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Presupuesto, había que obtener la venia de la Alta Comi– sión pa'ra gastos extraordinarios. Ya he explicado antes que ésto nada habría significado si el Gobierno se hubiera fajado bien la panza por seis meses, pues enseguida reci– biría el excedente de las rentas semestrales una vez pa· gados los servicios de los Bonos Internos. Es más, el Ministro de Hacienda era el Presidente de la Alta Comi· sión. Aún en el caso de que el Gobierno necesitara algún gasto extraordinario o fuera del Presupuesto ordinario, era el Ministerio de Hacienda quien debía hacer la solici. tud a la Comisión y no los particulares. Pero la ineptitud y la falta de carácter de los Ministros le dieron al Miem· bro norteamericano una posición de superioridad que no le correspondía. Lo erigieron en árbitro y los mismos Ministros mandaban a los solicitantes nicaragüenses a que fueran a pedir directamente al miembro extranjero el favoi' .. de tales o cuale.s pagos, y así era éste el que reparo tía la 'chicha.

Yo nunca fuí a la Comisión con tales solicitudes. y

así pocos días antes de salir para Nueva York me encono tré con Mr. HiII en los corredores del Palacio y este Sr. me dijo: I/Mr. Tijerino supe que Ud. va de Cónsul a Nue– va Yorkl/. l/Sí, le dije, y pido sus órdenesl/. l/pero Ud. me dijo, no ha llegado a mi oficina ¡para la aprobación de sus gastos de viajel/. Respondí: l/Nunca he ido a su ofi. cina a esos menesteres porque si el Gobierno me nombra es el Gobierno quien tiene que darme el dinero, y si no lo pondría yo de mi bolsillol/. Buen saludo. Me fuí al Ministerio de Hacienda e hice que el encargado de la contabilidad del Presupuesto buscara todos los saldos por sueldos no devengados etc., y una vez conseguido así reunir los mil dólares acordados, se puso un acuerdo por cierto .algo largo, 'destinando esos saldos para mi viaje, sin Mr. HiII.

Los comentarios huelgan.

NOTA

Hasta aquí llegan las memorias propiamente políticas de Don Toribio. Aunque exiliado después por Chamarra, Díaz, Mancada, Sacasa y Somoza, y después en exilio voluntario hasta su muerie en Choluteca, tuvo siempre ingerencia en lós asuntos políticos de Nicaragua. Ayudó a la revolución del Dr. Juan Bautista Sa– casa. Estuvo también ligado a la causa del General Sandino, e intervino en di– versos intentos diplomáticos y revolucionacios en contra del régimen del General Anastasia Somoza García. De todo ésto no ha dejado memoria escrita, salvo una caria dirigida a D. Rosendo Argüello hijo refutando algunos conceptos sobre su persona veriidos por éste en su libro "QUIENES Y COMO NOS TRAICIONARON" referente a la revolución que llevó al poder en Costa Rica a D. José Figueres. Es– ta caria la incluiremos más adelante, así corno diversos documentos referentes al exilio permanente de Don Toribio.

A continuación inseriamos las memorias de Don Toribio sobre su aciuación corno Cónsul y Agente Financiero del Gobierno de Nicaragua en los Estados Unidos refe– rentes a la obra más imporiante de su aciuación pública: LA NACIONALIZACION DEL BANCO Y DEL FERROCARRIL. En estas memorias, recogidas bajo el título de "APUNTES PARA LA HISTORIA DE LA LIBERACION ECONOMICA DE NICARAGUA", se incluyen algunos artículos polémicos publicados en diarios de Managua, y tam– bién paries del informe que corno Agente Financiero del Gobierno presentó al Pre– sidente Don Carlos Solórzano, y algunos otros documentos.

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