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brida, en la cual le reprocho su conducta al no haber puesto su renuncia "La relación que Ud hizo sobre la: entrevista que tuvimos es muy imperfecta "Con diplomacia, con eufemismo, le ha dicho a Wheeler qlle no ha dicho la verdad En los Estados Unidos el verbo

ta fie, no se usa, continúa así" No me imaginé que Ud deseaba o esperaba tener el cargo de Ministro, después que la misión estaba suprimida, pero para remover toda duda sobre la materia, le sugerí que Ud debía renunciar El medio que Ud ha tomado es inesperado " En fin, en esa nota lo obliga a po– ner su renuncia, la cual fue aceptada inmediata-mente (120)

Uno de los primeros actas del gobierno llamado

Chachagua, fue el Decreto extendiendo el nombra-

miento de General de Brigada a don José Dolores Es– trada

"Managua, 29 de junio de 1857

Atendiendo a la honradez y aptitudes que carac– terizan al señor Coronel José Dolores Estrada, y que– riendo dar un testimonio de justo aprecio a los rele– vantes méritos que contrajo contra los filibusteros especialmente en las acciones del 5 y 14 de septiem– bre próximo pasado en los campos de San Jacinto, en los cuales mandaba en Jefe las fuerzas vencedoras Acuerda ¡ -Nombrar General de Brigada del Ejér– cito de la República al espresado Coronel José Dolores .Estrada 2 -El presente (apolillado) de sufi-ciente despacho militar (apolillado) en lo forma correspondiente 3 -Comuníquese a quien corres-ponda, etc etc Lezcano" (121)

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AQUI FUE GRANADA

i Una ciudad de la América Española incendiada en el siglo XIX!

Ese vandálico acto fue cometido por hombres que pretendían haber llegado al país con la intención de civilizarnos, jy se hacían llamar nuestros "protecto– res" !

Despechado Walker, por el rechazo recibido de los granadinos, no pudo ocultar en sus palabras el ori– gen del crimen cometido Al pretender dar una ex– plicación del porqué incendió la ciudad, emplea uno frase cortante y fría como un puñal toledano "porque Granada había perdido el derecho de existir" i Per– dió el derecho de existir, porque no se prestó incondi– cionalmente aceptar los crímenes cometidos! En fin, intenta justificar el delito, despertando el localismo entre León y Granada, descubriendo en ellos, la ven– ganza rabiosa que le mordió las entrañas!

Copio íntegro el párrafo de Walker que se refiere a este asunto

"AI salir el General Henningsen fijó en uno lanza un cartel que decía "Aquí fué Granada", palabras bien calculadas para atizar las pasiones, no extingui– das aún entre los antiguos legitimistas y demócratas En tanto que. uno de los partidos se lamenta y gime

por la pél dida de su querida ciudad, el otro no podía contener sus sentimientos de triunfo y alborozo Pero la destrucción de Granada no ha dejado de provocar censuras en otras partes de Centro América Ha sido denunciado como un acto vandálico inútil en sus con– secuencias paro quien lo ordenó En cuanto a la justicia de ese acto, pocos podrán discutirla, porque los habitantes de aquella ciudad debían vidas y ha– ciendas a los americanos que estaban al servicio de Nicaragua del modo más criminal espiando a los ame– Iicanos que estaban al serviciO de Nicaragua, y sin Embargo se unieron a los enemigos que batallaban por

(l 2f1 1 Manníng, Vol IV pág 89 (121) De mi archivo

expulsar de Centro América a sus protectores Sirvie– ron a los enemigos de Nicaragua del modo más cri– minal espiando a los americanos que defendieron sus intereses o informando de todo movimiento a los Aliados Conforme las leyes de la guerra, la ciudad había perdido el derecho de existir, y la conveniencia de destruirla era evidente como la justicia de la medi– da Esta destrucción envalentonó a los leoneses, amigos de los americanos, a la vez que fue para los legitimistas un golpe del cual no se han repuesto

nunca

La destrucción de Granada fue por lo tanto un gran paso hacia la destrucción del partido legitimista, y así consiguieron los americanos de Nicaragua poner fuera de combate a su enemigo acérrimo y te-naz" (122)

A los pocos días de haber capturado Walker la la ciudad de Granada, asesinó al Lcdo Mayorga, va– rios días después, faltando a su palabra empeñada en un convenio, fusiló al General Corral Luego dicta leyes, con las cuales despoja a los propietarios grana– dinos de sus bienes, y por último, promulga la ley de la esclavitud ¿Cómo iban a prestar apoyo los gla– nadinos, y servir de instrumento a un hombre que ha–

bía dado muestras de ser un asesino vulgar, falto de

palabra y pirata por los cuatro costados?

El teatro de tantas caballerescas y trágicas aven– turas, el sitio en donde la vida humana mezcló el dolor

y la alegría, el arnor y la muerte, las nobles pasiones y los crimenes abominables, la bondad cristiana y la codicia insaciable todo fue arrasado por las llamas, lenguas crepitantes que se alzaban implorando justicia del Padre que está en los cielos

"Granada cayó, como han caído los pueblos li– bres, entre los resplandores de un incendio"

(122) Lo gunra de Nicaragua, )lál? 305

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