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« Previous Page Table of Contents Next Page »de,fensivo. "Dólar por dólar", dice la Comisión Clay, es– peciahnente con referencia a las zonas fronterizas, "estos programas contribuyen más, a la seguridad del mundo, que otros gastos equivalentes en nuestros fondos para la defensa. . . Esos países proporcionan más de dos millo– nes de hombres armados preparados, en su mayor parte, 'para cualquier emergencia". Es evicfullte que si este programa no existiese, nuestro presupuesto para la defen– sa tendría, indudablemente, que ser aumentado en forma substancial para pr~porcionar una contribución equivalen– te a la defensa del mundo libre.
Objetivo NI? 6. Aumentar el papel de las inversio· nes privadas y de otros recursos no federales en la ayuda a las naciones en desarrollo. En los meses recientes se
h¡ln tomado nuevas e importantes medidas para movilizar, dentro de este programa, la competencia de diversas or– ganizaciones y personas no gubernamentales de este país. Cooperativas y asociaciones de ahorro y préstamo han trabajado muy activamente para el establecimiento de instituciones similares en el exterior, en especial en la América Latina. Nuestras universidades, tanto las ins– taladas sobre tierras púb'licas como las otras, están esta– bleciendo mejores relaciones de labor con nuestros planes tendientes a contribuir al desarrollo rural en el exterior. Por ejemplo, hay ya en la América Latina 37 Universida– des e Instituciones instaladas en tierras donadas, norte– americanas, y se cree que el número se elevará aprecia– blemente durante el élño venidero. Dirigentes públicos y privados del Estado de California exploran, con sus con– trapartes en Chile, la forma en que el inteledo y los recursos ele un Estado determinado pueden ser encauzados más directamente hacia la ayuda a un país también deter· minado. Sindica,tos obreros, fundaciones, asociaciones comerciales, sociedades de profesionales y muchas otras agrupaciones parecidas, poseen capacidad y recursos,' á
los cuales recurren cada vez más, a fin de utilizar en forma más sistemática y significativa, en este vital proceso de construcción de naciones, todo el conjunto de institucio– neG privadas y públicas de que depende nuestra propia vida nacional. Y es que en el núcleo del ¡proceso de modernización está el problema central de crear, adaptar y mejorar las instituciones que toda sociedad moderna necesita.
11I. LAS 'INVERSIONES PRIVADAS
La nueva y ¡primordial iniciativa del programa del año actual se refiere al aumento de nuestros esfuerzos por alentar las inversiones de capitales privados en países subdesarrollados. Se han logrado ya considerables pro–
gre~os para expandi'r las inversiones privadas norteameri· canas por medio del uso de garantías a las inversiones -pasan ~oy d~ 900 millones de dólares las existentes– y compartiendo el costo de los estudios sobre inversiones, préstClmos en monedas locales y otras medidas que se contemplan dentro de la ley existente. Sólo durante el primer semestre del corriente año fiscal se han facilitado e!1 préstamo a firmas comerciales privadas 7.700.000 dó– la'res en monedas locales.
Creo, sin embargo, que debe hacerse mucho más, tanto administréltivamente, mediante una acción más vi– gorosa de la Agencia para el Desarrollo Internacional,
COmO legislCltivamente, a través del Congreso. Adminis– trativamente, se han dado instrucciones a nuestros emba-
jadores y nuestras misiones en el exterior, ,para que en sys negociaciones con países menos desarroUados insten más decididamente a destacar la importancia de hacer pleno uso de los recursos privados y él mejorar el ambiente para lasinversiolles privadas, tanto nacionales como ex. tranjeras. En especial, me preocupa el hecho de que el programa ele garantía de inversiones no fundone plena. mente en algunos países debido a que los respectivos gobiernos no han puesto en ejetución los acuerdos norma. les entre gobiernos referentes a las garantía's sobre inversiones.
Además, la Agencia para el Desarrollo Internacional reforxará y aumentará sus propias actividades referentes a la empre'sa ,privada. " tanto en sus esfuerzos por ayu. dar al desarrollo de vigorosas economías privadas en los países en desarrollo, como en sus facilidades para mo. vilizar y ayudar al capital y a la capacidad del comercio privado para contribuir al desarrollo económico. Legislativamente, estoy recomendando lo siguiente: a) Una enmienda en el código de impuestos inter. nos durante un período de prueba, para conceder a los contribuyentes norteamericanos créditos sobre impuestos para nuevas inversiones en países en desarrollo, los que se aplicarán también en cierto grado a las reinversiones de sus ganancias en esos países. Estos créditos al permitir un ritmo mayor de ingresos, alentarían en forma a,precia. ble las nuevas inversiones privadas en países en desarro.
110. La Comisión de Hombres de Negocios Norteameri· canos para la Alianza pa'ra el Progreso ha recomendado la adopción de esas medidas.
b) Enmiendas en las disposiciones sobre garantías de inversiones de la Ley de Ayuda al Exlerior, con el fin de aumentar y aclarar el programa de garantía.
La expansión económica y social no puede ser logra– da sólo por los gobiernos. La efectiva participación de un esclarecido hombre de negocios norteamericano, espe· cialmen,te en asociación con intereses p'rivados del país en desarrollo, proporciona no solamente sus inversiones, sino también su capacidad tecnológica y administrativa para el proceso de desarrollo. Esta eficaz participación, a su vez, ayuda a crea'r el clima de confianza que tan necesario es para atraer y conservar el vital capital interno y exter. no. Aclamamos y alen,tamos las iniciativas que se ac!op· tan en el sector privado de ¡el América Latina para acelerar la expansión industrial, y confiamos en que se hagan similares esfuerzos cooperativos en otros países e,. des– arroUo.
IV. LA ALIANZA PARA EL PROGRESO
En un sentido especial, los resultados de la Alianza pa'ra el Progreso en los años venideros serán la medida de nuestra decisión, nuestros ideales y nuestra capacidad. En este hemisferio, durante el año último, nuestra capaci. dad como pueblo se vio desafiada claramente. Nos pusimos inmediatamente en movimiento para resistir la amenaza de las armas nucleares agresivas en Cuba, yen· contramos a las naciones de América Latina a nuestro lado. Ellas, como nosotros, arribaron a una nueva comprensión del peligro de permitir que la pobreza y la desesperación de tedo un pueblo continuaran existiendo largamente en parte alguna de este continente.
Si las necesidades del pueblo de Cuba hubiesen sido satisfechas en el período anterior a Castro -sus necesi·
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