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Secretaria haberse aprobado por la Conferencia de Paz Centroamericana, las siguientes Convenciones "Una generol de paz y amistad, otro creando una Corte de Justicia Centroamericana, otra de extra– dición, otra sobre conferencias anuales para uniformar

sus sistemas monetarios, torifos, pesos y medidos, otro

sobre ferrocarriles, telégrafos y teléfonos, otra sobre Instituto Pedagógico en Costa Rica, otra sobre Oficina de las Repúblicas Centroamericanas en Guatemala. También se acordaron amnistias para presos politicos Las Convenciones contienen sanos y elevados princi– pios que formorón la base del Derecho Internacional en Centro América La corte Permanente de Justicia

resolverá todas las cuestiones internacionales sin ex–

cepción ninguna y seró el primer tribunal de esa altísi– mo jurisdicción que se organice en el mundo Felicito

01 Señor Presidente y 01 Señor Ministro de Relaciones

Exteriores por su amistosa mediación en esta bueno

obra de paz y de concordia"

Al clausurar sus sesiones la Conferencia de Paz Centroamericana, pronunció un largo y elocuente dis– curso el Ministro Root, rebosante siempre en frases de aprecio y hasta de entusiasmo, del cual trascribimos sólo un pórrafo, para ser breves

/JOs ruego, señores, que aceptéis mis más since–

ros y cordiales para bienes Los pueblos de Centro América, a gran distancio como se hallan del teatro de vuestras labores, no sabrán quizá y ojalá mi voz pu– diera llegar hasta allá para dedrselo a todos y O coda uno que durante el mes que ha transcurrido, sus leales Representantes han trabajado con toda sinceridad en el desempeño de un deber de patriotismo, en llevar a cabo uno obro de la más alto trascendencia entre los triunfos alcanzados por la civilización modrna más avanzado Codo uno de vosotros ha protegido con toda fidelidad los intereséS que vuestros respectivos Gobiernos os han encomendodo"

En todo lo relacionado, como se ha visto, no hoy nada que ni remotamente, demuestre que en esa so– lemne ocasión haya el Gobierno de Nicaragua, ni los hombres, que entonces le rodeaban, pedido el protecto– rado americano para su país Allí sólo se trata de la paz y de asuntos centroamericaons en sus relaciones internacionales y nado absolutamente nado de los asuntos interiores de ninguno de los países represen– tados en la Conferencia

Es cierto que de la Conferencia de Paz surgió el pensamiento, que se llevó enseguida a efecto de la fundación de la Corte Centroamericana de Justicia Permanente de Cartago, qUe fue una imitación del Tribunal de Paz europeo de La Haya siendo obra ex– clusivamente nuestra, con magistrados nuestros y pa–

ro sólo nuestros asuntos centroamericanos En qué,

pues, pudieron la Conferencia y la Junta afectar di– recta ni indirectamente nuestras antonomía y libertad? Qué han tenido qué ver ellas con ese protectorado a mano armada que hoy despliega su bandera de opre– sión en las almenas del Campa de Marte en el mismo lugar donde antes flameó libre y soberano el Pabellón Nacional?

CreelJ10s haber demostrado con la reproducción de los dos discursos de Mr. Root, que no es cierto que él hoya dicho nunca o los Delegados de Iq Conferencio

"Vosotros estáis acostumbrados a escribir vuestros pactos en papél mo,jado, esta vez no sucederá asV'

y aunque es cosa sabida que en 1912 hubo un cie. to Ministro de los Estados Unidos, (el mismo que fue retirado del Servicio Diplomático por su Gobierno, por haberse dejado cohechar) sostuvo en Managua (para que le sirviera de pretexto) que los tratados cen– troamericanos de paz de Washington daban derecho a los Estados Unidos a intervenir como lo hicieron a mono armada en la América Central, también lo es, que los Gobiernos de El Salvador y de Costa Rica pro– testaron enérgicamente por esa falsedad y además, Don Luis Anderson que habia sido el Presidente de la Conferencio de Paz, dijo por lo prenso lo siguiente "Empiezo, pues, por afirmar (y para ello basta

leer cuidadosamente las Convenciones suscritas en

Washington en 1907), que no hay en ninguna de ellas una frase tan sola, no ya que establezca, pero ni si– quiera que insinúe el compromiso moral de parte del Gobierno de los Estados Unidos O del de México, que

patrocinaron como amistosos mediadores, la reunión

de los Delegados Centroamericanos, de intervenir en ningún caso, ya seo para el mantenimiento de la paz en Centro América, o ya para garantizar la observancia de aquellos Convenios

"Además, ni en las Actas de la Reunión de los Plenipotenciarios Centroamericanos residentes en Washington, ni en los Conferencias tenidos por éstos, y que junto con aquellas corren publicados en un libro especial y en diversos periódicos y revistos, ni en los discursos que con motivo de la reunión de aquella Asamblea y de los trabajos llevados a c.abo por ella, pronunciaron entonces el Secretario de Estado del Gobierno Norteamericono, Mr Root, el Embajador de México, Señor Creel, y el Presidente de Delegados Centroamericanos, se encuentra una palabra siquiera que despierte la idea de aquel compromiso moral que no seria otra cosa que la abdicación de nuestra sobe– ranía Muy 01 contrario todo cuanto se hizo como preparatorio de aquellos Pactos fraternales, así como la forma y esencía de éstos fue inspirado en el propó– sito de asentar sobre bases perdurables la absoluta independencia y soberonía de las nacionalidades cen–

troamericanos, con prescindencia d~ todo intervención

extraña en los asuntos domésticos de ellas, y con la mira de procurar que por influjo de la paz y de la fra– ternidad sentida y practicada se llegase un día a rea– lizar la unián política de estos paises en una sola na– cionalidad grande, próspera, libre y respetada "Cuando se reunió la Conferencia de Washington, soplaban en Centro América vientos de tempestad Los conflictos armados veníanse sucediendo casi sin solución de continuidad, pues cuando terminaba uno quedaba latente el amago de otros, y en tal estado de cosos se dejó oir la voz amistosa de los Presidentes Roosevelt y Díaz, que invitaban o los Gobiernos de es– tos paises a entenderse fraternalmente, echando un velo sobre las diferencias que los dividían y estatuyen– do lo conduncente a establecer entre ellos el régimen en lo futuro de una inteligencia cordial e inquebranta– ble Con esa mira sé provocó la reunián de aquella Conferencia y con ellos fuimos los que tuvimos la alta honro de ser designados por nuestros respectivos Go-

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