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MODESTO BARRIOS
Redactor del Periódico Oficial
Llorar por la ausencia eterna del amigo, del ciu–
dadano, del patriota inmaculado, es ahora una ocupa–
ción necesaria de aquellos en cuyo pecho hay una fibra que responde a los sentimientos de la virtud, de la amistad y del reconocimiento.
¿Cómo permanecer impasible ante un cuadro tan conmovedor? Una viuda y once hiios elevan al cielo
un ¡ay! que sale de lo hondo del corazón, herido por pavoroso acontecimiento que les ha privado de su úni..
ca fortuna, de su providencia acá en la tierra; su úni– ca fortuna ¿lo oís? porque el Ministro de Hacienda de Nicaragua por cinco años, y que gozó de la confianza absoluta de dos Administraciones, ha muerto pobre... Aquí está el Gobernante de la Nación, consternado, aba.. tido, en presencia de la muerte del amigo desde sus primeros años, de la pérdida de su activo, incansable
y eficaz colaborador en todos los ramos de la Adminis.. tración, que cediendo a los ruegos de la amistad y al
llamamiento del patriotismo, rindió su vida al peso de
las abrumadoras ocupaciones del servicio público. Aquí teneis también pesaroso un sin número de amigos, en– tre ellos muchos exfron¡eros respetables, que compren.. dieron y amaron a aquella alma generosa, en la cual reinaban virtud austera, realzada por una admirable modestia, y sentimientos levantados; alma en que ja–
mús se albergaron esas pasiones pequeñas, mezquinas, que son por lo regular la penumbra del genio, las som– bras de los grandezas humanas. Allá el res lo de la
Nación conmovida por la irreparable pérdida de un ser.. vidor probo y abnegado. Ah! cuántos sufren en este
día!
FABIO CARNEVALINI
Catedrático Universitario
Lo República debe mucho al señor Benard que ha venido a poner como el sello a los esfuerzos de otros hombres importantes que antes que él habían trabajado también para su adelanto.
En tiempo del Gral. Martínez, se fundó el orden: en tiempo de don Fernando Guzmán, se afitmzó la libertad: en tiempo de don Vicente Quadra, se moralizó la Ha– cienda pública: en tiempo de don Pedro Joaquín Cha– marra, con la cooperación de su Ministro Benard, se aumentó ésta hasta un punto a donde se creía que no hubiera podido llegar; y hoy en estos pocos meses de la Adminisllación del Gral. Zavala, el señor Benard ha encontrado modo de aumentarla todavía más y colocar el
crédito de la naci6n en un estado briJJantísimo.
Elevemos un monumento imperecedero a su memo– ria en nuestros corazones y en los de la posteridad, por el bien que ha hecho y por los bellos ejemplos que nos ha dejado.
Cuando en 1873 marché para Europa con toda mi familia con el obieto de quedarme en Roma mi patria, pronto ví cuan difícil es establecerse en aquellos países en donde abunda la gente y escasea el trabajo -Había
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cometido un error- Así es que pensé volver a Nicaragua. Pero antes quise pasar por Nueva York para ver si en aquella vasla Metrópoli del nuevo mundo hubiera podi– do realizar lo que no me habia sido dable en Europa. Pero choqué con las mismas dificultades. Una tarde que me paseaba en Broadway al frente de uTrinity Church", ví a un caballero que me miró f¡¡amente siguiendo su camino; pero a poco volvió y con una sonrisa bondadosa
y lleno de afabilidad me tendió ambas manos llamándo– me por mi nombre. Le miré atentamente: era él, aquel que ahora tengo ante mí hecho cadáver: le dí las manos
y nos fuimos ;untos; y entonces habiendo sido informado l,or mí del cómo y por qué estaba en Nueva York, me diio con afectuoso entusiasmo:- "Amigo, su patria hoy es Nicaragua, vuelva a ella y cuente con la estima y
afecto de todos los nicaragüenses conlO antes, y especial– mente con mi amistad"; y aquí volví.
LUCIANO GOMEZ
Eminente Licenciado en Derecho
El señor Senard, con'inuando en el Ministerio de la
actual Administración, hacia un sacrificio a su patria, es– timulado, sin duda, por la sanción general que su poli– tica de hacienda encontraba en los hombres de buena voluntad, aunque fuesen sus adversarios en politica. I
hacia un sacrificio, porque su organismo trabajado por cuatro años de laboriosidad, necesitaba muy bien el des– canso, que tal vez hubiera prolongado sus días.
Era todavía joven. Sus ideas de orden, al mismo tiempo que avanzadas, hacían de él no solo un presente, sino también una esperanza de halagüeño porvenir para la República.
Su pérdida e!i una calamidad nacional, mayor tal vez que la 'pérdida del Lic. José María Zelaya, que en el mis– mo puesto murió también prematuramente, legándonos tan 5010 las esperanzas que se fundaban en su preclaro tCllento. Si Zelaya arranca todavía nuestras legítimas Icon cuánta iusticia no debemos hoy cubrirnos de luto por la pérdida de Emilio Benard, cuyo pensamiento y cuya la– boriosidad imprimieron a Nicaragua un impulso tal de progreso, que su influencia benéfica se hará sentir en nuestra suerte de un modo permanente!!! ...
Hace muy pocos días, que se decía en una ocasión como ésta, que si en Nicaragua se eriiiesen monumentos a la memoria de los hombres distinguidos, Gregario Jua– rez tendría uno como bienhechor de su país. Pues, Emi... Iio Benarcl tendría también otro por sus méritos relevan~
tes, como ciudadano y como hombre de Estado.
SALVADOR CASTILLO
Eminente Licenciado en Derecho
En homenaie a la verdad y a la justicia, permítase.. me consignar: que pocos son los hombres públicos que Nicaragua, tiene, de la tolla de Benard. Este hombre reunía a una inteligencia clara, un juicio recto, una pro– bidad acrisolada, un constante espíritu de iusticia y una energía inquebrantable; cualidades todas que caracteri...
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