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« Previous Page Table of Contents Next Page »necí en esta ciudad fué excesivo: en medio de ser los visitas anuales, todo corría sín concierto; las partidas de los libios porroquioles estaban con tales defectos que fué necesario dar le91as para su formación y apercibir
01 Cura para
,$U observancia: el modo que se practicaba en las capellanías y obras pías era un decreto general en estos términos: pasada en visita de este año de tan– tos Ni se tomaba cuento del cumplimiento de ellas, ni se averiguaba el estado de las fábt icas, cada interesa– do tenía en su poder los escrituras, unos a otros se pre–
sentaban las capellanías paro ordenarse en juicio de los
liorna dos, y por último nunca se habían puesto edictos para la provisión de ellas De este desorden provenía la ocultación de los instrumentos, la luino de las hipo– tecas y la extinción de las capellanías; fué necesario, pues, extrema aplicación para dejarlas sobre un pié justo
y permanente: todas fueron visitadas con menuda inspec– ción y puestas en un OIchivo con los demós papeles que andaban lodando, uno~ y otros se inventariaron y que– daron a cargo del Notario más antiguo Removí de la
Mayor~om¡a de la parroquial a un eclesiástico nombra– do por un visitador y subrogué a un secular interino que se proveé por el real patlonato, y será la primera vez que se practica de este modo Elejí también SoCI istán
MaYal Presbítero bajo de la misma reglo, no lo había desde la última vacante que numeraba seis meses, solo se cuidó de poner un mozo que administrase el empleo
A repleseritaci6n, en fin, del Cura dí plovidencia paro colocar a la Majestad Sacramentada en las iglesias de la Soledod y los Angeles
Contemporáneamente me ocupé en las funciones de mi oficio pastoral¡ celebré una vez órdenes en que con– ferí la tonsura a cuatro, las confirmaciones fueron dia– rias y el número de las personas asentadas llegó a mil quinientas setenta Y dos: deben ser sin embargo mu– chas más¡ la razón es, que en la iglesia de San Pedlo de Metopa, por mera curiosidad mandé a dos familiares míos, que mientras odministroba yo el Sacramento de la Confirmación, fuesen contando las personas que lo recibían Montaron todas a mil seiscientas treinta Y una, traídas después escritas, reconod que faltaba la mitad: esta desigualdad proviene de que con el concurso y bu– llicio de las gentes los amanuenses no pueden despa– char con prontitud a todos Evacuadas las confirmacio– nes comienzo a predicar: el asiento de las partidas se suspende Y después no cuidan de volver a dar los nom– bres; en efecto, gran porte de ellos se quedo n en blan– co, según noté en el pueblo de Metopa Y subsecuentes en ellos la cuesta que he puesto no admite falencia por ser hecha con la formalidad expresada Para suplir los defectos cometidos en las que antecedieron, me hn pa– recido añadir dos tercios a las que constan matriculadas en los libros En estos térll"!inos, pues, regulo en dos mil seiscientas las personas que confirmé en Cortago Con advertencia, qu~ en ellos van inclusas las de cinco pueblos circunvecinos de que trataré después
A estas tareas comunes añadí las extraordinarias de púlpito y confesionario Prediqué trece sermones mo– ra.les continuos Y el último se coron6 con una procesión, publica de penitencio, con innumerable concurso que lle– garía a tres mil almas: la devoción del Rosarío de Ma– ríq Santísima, objeto primario de mis sermones, se en– tobló con indecible fervor, en efecto aquel pueblo en pocos días mudó enteramente de aspecto convertido to– do en tributar olobanzas y obsequios a la Reina del Cie-
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lo y de la tieno De tanto bien espiritual como el que acebo de refer;" participalOn tombién los pueblos del Laborío, Quircot, Tobosi Coó y el Pilar Hállanse a COito distancia de lo ciudad, Y sus vecinos concurrieron a ella a oir la divina palabra, a confirmarse y ejercitarse en todos los demás actos de reHgión que se practicaron El pueblo del Laborío, cuyo titular es Son Juan coe a la pOlte Occidental como dos cuadras de la ciudad, tiene veintiseis cosas de paja que forman cuatro colles que salen de lo ploza, un Alcalde Alguacil Moyor, dos Re– gidoles y Fiscal, veintisels familias y ciento cuarenta in– dios de todas edades y ambos sexos No hay iglesio ni Cura: el de Cartago administra POI este trabajo no tiene nueva renta, sino meramente veintiseis reales de los matrimonios y el servicio de una india y dos indios, otros dos se ocupan en la Parroquial, a causa de que la fábrica de ella na se interesa en sus funciones, mudán~
dose unos Y otros por semanas y el trabajo se reparte enhe dos El tributo anual que pagan a lo Real Ha– cienda importa treinta Y seis pesos a lazón de cuatro leales cada tributario
El pueblo de Quilcot está un cuarto de leguo de la ciudad hacia el Norte: tiene iglesia pequeña con su sacristía, doce cosas de paja que fOlman una calle, un Alcalde Alguocil Mayor, dos RegidOles y Fiscal, trece familias y cincuenta Y cinco personas de todos edades sumamente pobres pagan de tributo anualmente vein· tiocho pesos siete rectles
El pueblo de Tobosi disto de la ciudad como tres
CUOl tos de legua al Sureste: tiene iglesia pequeña con sacristía y cuarto contiguo para el doctrinelo cubierto todo de teia: su titular San Juan: catorce cosas de paja que forman cuatro calles que salen de la plozo, un Al– celde Alguacil Mayor, dos Regidores y Fiscal, diez y sie– te familias Y cuarenta y siete personas de todas edades, muy pobres, pagan anualmente de tributo treinta Y cua– tro pesos
El pueblo de Coó dista de la ciudad como tres CUOI– tos de legua al Norte" tiene su iglesia con sac! istía de teía, su titular Son Antonio, veintidós casas de paja que forman una calle, un Alcolde Alguocil Mayor, dos Regidores Y Fiscal, veintiuna familias Y setenta Y ocho personas de todas edades, muy pobres, pagon anual– mente de ti ibuto treinta Y un pesos
Las iglesias ele estos tres últimos pueblos se hallan sin ornamento decente para el Santo sa~rificio de la mi– sa, los que hay son pocos y maltratados, cáliz y misal los lleva el doctrinero, a cuyo COl 90 está la administra– ción de todos tres, lo es Lln religioso Franciscano, no reside en ellos sinó en su Convento de la ciudad; los días festivos va a decir misC;l a cada uno por su turno El viático Se lleva del mismo Convento a los feligreses enfermos, Y los que mueren son entetrados en lo iglesia de él La renta que goza es el sínodo de cincuenta mil marovedices pagoderos en la Real Cojo Diez y ocho pesos de misas cantadas, cincuenta Y cuatro pesos que importa anualmente la ración que por meses le contl ¡_
buyen y últimamente el servicio personal de tres indios Y dos indias por semana
El doctrinero actual es guardián del mencionodo Convento. Púsele presente la incompatibilidad de es– tos dos oficios y la obligación tan preciso de la residen– cia en alguna de las tres parroquias; respondióme .que como la guardidna era temporal, suplicó a su Prelado le nombrase en el Curato y que ninguno de sus dntece~
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