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amorosas del país Pero no quiero hablar más de él, para no desagradarlo

Yo queblé con Miguel porque me encontró una noche besándome con LLlis Pasos Algüeilo, su primo hermano En ese tiempo GUicho era una criatura, CIlmque ienía 21 años Sus modos eran de muchacho q¡Je se cree hombrecito Recuel do que llegaba a vi–

~i'klr mi casa en compañía de Enrique Genie en un automóvil DUrcInte toda la visita el auto permanecía encendido Genie me contaba que Luis decía que eso

~ra muy elegante

Nunca me pareció Luis un buen enamorado (" !(lDO, Jo era y lo es algo todavía Elegante, muy nítido, inteligente y simpático Per °

me parecía tam-bién embedido en su persona El es uno de esos hom-bres que piensan más en ellos tnismos que en su novia o su amiga, como dicen ahora Nunca fue muy resel– vc:do con los secretos amorosoS pero con los años se pone cada día más alabancioso Ultimamente ha dicho que todavía me muero por él Pobrecito, si su-piera que el que me estó gustando ahora es su hermano Jcaquín Este simpático chavala imita a Luis en los modales, pero en el físico y especialmente en el peina– do imita a PC1CO Fiallos Parece que el destino de Luis es que Joaquincito le quite sus novias Y es que Luis va pel diendo la frBscura, la agilidad y la belleza juve– nil de su figura, ya no es como en el tiempo en que aquí en Managua le decían El Príncipe Está un po– quito soplado y se le estón engol dando los cachetes y las canillas Los ojos se le mantienen un poco abota– gados Si se pudiera decir de los hombres como de las mujeres que se vuelven jamonas yo diría que Luis se está ajamonando Por mós que muchas veces él pi opale que se está casando, creo que se va a quedar cotona y que se va a parecer con el tiempo a su tío Joaquín Argüello Jiménez Cabalzeta Nunca me in– teresó gran cosa Luis Pasos y por eso no sufrí nada cuando me lo quitó la Cayita Medal Muchas veces, después, me he dejado besar de él, pero tos últimos besos que me dio, hoce dos meses en un paseo, me han dejado decepcionada porque demuestran que ha perdido los bríos

De los Pasitos con el único con que no he jalado es con Alb~rto Sin embOlgo, no me han dejado de dar ganas de darle su besada en los cachetes Cuan– do Alberto se pica es simpatiquísimo y el hombre más chistoso de la tierra Quisiera verlo siempre picado, riéndose a calcajadas y pegándome grandes palmadas en \a espalda

El novio que me hizo más ilusión como novio y por el deseo de casarme con él fue Adolfito Benard Además de que era un partido y lo sigue siendo, se portaba muy fino y muy simpático conmigo haciéndose el muchachito Cuando yo le decía que nos casára– mos, me decía

-No, porque estoy muy chiquito

Creo que es imposible pescar a Adolfo Con es– te fracaso, me despeché bastante y puse a un lado la idea del matrimonio, convirtiéndome poco a poco en lo que han dado en llamar una mujer sport

Los hombres me parecen bastante vanos y ridícu-los y fáciles de engañar Los muchachos solteros de

ahora en Managuo y Granada no sirven para el ma– trimonio Creo que en León quedan algunos que se– rían buenos maridos porque allá se conservan mejor las costumbres antiguas Lo que antes se llamaba pi opiamente un partido hoy día ya no existe Es un verdadero problema para los padr'-'!s de familia casar actualmente a SUS hijas Por qué se empeñan ellos en casarlos y por qué las mismas muchachas se empe– ñan en casarse mal?

Yo aconsejo a los padres de familia que mejor se empeñen en educar a sus hijas para la soltería Se necesitan mujeres voluntariamente solteras que sepan vivir, trabajar y ser felices como tales, que sepan usar de la libertad y de los hombres con decoro, sin que nadie creo que son locas porque parrandean toda una noche y porque besan a un amigo

No quiero hablar en términos generales Para que se vea lo que son los hombres de ahora vaya re– latar brevemente mis observaciones en un baile re– ciente, obsequiado a un diplomático

Estaba sentada en una mesa con Juan Dreyfus y su esposa, con León Debayle y la suya, y tenía de compañero a Carlos Palazio que es un hombre de la más fina educación europea a quien desconciertan las vulgaridades de la gente "Haceme favor de no bailar con ninguno que no sea de esta meso" -me dice Carlos- "Es una costumbre horrible que me ataca a los nervios esa de que vengan los hombres de otra mesa a lIevársele a los amigas de uno" Quisiera darle gLlstO a Carlos y comprendo que es feo de parte de los hombres llegar a sacarla a una a la mesa donde está con amigos, pero yo necesito observar y estudiar las costumbres de Jos que bailan

Builo la primer pieza con Carlos Buen cama-rada Buen bailarín Me dice que le rasque la nu-ca, porque le encanta Yo le doy gusto ¿Qué me cuesta?

Segunda pieza con don Silvia Pellas Qué mo-doso, qué suave! Hacía tiempo quería bailar con él Pero Silvia es hombre como todos Se me insinúa de Lino manera muy discreta

-Señorita -me dice- aquí hay un hombre que está enamOlado de Ud

-Dónde, Silvia?

-Aquí en la fiesta, señorita

-Está bailando, Silvia? -Con Ud señorita

Por un momento me entusiasmo Mi vanidad de mujel se halaga Me satisface gustarle a un hom– bre de mundo que ha conocido tanlas mujeres en tantos países di ferentes Pero enseguida pienso que eso mismo debe decirlo a las demás, como todos Esa es su línea good line, coma dicen los yankis

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