Page 73 - RC_1967_12_N87

This is a SEO version of RC_1967_12_N87. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

cuatro centavos por el pefafillo o petatón con que se iba a alfon1.brar uno de los salones del Palacio de Managua, corno en efecto se alfombró. El "petatero" presentó su recibo a la Tesorería General; pero no le pagaron los diez y ocho pesos setenta y cuafre;> centa– vos convenidos, porque diz que la ley del em– budo regía entonces en las oficinas fiscales: cuando se cobraba el valor de una renta, y la cantidad terminaba en uno, dos, tres o cuatro centavos, la Hacienda recibía medio por cualquiera de estas terminaciones, per– diendo, por supuesto, cuairo, tres dos o un centavos el pagador; y al contrario, cuando uno cobraba dinero por un servicio, y la ter– minación de la suma era uno, dos, ires o cuairo centavos, la terminación quedaba a favor de la Hacienda. Con esta señora, pues, pasaba lo siguiente: o ella ganaba o uno perdía. Parece que estaba en esto de por medio una orden presidencial, en atención a que aún no se había introducido la moneda fraccionaria de un centavo.

Así fué corno el Presidente señor Cuadra alfombró uno de los salones del Palacio. Y ¡qué celoso era don Vicente con su petatillo! Debían barrérselo mañana y tarde y en cual– quier momento que él creía que estaba sucio.

LA BANDA

Siempre que se trate de la administra– ción de don Vicente Cuadra hay que acoger con re:;¡erva las anécdotas que acerca de la rigurosa economía observada por este precla– ro gobernante de los Treinta Años, corren de boca en boca, en las cuales anécdotas hasta

se le pone en ridículo.

Una de las personas que más se burla– ron del señor Cuadra en tal sentido fue don Enrique Guzmán, quien haya tal vez inven– tado algún cuento al respecto. ¡Ah! QUe no hubiese otro motivo de queja contra nuestros gobernantes, sino el ser rectos y prudentes en el manejo de los caudales públicos! Que cayesen en ridículo sólo por económicos! Por esa reserva a que se ve obligado el narrador de tradiciones y anécdotas, cuyo fondo debe constituirlo la verdad más o me– nos histórica, no respondernos de ésta en "La

~anda", trabajo que presentarnos corno un Juguete simplemente, pues no admitimos que el señor Cuadra, aunque haya estado muy lejos de poseer los portentosos alcances de un perí±o financiero, no encontrase otros me– dios de crear la Hacienda nacional, sino la Supresión del Director de la Banda. Pero así y todo, este "recuerdo", verdadero o falso, pues, nos revela hasia qué grado llegaba el celo económico de don Vicente, gracias al cual celo pudo Charnorro establecer el telé. grafo y pensar en el ferrocarril. Porque

cU~ndo el señor Cuadra ascendió al poder, la CaJa de la Nación estaba en la "real quema o en las latas"

I como vulgarmente Se dice,

9

En los primeros días de marzo de 1875 le dieron en el, Palacio un baile al nuevo go– bernante, suceSor de Cuadra, don Pedro Joa– quín Chamarra. Don Vicente, que había ya regresado a Granada y que no asistiera al baile, preguntó a un sujeto bien informado que en cuál de los salones del Palacio había sido la fiesta.

-Pues bailarnos, don Vicente-confestó el informante-en el salón en que e9~aba un petate que hacía de alfombra.

-Bueno-con inquietud el ex-gobernan– ie-aY el petatillo. .?

-Pues el petate o petatón, que no era petatillo, ecómo iba a serlo?, se quitó de allí.

-eQuí±aron el petatillo ? Y para dón– de lo llevaron?

-1 Qué se yo ! aY quién sería el que bai– Jase en un petate viejo y sucio?

y dicen que el mismo informante conta– ba después que don Vicente Cuadra, al saber que su petaiíllo ya no estaba en el lugar en que él lo dejara, exclamó, llevándose las ma– nos a la cabeza:

-/Ya se pasearon en el petatillo! Pobre la Nación! Bien dice el refrán que lo que no nos cuesta ..

más limpia que una patena, que diz que dijo don Enrique Guzmán. Porque aunque los "Recuerdos de los Treinta Años" pueden con~

siderarse corno un panegírico, si bien indirec~

to por la forma, de los gobiernos de una épo. ca que traen tristeza a la meInoria aun los liberales, hemos de consignar que la adrni~

nistración anterior, la de don Fernando Guz– Inán, fué una calamidad en lo económico. Pero no culpen1.os severamenie por ello a don Fernando, que este gobernante, el más ilustre de iodos porque fundó la libertad po– lítica que otros vinieron a destruir mucho después, no contó con un Emilio Benard a su lado; y aparte de esto, don Fernando no había nacido para economista. Pero ¿no han fracasado gobernantes asislidos de nota– bilidades en materia de economía política? Hemos, sí, de consignar tarnbién que don Fer– nando Guzmán salió limpio del lodo de esa calamidad.

Don Vicente Cuadra asistía a un concier– to de la Banda.

-TaIna nota-le dijo a uno de sus alle– gados-del nuevo presupuesto de la Banda. Hay quien diga que en ella gasta Inás de lo indispensable, y no falfan músicos. que se quejan de tener sueldo muy bajo. Tú, como ernpleado de la Tesorería que eres, debes estar al corriente de lo que gana cada músi– co.

-Sí, señor Presiden±e-respondió el allegado.

Page 73 - RC_1967_12_N87

This is a SEO version of RC_1967_12_N87. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »