This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »y as; como la organización de los Estados Centroamericanos quizás quedó en la subconciencia como resultado de la fracasada Mediación Centroamericana en Nicaragua, en estos momentos la Cancillería del Ecuador propicia ahora una reunión de los Cancilleres de la Gran Colombia y Centro-América, más tímida esta idea y menos amplia que el Pacto del Caribe.
Mr. Miller, del Departamento de Estado Americano, ha comprendido el mismo imperativo, pero con– forme con su mentalidad imperialista ha pasado los. últimos dos años formando una corona de Dictadura alrededor de este Mediterráneo americano. Mr. Mil/er olvida, en relación con nosotros, los grandes princi– pios constitucionales que han hecho la grandeza de su pueblo: que solamente el consentimiento de los pue– blos es fuente de fuerza y de Derecho.
y cabe aquí hacerle notar que en el mencionado Pacto no aparece mi firma y sí la del Dr. Zepeda todavía. La suya está como costarricense. De manera que los dos, Ud. y yo, que habíamos echado el ci–
miento para ese edifíco, fuimos eliminados. Nombrado posteriormente para figurar en el Directorio contem– plado en el mencionado Pacto, apenas asistí a dos sesiones y deposité mi cargo en mi suplente y amigo don Raúl Arana Montalván quien sí tenía la confianza del Jefe General Chamarra.
Quede, pues, sentado que no sólo yo no fuí Mentor, como Ud. dice, de la política seguida por el Par– tido Conservador, sino que estuve en discrepancia con ella y serví solamente en aquellas comisiones que se me
encomendaron. En esa jornada no hubo más que un Dios: el General Chamorro, y el Dr. Manzanares era su Profeta. Recuerde cómo después de algún tiempo fuí llamado para decirme que al fin se accedía a mi
indicación de sustituir al Dr. Zepeda con el Prof. Torres, sólo para encontrarme en la reunión en la casa del Dr. AguiJar la más tenaz oposición del Dr. ív\anzanares que se puso tan excitado que no podía leer por el tem– blor de sus manos. Allí estaban el General Rivers Delgadillo, Arana y oiros conservadores de acuerdo con mi
tesis que fracasé ante la negativa rotunda del Dr. Manzanares. Su señor padre estaba también presente. Cancele, pues, esa apreciación suya de colgarme la dirección del Partido Conservador.
Dice Ud. más adelante en su folleto que posteriormente se ha convencido de que yo deseaba apode– rarme de las armas para hacer la guerra con fuerzas antichamorristas. Fácil me hubiera sido eso porque fuimos Ud. y yo quienes conseguimos esas armas y Ud. sabe cuánto le costó a Ud: hacer cambiar cierto crite– rio sobre mi persona que me consideraba ligado indisolublemente 01 General Chamarra. Ud. entonces hizo patente al distinguido amigo con quien trataba y cuya colaboración nos era indispensable, que mis antiguos lazos y mis afectos para el General Chamorro no me habían impedido combatirlo cuando los intereses más
altos de la Patria me obligaron a ello y que nunca me he desviado en mis actuaciones políticas del principio de que los intereses de la Patria están por encima de todo afecto personal y todo interés de Partido. Me hi–
zo Ud. completa justicia, que le agradezco mucho, y ese amigo me dijo después cómo cambió su opinión y me
otorgó su plena confianza al punto de hacerme ciertas confidencias que se sepultarán conmigo.
Pero en mí no había más que un propósito: unir a las diversas tendencias de la oposición para derro– car al régimen de Somoza y establecer un Gobierno capaz de garantizar elecciones libres y honestas. Nunca hice distingos en mi ayuda a conservadores, independientes, y aún los "PUROS". Todos eran buenos para mí si se unían en la Santa Causa. Y lo mismo pasaba con el grupo de amigos sandinistas que permane– cieron largos meses listos para actuar y que no pusieron ningún reparo en firmar su adhesión a su persona de Ud. como Jefe con tal de I/evar a buen término la redención de Nicaragua. Si ese espíritu desinteresado
y patriótico hubiera sido el mismo en las otras fracciones de la oposición, a estas horas sería distinta la suerte de nuestra Patria, con todo y las amenazas de los exilados y que lo han hecho a Ud tornarse pacifista circuns– tancial, actitud que pareciera concretarse en: "EL DOMINIO DE MI GRUPO O QUE SE QUEDE SOMOZA", posición que no la ha inventado Ud. pues, esa es la esencia de los Pactos de los Generales.
Hechas estas observaciones a la parte que me toca personalmente en su folleto, me abstengo de comentar el resto del mismo por considerar que es inoportuna una discusión que pudiera perjudicar a aque– l/as personas que nos honran con su confianza. Sólo quiero lamentar la injusticia con que trata al General García R., quien nos abrió generosamente su corazón y todas sus posibilidades que desgraciadamente los Je– fes nicaragüenses no supieron aprovechar. No es correcto que un resquemor persontIl reste méritos a quien tanto hizo por nosotros.
Va esta carta directamente a Ud. pues soy alérgico o las publicidades y sólo para pedirle que en pri– mera oportunidad rectifique eso del mentor de los conservadores por la responsabilidad histórica que echa Ud. sobre mis hombros y que no son pecados míos por los que tenga que pagar. Sin embargo si Ud. quiere publicar esta carta solamente le pido que lo haga en su totalidad, pues retazos de verdades no son la Verdad nunca.
y quedo su atto. S, S. y amigo,
T. TUERINO
-95~
This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »