral Mancado se fijó que él también tenía el mismo vestido y apuntó la posibilidad que la intención del tiro había sido en contra suya Otros cre– yeron que era directo contra el Gral . Estrada Calmó las discuciones una broma chispeante del Gral Luis Meno, qUien dijo'

Hombres, dejémosle su tiro al doctor Cuadra Pasos, ya que él corrió el peligro, no reba– ¡e'mos la importancia de su personalidad

'/

Se discutió mi moc/on La apoyó resueltamente el Gral Estrada y concluyeron aceptán-dola los Grales Mena y Mancada Se puso un parte, e insistí en mi conversación con el Mi–

nistro americano yéndome esta vez en el carrupje del Gral Estrado Por cierto que fue recha zoda ia proposición, y el Poder americano insistió implacable en la excomunión para el libera–

lismo

Todos rieron de la ocurrencia y yo tomando la palabra dije, que me parecía lo más pru– dló!nte no darle el carácter de un asesinato frustrado al incidente, que dijéramos en comunicado de prensa que era un tiro que se había escapado de la ametralladora de la torrecilla por des– cuido y sin malévola intención Es malo siempre, agregué, establecer la posibilidad de un ase– sinato contra los jefes de la revolución y si hubo delito es mejor dejarlo impune que favorecer cOn el escándalo la posibilidad de esos procedimientos en Nicaragua Que solamente se pro– cediera a retirar del servicio militar por su descuido al mettóllista que manejaba esta ametra– lladora

Q'E formuló un decreto amplio, dando poder absoluto y supremo a lo Asamblea que

D· se iba a elegir Correspondió el Partido Conselvador al llamamiento y en todos los departamentos eligieron con entusiasmo su representante

Yo solí electo por la Costa Atlántica El club Unión, fornlado por los costeños de esen– cia sostuvieron mi candidatura, que no tuvo ningún apoyo oficial de las álturas, ni por parte del Gral' Estrada, ni por parte del Gral EmÚiano Chamarra ni por parte del Gral Luis Mena, que dejaron sentir en otras paltes lo poderoso de sus recomendaciones Era mi candidatura el re–

sultado de mi actuación en ese club Unión en las discuciones sobre los procedimientos y resul–

tados de Jos situaciones difíciles porque atlavesamos, en donde sostuve la tesis de la nueva reincorporación de nuestra Costo Atlántica siendo el factor decisivo contra todo concepto de ti– ranía o dictadura.

Pero indudablemente como se dice aholo la elección fue unilateral Así fue también

la elección liberal de la famosa Asamblea de 1893 Las dos eran la expresión de /0 opinión pú– blica por voz de uno solo de los Partidos Históricos, y con ausencia y silencia impuesto al otro

Partido Ambas representaciones, solieron lucidas, elocuentes y capaces de imprimir una di·

rección demtl>crática a Jo República de Nicaragua, Ambas sin embargo, aunque por diferen–

tes motivos, fracasaron

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