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« Previous Page Table of Contents Next Page »el señor Presidente "No lo recuerda?" -le dice Guillermo refiriéndose a mí "Ah! cómo no? Es mi
pariente~ Deme un abrclzo, pariente!" Y dicho y hecho, me da un cariñoso abrazo que me deja la im– presión de que el doctor es el mismo de siempre y nunca me olvida "Está en su casa, pariente" -me díce- "¿no desea tomar algún refresco? que me lo atienda Guillermito Sobrino, atienda a mi pariente Ya lo sabe"
A 105 diez de la noche, hoyo en que se ejecuta el Himno Nacional y comienza a retirarse la concurren– cia, pienso "No hay como estar mandando Sería un hombre feliz si estuviera con Lucrecia De lo que se ha perdido"
Ya con la rana picada, propongo a Guillermo y a atto que nos vayamos a instalar a donde Prío o al Tropical BOl Cantinas netamente leonesas porque me gustan (as cosas de mi pueblo Al entrar nos ha– cen una ovación algunos paisanos que se encuentran en el Tropical Bar Allí están los dos Escotas, René Schick, Julio Quintana, Róger May y otros gallos Cu– chumbeamos largo rato hasta que nos sentimos de buen temple atto y Guillermo se escapan diciendo que tienen una cita en la Azotea Me repugna la
Azotea A todos nos repugna Se mantiene llena de gente pedante y granadinos presumidos Qué perde– mos con Guillermo y Ottor Se han vuelto puros ma– naguas Nos sentimos inspirados todos Recitamos hermosísimos versos Cada unO recita su verso No– sotros somos gente lírica y fuerte A dónde vamos? Al Hula Hula Bar, se ha dicho!
Ya no supe más -perdí la cabeza Cuando desperté me encontré en una celda del Hormiguero Me dicen que me pelié con un guardia porque estuve echando mueras Han venido a verme todos mis ami– gos de León, en cuenta mi padrino Leonardo Argüello Pe¡ o ahora, gracias a las gestiones de mis amigos ya me encuentlo otra vez en libertad, camino de mi ciu– dad natal Mi pobre esposa cuando supo que estaba preso, alumbró del susto Pero gracias a Dios no tu– vo ninguna complicación y ahora soy padre de un hermoso muchacho varón
Al llegar a la estación, ¡qué grota sorpresa! Todo el viril pLleblo leonés está congregado en una manifes– tación de desaglavio por los ultrajes de que fuí objeto y que sólo demuestran 'a antipatía y fa envidia contra León la Banda del Hospicio d·~ IIIlérfan05 ejecuta vibrantes marchas Los estudiantes me conducen en hombros hasta el Par0l1info de la Univel sidad, en don– de pronuncio un sentido discurso, diciendo
Heroico pLleblo de León
Os agradezco! No hay como su pueblo natal de
uno~ Yo lo digo por experiencia, pues esos amargos días que pasé en la capital, no se bOllolán nunca de mi memoria No hoy como la tranquilidad, la paz y el trabajo que se disfrutan en el lugar en que viven nuestros seres queridos Yo fuí el único culpable ¿Quién me manda haber salido de aquí? Jamás me separaré de vuestro lado, os lo prometo! Viva León!
UN JOVEN LEONES
UEVELACIONES DE UNA
SOBRE LOS CABALLEROS
BELLA JOVEN QUE LA IKAN
CAPITAIAlNA
CORTEJA no
Dios me hizo bella El espejo me ha hecho VQ-
nidosa Pero Jos hombres me han hecho perder el gusto de ser bella.
Desde los dieciséis años -tengo ya veinticinco– todos fos hombres que he conocido me han dicho cosas y han hatada de besarme por lo menos De todos
105 que han bailado conmigo ninguno ha pensado ja– más que me era completamente indiferente y todos se han CI eído obligados, cuando menos, a insinLl6rseme de manera velada por un discreto acercamiento An– tes creía que era un privilegio mío, compartido a lo sumo por tres o cuatro, esto de gustarle q los hombles Pero la experiencia me va enseñando que basta ser regular y sonriente para que todos los hombres se inte– resen por una He descubierto que todo hombre está generalmet1te enal11orado de todas las mujeres
Mi primr amor fue Miguel Cuadra Posos Hoy, ya ni Siquiera me reconoce Cleo que es el único a quien lealmente no le intereso, aunque a veces lo dudo Debo confesar que he ti atado varias veces de insinuár– mele, pero él baja los jos, ruborizado Sin embargo, Violetita Zavafa sU esposa se ha vuelto muy sería con– migo Qué injusticia! Migue! es un marido modelo Yo conservo un dulce recuerdo de Miguel Tengo una carta suya Qué bella! No es inmerecida la fama
que tenía Miguel de ser el mejor escritor de cartas
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