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LA BATALLA DE JOCOTE. EL ATAQUE A LA CIUDAD DE RIVAS

El General en Jefe del Ejército del Septentrión ordenó al Genel al don Fernando Chamorro que ocu– para la línea del Trñl1sito, con el objeto de cortarle a Walker la comunicación con el puerto de San Juan del Sur

Chamorro con su gente salió a las 5 de la maña– na del 6 de marzo de 1857, y CI las diez estaba colo– cado en el lugar que se le había indicado

Tan luego fue informado Chamarra que había pasado un grupo de filibusteros por la Hacienda Joco– te, envió al Mayor Juan Estrada con un piquete a per– seguirlos, consiguiendo dispersarlos después de un ligero tiroteo

A la una del día, don Fernando contramarchó sobre el mismo camino, que había llevado, con la se– guridad de encontrarse con el enemigo, que había salido de Rivas, con el objeto de proteger a

105 suyos

A la media hora de camino, se le presentó a la vista, allá lejos, en lo llanura del Coyol, una división filibustera bajo el mando de Sanders Venía apoyada en el monte por un lado y por el otro en la quebrada que limita aquel llano

Se sabe por tradición que el General Chamarra ocultó su gente y les ordenó, que debían dirigir los tilOS al pecho de los enemigos, ros animó con patrióticas palabras, de tal modo que cuando se oyó la noticia anunciando el avance de los contrarias la tropa lanzó un grito de alegría

La batalla empieza cuando los nuestros lanzan una descarga cerrada Aprovechando la confusión, don Fernando ordena una carga a la bayoneta sobre el centro de las dos compaííías filibusteras, mientras tanto, la mitad de otra compañía nicaragüense se des– pliega a la derecha, consiguiendo con un movimiento rápido arrollar la izquierda contraria, habiendo conse– guido desde el principio de la acción ocupar una altura cercana que estaba a la izquierda, donde se domina– ba completamente la derecha enemiga Compren– diendo la importancia de esa posición, envía tres guerrillos en auxilio de los suyos En efecto, los con– trarios luchan por esa posición con tenacidad, la cual queda al fin en poder de las tropas de Chamarra Se hizo entonces el fuego general En tales momentos, el Capitán de la segunda compañía, con un golpe de audacia, logra envolver la derecha contraria, lo cual hizo que la tropa filibustera se arremolinara en el cen– tro produciéndose gran confusión Al observar Cha– marro el desorden, ordena al Capitán Fitoria, haga una carga definitiva al centro, ante ésa carga audaz, heroica, al sentirse empujados con violencia, los fili– busteros pierden terreno Na obstante las pérdidas

~ufridas logran retirarse ordenadamente Mas los soldados de Chamarra consiguen imponer su superio– ridad a los adversarios, y después de haber recorrido dos millas en su persecución, hacen una brillante carga a la bayoneta y la derrota de los soldados de Walker

queda consumada en el llano de la Cruz, dejando en el campo 28 muertos, 40 rifles, cilindros, bestias y monturas

El relato de don Fernando sobre esta batalla, es claro como la luz de ese día de marzo, de un modo tal que parece que se está presenciando la batalla desde una altura cercana

Walker cuenta la batalla de Jocote de la manera si– guiente

"En la tarde del 15 mientras iba con dirección al camino del Tránsito, encontró al enemigo, como a una legua de la Hacienda del Jocote Cuando se presen– taron los costarricenses, los rifleros iban muy disemi– nados y solo los capitanes Conway y Higley procuraron desplegar sus compañías a lo larga del camina, cuando fueron atacados por el enemigo Los costarricenses avanzaron resueltamente y con confianza, mientras que los rifleros por el contrario, titubearon, y, a despe– cho del esfuerzos de sus oficiales, comenzaran a po– nerse en fugo Waters, que iba en la expedición, hizo esfuerzos infructuosos para contener el desorden en que habían caída los americanos, pero no le fUe pasible lograr el que los rifleros hicieran frente a los costarricenses, éstos siguieron picando (a retaguardia

de las americanos hasta llegar al punto en que se bi– furca el camino en dirección de Rivas y de San Jorge"

Tenemos que, según la propia confesión de Wal– ker, las fuerzas de don Fernando le picO/an la reta–

gumdia a las tropas filibusteras ¡Qué acción de armas ésta tan admirable comoblillante! Varios fugitivos I/egaron donde Walker a contarle Jo difícil situación en que se encontraban los americanos, oyó él los dis– paros cada vez más cerca de la población, sin embar– go, no salió de la plaza a defender a los suyos MEs1a acción, llamado del Jocote, alentó tanto o los aliados, como abatió a los filibusteros, porque aque– llos quedaran dueños del campo y regresaron con todos sus heridos"

Después de haber obtenido Chamarra un triunfo tan enorme, consigue que Jos aliados le den suficientes tropas para asaltar la ciudad de Rivas Quiere aplo– vechar el pánico de que están poseídos los filibusteros Con 600 hombres y por el lado sur de la ciudad de Rivas, emplende uno de los ataques más audaces que se registran en la Guerra Nacional, llegando en su avance hasta a UNA CUADRA DE LA PLAZA DE RIVAS Me parece verlo sudoroso y jadeante con su espada desenvainada, ordenando a fas suyos que hi– cieran barricadas dentro de la misma cueva del tigre Fueron tales los apuros de Watker en ese día al ver

deshecha la Guardia de la Estrella Roja, es decil, la flor y nata del ejército filibustero, que tuvo que echar

mano de su brazo derecho, Henningsen, quien, "tuvo alguna ciificultad para sacarlo" de la ciudad

No pudo don Fernando consolidar sus posiciones porque faltó el apoyo indispensable ¿Habrá quien pueda explicar la falta de auxilio en tales momentos?

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