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« Previous Page Table of Contents Next Page »Jo otros,· no es fácil compl endel Débese tener por un imposible, mayormente cuando los cominos son dobla~
dos y en tiempo de aguas, casi intraficables, de aquí pi aviene que las iglesias se reducen a unos bohíos de paja tan indecentes que solo pOI necesidad puede ce· lebrarse en ellos. Los de El Jícaro y Mozonte constarán de diez y seis varás de longitud y seis de latitud y la de Jalapa se ciñe únicamente o siete valOs y su alto a
do~ y medio: esta última pOlece propiamente una. coci~
na pequeña y tan despreciable, que es un baile inmo– desto y absolutamente profano Los feligreses también como carecen de ministro, se mdntienen en los campos, sin otlO comelcio que el de los brutos: no tienen casa en el que llaman pueblo, y cuando bajan a él se amon– tonan en una muchas familias y ctlas baio de los árbo· les: no oyen misa sino rara o ninguna vez al año Los preceptos de la confesi6n y comunión hasta este tiempo e.stán pOI cumplir Los que quieren evadilse de esta obligación, con facilidad lo consiguen, y todos como cliados en los montes, carecen de aquellos ejel cicios cris· ticlnos, que facilitan la salvación: en efecto, como con la vista he tocado estas necesidades, me haf1 penetlado el corazón; y así no pude menos de solicitar el remedio "Este consiste en restablecimiento del antiguo CUla– ta de El JícOIO y erección de ottó en Jalapa: entonces ca– da pálloco cuidará de su iglesia y feligresía y cesalán los inconvenientes relacionados La única dificultad con· siste en la lenta con que deben mantenelse, facilitarse no obstante, sin quebranto alguno de la real hacienda del modo que he discurl ido, en la dicha ciudad de la Segovia, hay un Hospital pOlo dos religiosas del orden seráfico, que vienen de esa provincia: su principal desti· no, es la leducción de los indios que habitan los mon·
tClñas de aquella comarca, a cada uno se contribuyen clOuCllmente doscientos pesos de la misma real hacienda
y ellos los perciben sin más pensión que ésta: la Com– pañía que llaman de la Conquista existe en el Jícaro: suele de tarde en tarde entl al al registro de la montaña, entonces va uno y en las cercanías de ella dice misa a la gente, les dá el buen viaje y se retira No hay memo– ria de cuando fué la última I educci6n ni pueblo, ni aún siquiera un indio convertido por este medio: entletiénen– se, en fin, los dos religiosos en ayudar a los curas de la jurisdic<.ión que los llaman Asegúranme que ésta inac– ción en su principal ministedo les hace cmdOl con vel ~
güenza entre las gentes porque como Quenas religio$os, que no quisieran ser notados aun en aquellos de que realmente se hallan Iibles Por otra parte el penetlOl la montaiía es unt;l <;OSO de las más árduas que pueden ofrecelse: lo mismo es enttal en ella que sentilse un ca· lar terrible, que es necesalio aHojar la camisa para to· lerarle ta espesura .y malezas necesitan de gran pa· Ciencia y constancia para vencerlas: la elevación de los montes impide el r~gistro de sol y es necesalio aguja pora sabel el rumbo LQs caribes tiran por los lugOles de más difícil acceso; y como, prácticos del país se esca· pan por" donde quieren, si algunos o algunas caen en el lazo y se bautizan, cuando menos se picnsa se huyen y
Son los p,?ores enernigos, porque saben las entradas y
salidas de la tierra y lo indefenso de nuestlos pueblos, la empresa, en fin sobre trabajos es inútil
"Uno de los dos religiosos habló conmigo y es del mismo dictamen Fundado en él, añadió, habel escrito a su antiguo provincial Jiménez que ya es difunto, le diese otro destino a causa de que el de esta reducción
elO 'frustroñia: el compañero también me insinuó hallá– base también por la misma lazón ton el ánimo de re– tirarse al Colegio de Cristo Crucificado, con que ambos se alegrarían si los revelasen del destino infructuoso en que se hallan; yo soy del propio sentimiento, y en tal coso los cuatrocientos pesos de que gozan se adjudica– rán o los dos nuevos curas de el Jícaro y Jalapa "Añado que la conquista no conviene en esto mon· taña, porque los caribes se inquietan con ella Sorpren· den después a las poblaciones más inmediatas de. los indios cristianos, las saquean y se los llevan a padecer una dUla esclavitud Paréceme, pues, que no estamos en términos de ofender sino de defendernos: que sería muy justo que V E pi ohibiese semejantes entradas sin orden especial de V E Y que solo procurasen montenel sobl e sus guaridas, poro no ser insultados de los ene– migos, los cuales segn la expel iencia, solo hostilizan cuando han sido agraviados los costos también que se causan en estos reducciones contemplaba yo deberían con más razón consumirse en mantener un CUlO en cada pueblo de los indios cristianos Puedo asegurar a V E que me causa gran compasión cada vez que encuentro tles y cuatlo pueblos distantes enrte sí, administrados
pOI un solo párroco Si cada uno tuviese el suyo, sería especial selvido a
Dios y al Rey los indios estarían bien insh uídos e irían en aumento y no en lo decaden– cia que se expelimento¡ y últimamente sino tenemos fuer· zus pala proveel de pasto espiritual competente, a los que están Cl istianizados y tienen más derecho para sel otendidos, como podemos volvet nuestl as vistos a le~
ducciones, maYal mente cuando aunque se loglen, duran poco, o pOlque los indias con la mutaci6n del templo y tristeza se muelen, y porque fugitivos se retiran a su an– tiguo suelo: V E, en fin determinará sobre todo 10 que hallare más conveniente al servicio de ambas Maiesta~
des y conselvación de estos naturales que son los obje– tos primalios de mi ai·ención
"Nuestro Señor gUOlde Jo menestelosísima pelsona de V E los muchos años que deseo y necesito -Pue– blo Nuevo, junio veinticuatro de setecientos cincuenta y
dos, V L AA de V E-Su más afecto y seguro Capellán, Pedro Agustín, Obispo de NicOlagua -Excelentísimo Se– ñal Teniente Genelal Don José Vásquez Prego"
"Excelentí~imo Señor - Muy señal mío, de mi ma–
YOI estimclCión: Los pueblos del Jícaro y .Jalapa, son los últimos del partida de 1" Segovia, que,caen por el Norte a la montaña de los coribes, guardan los puertos pOI
donde éstos hacen sus salidas y ,sirven de antemural a
10~ demás pueblos de la misma Segovia: el exttavío y
peligro en que se v~rsan ha sido aparentemente el mo.· tivo de que mis antecesores no los hayan pisado: yo, sin embargo, no deteniéndome en esta circunstancia, posé a ellos para hacerme cargo, que eran los qu~ más necesita– ban de mi pi esencia Lo que encontré fueron calamida– des y trabajo, la iglesia del Jícaro es un bohío de paja nlUY pobre e indecente No hay sacramento por falta de ministro, tampoco tiene sacristía ni ornamento, ni aun vivos: de casa de Dios: la de los particulares se re· ducen a veintiCinco de la misma especie mucho más pe· queñasi la mayor parte de ellos, son paredes y con to– tal desorden, de modo que no forman calle y el monte les sirve de inpedimento paro el registro Las familias llegan a ciento veintitrés y las personas a quinientas ochenta y siete de confirmación y comunión y se com– ponen de negros y rii.ulatos,' sin los que andan dispél-
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