This is a SEO version of RC_1965_02_N53. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »la contestación de dicha carta; algunos y muy pocos de los concurrentes opinaban porque se levantara el can– tón, otros, porque debía sostenerse a todo trance. Mariano Solazar consecuente con su modo de pen– sar hizo moción para que se le contestara al señor Gral en Jefe Dr Máximo Jerez, que esperara para 15 días en vez de 8 que él fijaba, que dentro de ese tiempo él personalmente ofrecia mandar todo lo pedido, que al efecto, él prometía pasar a la Unión a comprar la pól– vora y el plomo, y lOs otros miembros de la Junta de– bían alistar el complemento de abastos de guerra, provisiones de boca, el dinero y mós que se debía man– dar A propósito de ésto William Vicent Wells, relata que Solazar hizo una requiza entre los simpatizadores leoneses de estas operaciones militares poro que a títu– lo gratuita cedieran las ventanas de hierro de sus casas particulares a fin de aprovecharlas como subsidiaria de elementos de artillería. (Ventanas de suelo, les decían)
Poderoso tren de guerra
Aprobada la moción, firmaron el acta respectiva levantándose la sesión Solazar aunque era un poco tartamudo para hablar y esto era uno deficiencia en sus pretensiones de caudillo, esto vez su llamado po– pular tuvo gran acogida de manera que 01 finalizar los
J 5 dfos solicitados por él, salfan de León poro Granada, cincuenta o más carretas con elementos de guerra, di–
nero, plátanos, maíz, quesos, frijoles, arroz, corne,
manteca, escaleras y mechones embreados para incen· dios. En fin más de lo pedido
Walker en la escena Nicaragiiense
ti 10 de Febrero de 1855, Jerez se retiró de Gra– nado Lo mantuvo sitiado 260 días o seo desde el 26
de Mayo de 1854. Lo situación militar de este perso– noje del Partido Democrático, no era buena. A su regreso o León, el Provisorio le entregó el mondo de las ormos al Gral. J Trinidad Muñoz Este quiso entrar en arreglos con el Gral Corral, Caudillo Militar de los Legitimistas, pero se demoraron los entendimientos y no se llegó 01 cese de los hostilidades El problema se agravó con el aparecimiento de Walker en el teatro de los acontecimientos (16 de Junio de 1855)
Derrotados en Rivas los Filibusteros en el combate de Rivas del 29 de Junio de 1855, Walker amenazó a los Democráticos con retirarse de Nicaragua, y de ha– berlo hecho, cuanto bien habría causado 01 país este bandido Mas aquí viene lo lección que debemos re– cogerla objetivamente los nicaragüenses
Walker y Salazar solidarios
A bordo del Vesta elementos importantes de Oc– cidente cambiaron impresiones con Walker y oyeron de
VIVO voz del bucanero, expresiones muy duros sobre la personalidad del Gral Muñoz al que te imputaba mala fe, buscando el calificativo más suave digo yo Pedía que se le enjuiciara paro deslindar los responsabilida– des Melosamente Castellón le dio explicaciones, tra– tandó de evadir lo de investigar la conducta de Muñoz,
~or lo delicada situaCión militar en que estaba el Par. t,do Democrático Al mismo tiempo lo felicitaba por
~ demostración de valor que habían exhibido los fili-usteros en el combate de Rivas. Walker se le hizo la
flor y le reiteró sus propósitos de abandonar el país. Desde León el Provisorio le escribió a Walker cartas de ruego y súplicas Fue entonces que intervino Mariano Solazar ante Walker Fue a verlo al Vesta para ex– ponerle que León estaba amenazado de un ataque inminente de Corral que con un fuerte ejército estaba en Managua Que de su agrado ponía a la orden de'
Filibustero, sin reservo alguna todos sus recursos eco–
nómicos antes que los Legitimistas redujeran a cenizas su ciudad
El mismo Solazar que en Junio de 1854, había extendido con largueza su mano protectora a Jerez, con tal que no levantaro el Sitio de Granada, al año siguiente esta vez en Julio de 1855, ponía su capital al servicio de los filibusteros para que prolongaran su es– tadía en Nicaragua
Cuántas reflexiones se vienen a nuestra mente
Cómo se debe enriquecer nuestra experiencia, paro que los nicorogüenses de hoy, y de moñona, no volvamos a ser cuchillo de nuestras propias carnes. Tratando de halagar a Walker le ofreció mondar o traer o El Salva– dor una calidad especial de pólvora, porque la que existia en el país, no ero adecuada para las armas de
los americanos
Otra entrevista más sostuvo Solazar con Walker, esta vez en presencia de Castelión, y ya crecido el fili– bustero por las pequeñeces nuestras, enfatuado por la segura creencia de la gran necesidad que había de sus servicios militares, puso evasivas y al final exigió más ventajas que la que le indicaban las cláusulas del con– trato supuesto de colonización.
Solazar salió muy contento del éxito alcanzado. Walker por fin continuaría arrastrando sus espuelas. Nunca comprendió Solazar que el triunfo conseguido, era como encajarse en un tigre. Bien sClbido es, que quien tal hace, termino yendo donde quiere el tigre, y cuando se aburre de llevarlo a cuestas, lo tira 01 suelo
y ~e lo trago sin masticarlo Indiscutiblemente Sola– zar era una estrelia en los negocios, hábil, astuto, gran favorecido por la suerte, pero en la política resultó un niño grandote. Tuvo agilidad pqra abarcar en su ma– no el control de las importaciones que hacía por el Realejo y el Tempisque, pero al meter sus manos en la
coso pública, lo hizo con manifiesta inexperiencia
Más grave en él, porque en una vuelta de la rueda el mismo Walker lo hizo subir las gradas del cadalso, como se verá más adelante
Salazar comprende su error
El 3 de Junio de 1856 el Gobierno de Patricio Rivas hizo saber a los nicaragüenses que tropas guate– maltecas venían sobre Nicaragua y quería que se pusieran sobre fas armas para hacerle frente a esa in– vasión Mariano Solazar se vino de León a cambiar impresiones con Walker Este que ya estaba en au– tos de esas amenazas, al mando de 200 rifleros y acompañado del Teniente Coronel Anderson y del Ca– pitán Waters salió paro León y en Masaya se encontró con Solazar haciéndole ver que los occidentales estaban dispuestos a pelear contra los invasores, pero como el ejército Guatemalteco era numeroso y con preparación militar, había que echar mano de buen número de ri– fleros americanos para que las operaciones tuvieran
-43-
This is a SEO version of RC_1965_02_N53. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »