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« Previous Page Table of Contents Next Page »tenido como Secretario de su Legación nada menos que a Andrés Bello Y en esa oportunidad gestionó el traslado a Chile del sabio venezolano para que, con los fulgores de su genio, pudiese iluminar el camino de los nuevos patricios
Cumplida esta gloriosa jornada, Irisarri pasa al Ecuador, habiendo fundado en Guayaquil, Quito y Pasto, sendas publicaciones de orientación En 1845 entra triunfante con el General Mosquera a Bogotá, y tres años después, escribe el prólogo a la segunda edición de las "Princi– pias de Derecha Internacional" del perínclita Andrés Bella Años después, siendo Plenipotencia– rio de Centroamérica ante el Gobierno de Washington, publica un Plan de Alianza de los países Americanos donde quedan patentes su experiencia de patriota y su talento de estadista
Cierto día del año 1827 hace su bautismo de fuego en Comayagua un soldado extraordi– nario cuya gloriosa carrera iba a causar el móximo estremecimiento en el alma del siglo diecinueve Me refiero a Francisco Morazán, Centauro de la Federación, cuya raudo corcel aún saca chispas en los empedrados de la Historia Centraamericana Como gran iluminado, enseña– ba, por donde iba pasando, el evangelio de la Unificación Dicen que tenía de Bolivar el genio de estadista y la pasión por las bellos letras y por las mujeres, de Son Martín, el fino tacto de la estrategia y el desinterés apostolar, de Washington, la voluntad de hierro y el espíritu organiza– dor de Morelos, la espartana virtud del sacrificio, y de Artigas, la clara inteligencia y la estam– pa varonil Pero nuestras jóvenes parcelas, a la sazón en el usufructo de su pubertad republica– na, le desoyeran el mensaje y lo sacrificaron, como otrora ocurriera con Jesús Y tal como en el Drama del Gólgota, no sabemos todavía si Morazán eS más grande par su vida que por su muerte, pues ésta -la muerte-, fue el pedestal de su transfiguración, ya que, fenecida su ejecutoria física, alzóse de sus cenizas la hoguera de una mística perenne que nos ha venido iluminando y orientando en la noche del miedo y de las vacilaciones A partir de entonces, un sentimiento de religiosa devoción nos integró en una sola voz y un solo pensamiento, y he ahí por qué, ca~
yéndo a veces y levantando siempre, llevamos adelante nuestra experiencia integradora, conscien– tes de que la gracia na está en no haber caído nut)ca sino en saber levantarse después de cada calda.
Con posterioriflad a 19s pactos de Washington, hemos edificado otras hermosas rea– lizaciones, siendo la más tangible y trascendental la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), entidad que, después de nueve años de actuaciones, se restructura actualmente para mejor cumplir su cometido
Somos una nación, a mejor, una familia, una gran familia que viene de una raíz común
y mira hacia la misma estrella.
Instituciones y mecanismos que también actúan al servicio de la causa integradora, son la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), la Nomenclatura Arancelaria Uni– forme Centroamericana (NAUCA), el Banco Centroamericano de Integración Económica, y otras por el estila
Es placentero saber que ya contamos con un Mercado Común Centroamericano y que el pueblo de los cinco Estados puede viajar libremente de uno a otra confín del Istmo, sin más docu–
mento que la Cédula de Identidad $e reconoce la equivoJencia de estudios y la validez de
títulos profesionales y se ha establecido ya el cheque centroamericano, instrumenta precursor de la futura moneda centroamericana.
Se planea, igualmente, la unificación del Servicio Exterior y de otros importantes renglo– nes de nuestra vida económica, Social y cultural Y, al contrario de como hacian nuestros mayo– res, preconizando primeramente la unión política, creemos que ésta será una consecuencia de la unión en los demás aspectos, vale decir, que advendrá a su debido tiempo, por un proceso de ma– duracián
Durante los quince últimos años hemos reivindicado más de un siglo de trabajo y creemos que esta empresa quedará consumada en poto tiempo
De este apasionante praceso constructivo son inseparables los nombres de esclarecidos ju– ristas, como José Matos y Jorge Gorda Granados; Salvador Rodríguez González, José Gustavo Guerrero y Francisco Martfnez Suárez, Policarpo Bonilla y Carlos Alberto Uclés, Máximo H Ze– peda y José Madriz, Cleto González Víquez y Luis Anderson Y ahora que Panamá proclama su deseo de viajar en nuestra barco, compartiendo los riesgos tras la búsqueda del dorado vello– cino, no podemos dejar de mencionar, como argonauta de la centroamericanidad, a Ricardo J Al– fara, jurisconsulto de prestigio continental
Si aceptamos, can un criterio psico-geográfico, que los hombres san ríos verticales, en fun– ción de vida, pasión y destino, Honduras es la cuenco hidrográfica de cuyo seno salieron Valle y
Moratán, las dos grandes corrienteS de la histeria institucional centroamericana
Valle es el pensamiento y Morazán la acción Valle es la pluma que configura la idea y Morazán la espada que la pone en movimiento Los centroamericanos no podemos, par lo tan– to, opartarnas de los guiones Sustclhtivos que esos vidas nos trazaron•
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