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militares f con jefe de día y servicio de campañaf como

las milicias regulares de los ejércitos en tiempo de guerra, sin que a ningún particular se permita el paso por la acera de la casa donde vive el candidato liberal, el Señor Presidente Diaz pasea solo por todas partes, vive libre de todo aparato oficial, asi en su residencia privada, como en la casa de Gobierno, y por ambas tiene el público franco el tránsito a cualquier hora del día y de la noche, sin que haya un soldado siquiera que pregunte a nadie a dónde va Y lo que se dice del Presidente Dioz, se dice con mayor razón de los candidatos conservadores, en cuenta el General Cha– marra, hoy candidato único, cuya morada es modelo de sencillez y llaneza democrática

Estos hechos revisten un gran valor en el momen– to actual El gobernante conservador y el candidato conservador a la Presidencia de la República caracte– rizan al hombre civil, al ciudadano que rinde culto a

lo democracia, o la sencillez republicana, representa

01 ciudadano que no desdeña confundirse en el pue– blo El caudillo del liberalismo es la genuina repre– sentación del régimen autoritario y liberticida, que promete únicamente el gobierno de cuartelo, para hablar en términos gráficos el gobierno liberal

Refiriéndome ahora a la intervención de los Es– tados Unidos en los asuntos internos de Nicaragua, diré que esa intervención es obra exclusiva de los hom– bres del liberalismo, y que cuando el Partido Conser– vador llegó al Poder, lo encontró ya todo hecho Para

comprobarlo, presentaré documentos incontestables,

cuya autenticidad no podrán nunca desconocer los mismos contrarios que nos acusan de lo que ellos lla–

man el "crimen de lesa patria"

En la Historia Sagrada se cuenta que queriendo Dios probar la paciencia de Job, le envió toda clase de

tribulaciones

J

y como en medio de sus sufrimientos

elevase sus quejas al Altísimo, contesta la voz de Dios en el libro de Job "Dónde estabas tú cuando puse la

peana en que descansan los mundos?"

Revisando los documentos que evidencian el in– terés que en sus reiteradas gestiones han mostrado los liberales para obtener, de parte de los Estados Unidos,

una intervención en nuestros asuntos, no sólo diplomá–

tica, sino armada, ocurre preguntar

Dónde estábais vosotras los que hoy calificáis co– mo crimen de lesa patria la influencia amistosa de los Estados Unidos en nuestra política, el 4 de abril de

1903, cuando don Fernando Sánchez, Secretario de Relaciones Exteriores del Gobierna Liberal del General J Santos Zelaya, solicitó de los Estados Unidas, por medio del Doctor Luis F. Corea, Ministro en Wash–

ington, que promoviese una reunión de plenipotencia– rios centroamericanos para pacificar a Honduras y

terminar el malestar y desconfianza entre los pueblos y Gobiernos de estas secciones, declarando categórica– mente el propio Ministro Sánchez que "la intervención de Washington seria eficaz"?

Dónde estábais vosotros los liberales el 8 de abril del mismo año, cuando el sobredicho Ministro Sán– chez insistió en la celebración de la Conferencia refe– rida, para que firmasen las Repúblicas de Centroamé– rica un Tratado que garantizase la paz, insinuando

que la gestión apareciese

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como pensamiento espon-

táneo emanado del Gabinete Norteamericano" f e in–

dicando además al Señor Corea que "este trabajo na lo percibiesen los miembras del Cuerpo Diplomático re– sidente en Washington"?

Dónde estábais vosotros el 17 de septiembre de

1907 cuando se firmó por los cinco Ministros de Cen– troamérica en Washington el Protocolo preliminar pa– ra una Conferencia de Paz de los cinco Estados, que se verificó más tarde y en el cual las partes interesa– das se obligaron a someter las diferencias que surgie–

ran entre ellos, antes de reuenirse la Conferncia,

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los buenos consejos" de los Presidentes de Estados Unidos o de México, o de ambos conjuntamente? Dónde estábais en diciembre de 1907 cuando el Secretario de Estado, MI' Root, en tono solemne, dijo a los Delegados de Centroamérica reunidos en confe– rencia, entre los que se contaban los Doctores Luis F Corea, José Madriz y Policarpo Bonilla sin que hubiera ninguna protesta de parte de ellos "Vosotros estáis acostumbrados a escribir vuestros pactos en papel mo–

jado, esta vez no sucederá así ll Y qué culpa tene–

mos los conservadores de que el papel haya resultado más resistente de lo que esperaban quizá los firman– tes, y que, eso resistencia haya durado hasta la hora de ahora?

Dónde estábais cuando el extranjero Buchanan, digo extranjero para usar el lenguaje liberal del día, mejor dicho, el Representante de los Estados Unidos, MI' William 1 Buchanan, se sentó a presedir la inau– guración de la Corte de Cartago junto con el Embaja– dor de México, don Enrique C Creel, no obstante que se trataba de una Corte de Justicia puramente centro–

americano?

Dónde estábais cuando el Presidente Zelaya, de su puño y letra dio instrucciones al Doctor Rodolfo Espinosa R, Ministro entonces en Washington, y uno de los grandes corifeos del liberalismo, para que, con pretexto de unión de Centroamérica, y con el objeto

positivo de extender su dominación despótico a los

otros Estados, solicitó de los Estados Unidos el apoyo moral y material para proteger la empresa, apoyo que

consistía en insinuaciones que f con toda eficacia, ha–

cían los representantes diplomáticos en aquel sentido, en el envío de suficientes elementos de guerra y en

la presencia de naves de guerra americanos en aguas

de Centroamérica, ofreciendo en cambio protección aduanera para la importación de artículos americanos

y dos estaciones carboneras en Centroamérica, uno al

lado del Atlántico y la otra 01 lado del Pacífico? Dónde estábais cuando el Presidente Zelaya puso los destinos de Nicaragua en manos de los Estados

Unidos sometiéndose a sus juicios y decisiones, con el

envío de aquel célebre telegrama dirigido al Enviado Especial en Washington, Doctor Pedro González, en que pide al Departamento de Estado que mande una

comisión imparcial paro investigar f y ofrece dimitir si

el resultado de esa investigación muestra que su Go– bierno es perjudicial a Centroamérica?

Dónde estábais en 1910, cuando el Doctor José Madriz se puso "bajo la protectora influencia de la doctrina de Monroe" y suplicó respetuosamente, por medio de sus representantes, al Gobierno de los Esta– dos Unidos que usase "su poderoso influencia moral

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