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marina y su eficiente artillerlo, hundió el barca enemiga

y añadiendo compasión o su victoria, resco(ó dzl océa

na cerca de la mitad de la tripulación de 114 marinelos Casi inmediatamente después, arribó el vapor de San Francisco con los voluntarios de Walker

Los Americanos tombién se animaron con la noti–

cia de que varios centenares de hombres iban en cami–

no de New O,leans a Greytown A pesar de todo lo que Inglaterra, Vanderbilt y las aliadas CentroameJica– nos habían hecho para destruirlo, todavía ela posible que Walker restableciera su control en Nicaragua

1I1

POlo Vanderbilt era inconcebible que sus metas

fuerah frustradas por unos centenares de Americanos

encabezados por un hombre que se atrevía a confiscOl

su propiedad y que e, a man,tenido por sus enemigas

comerciales En su opinón, los enemigos Cenh oame–

ricanos de Walker hablan fallado en captar las reali– dades estratégicas de su situación Tratar de derrotar un ejército de desesperados en batallas dilectas toma– ría mucho tiempo y costaría mucho dinero El estaba seguro que para romper la resistencia de Walker, habia

simplemente que cortor sus líneas de comunicación en

el istmo Mientras el filibustero mantuviera la ruta del Tránsito y los vapores de lÍo y lago, podio ser ap, 0–

visionado por loVl o por Margan y Garrison, pero sin la ruto y los vapores, pronto estaría muerto de homb, e y a merced de los Centroamericanos

A fines de Noviemb, e de 1856, dos agentes de Vonderbilt se embarcaron rápidamel1te o Costa Rica

y sostuvieron conversaciones secretas con el Presidente

Moro Uno de ellos era un Amer icono, Sylvanus Spence" viejo empleado de Vanderbilt, y eminentemen– te apropiado para su tarea Habia servido como inge– niero en los vapores del TI ánsito, conocía cada detalle

de sus operaciones, era amigo personal de las tripula–

ciones, y había navegado en el río San Juan reDetidas vetes Con Spencer iba un enigmático inglés, William R C Websler, agente del gobierno BI itánico y quien indudablemente había asignado Vanderbilt para su misión en Costa Rica, con el objeto de coordinar las actividades de Spencer con las del Capitán Cauty, el principal jefe militar británico en Costa Rica y con los jefes militares Centroamerical1os en el Norte

En sus arreglos con Mora, Spencer y Webste, se

comprometieron a ayudarle a recapturar y mantener la

ruta del Tránsito, mientras los aliados del Norte des– truían el ejército de Walke, En reciprocidad, Vander– bilt, esperaba la influencia de Mora en la siguiente ad–

minishaci{>n nicaragüense para obtener de nuevo 105 de–

rechos y privilegios del r ránsito Noticias del arreglo le llegaron a Vanderbilt por parte de Spencer, y en Di–

ciembre 25 de 1856, el financiero envió o los accionis– tas de la Compañía Accesoria del Tránsito saludos de Navidad en la formo de una nota en el New York He–

raId, que decía liLas actuales apariencias indican la

realización de mis esperanzas de que pronto la Com–

pañía será restaurada en sus derechos, concesiones y

propiedades en el istmo Nicaragüense"

La acción siguió rápidamente A los dos días, tropas costarricenses encabezadas por Spencer, en una

serie de sorpresivos ataques, astutamente planeados,

hablan captu, oda la mayoría de los vapores del T rán– sito y Spencer habia asegu, oda la lealtad de las ti ipu– lociones pOI medio del juicioso empleo de los fondos proveídos por Vandelbilt Otra columl1a Costarricen– se boja el mando del Capitán Cauty cercó una fortaleza clave en la costa oriental del Lago de Nicaragua, en la que Walker no habia podido dejar sino una pequeña gua, nición En GreytoVln, un buque de guerra inglés impidió a 400 voluntal ios bien armados que habion llegado de New Orleans, capturOl uno (le los vapores de rio y dirigirse a donde estaba Waíker A través del istmo, en San Jual1 del Sur, buques ingíeses embotella– ron el puerto donde estaba anclada la goleta Grañada

El contento del gobierno de Costa Rica sobre estos

acontecimientos se expresó en una proclama 01 ejér–

cito "La 01 teria vital del filibuslel ismo ha sido cortada

POI a siempre La espada de Costa Rica I ealizó la

hazaña"

Bajo la bandera de Costa Rica, los vapores del

Tránsito concentrmon rápidamente las fuelzas boja

Spencer y Cauty cerca cie la ruta del Tránsito y toma– ron el c, uciol pueblo lacustl e de Bahía de la Virgen, antes de que Walker en su campamento cel cano de

Rivos, se hubiera informado siquiera de la invasión

Al mismo tiempo, el ejército aliado en Masaya avanzó

de nuevo hacia el sur, formando el brazo Superior de las pinzas en las que ahora Walker estaba cogido

Peto a pesar de su enOrme ventaja en número, el ejér~

cito no atacó en masa Sus nuevos planes eran vencer

a los Americanos por hambre Durante cuatro amar– gos n')eses el sitio continuó, mientras el hombl e, la sed,

las entermedades y eí aburrimiento minaban a los hombl es de Walker Y esto no era toda la cuenta de

Stl carga Estaba ocultando a sus hombres dos noti– cias desastrosas Una carta de California le había revelado que Garrison y Margan se habían rendido a Vanderbill y no le darían más ayuda; y el esfuerzo de uno de sus oficiales de confianza, el Coronel S A Lockridge, para traer a los Americanos varados en G, eytoVln, habían sido definitivamente frustrados por los ingleses

Walke. cayó con fieb, e y a su lecho de enfermo le llegó la noticia, en Marzo de 1857, que 160 de sus homb, es, que en otros días hubieran desbandado a mil de los del enemigo, habían sido vencidos por un pelotón de 200 aliados en el camino al oeste de Rivas Esta prueba del deterioro de la mo,al del ejército era más de lo que podio soportar Arra,trándose el1 pie, reunió a sus hombres en la plaza de Rivas, y trató de

revivir con palabras su antiguo coraje "Estamos em·

peñados en una guerra extraordil1aria Hemos venido aquí como las avanzadas de la civilización Americana Hemos de se, arrojados del país, sólo porque no hemos nacido en su suelo? Nunca! Ja–

más!/I

Su dominio sobre ellos era aun fuerte, pues unos pocos días más 101 de 400 le siguieron en un desespe– rado ataque contra 2,000 guatemaltecos En esta batalla, su loca y desenfrenada exposición al fuego ene– migo sorprendió aun a aquellos que creían conocelle Parecía que dijera con Marco Antonio "Haré que la muerte me ame!" Pero la bala que honlosamente le

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