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« Previous Page Table of Contents Next Page »Aunque los recursos minerales del país son induda– blemente ricos, su futura riqueza provendrá, si la paz puede alguna vez ~er pérmanente, de la explotación de
tierros agrícolas y de madera de construcción Más allá de los distritos mineros hasta la Costa de los Mos– quitos, se extienden bosques de áreas inmensas; llenos de finas maqeras y han sido tocados escasamente la más útil madera de construcción es la caoba, aunque hay variedades congéneres absolutalT1ente buenas, aunque no tan populares y bien conoddas Además es más fácil– mente obtenida, porque crece en las serranías, sin me– terse a los pantemos, 'os cuales están llenos de mias– mas y mosquitos. El árbol eS uno de los más bellos; tanto como UIlO de los más grandes que se encuentran en tierras tropicales, generalmente alcanza una altura de sesenta o sententa pies de altura y de veinticinco a cuarenta pies de circuferellcia. Frecuentemente hay ma– deros de cuarenta pies de lalgo y ocho pies cuadrados, aunque tan pesados que son difíles de manejar; y el
único modo de oblenel unas maderas finas de construc– ción es empleando aserradelos en las montañas y cor– tando los maderos en tamaños adecuados para la trans– portación Esto, no obstante, es difícil debido a la falta de caminos Trozos de cinco y seis pies de diámetro son tOmunes y se djce que los árboles más grandes tie– nen el color y glano más finos
la caoba es uno de los pocos árboles de la selva tropical cuyas hojas cambian de color con las estaciones, y los indios caribes" r¡ue se emplean para cortarlos, des– cublen su presencia POI esta peculiaridad Se trepan a los árboles más e1evCldos que pueden encontrar, descu– briendo con la vista las caobas, localizando su posición con glan habilidad y dirigen a los cortadores con infa– lible precisión Cuando encueritran un árbol, qu¡+qri primero la maleza del rededor y rus ramas mós baicis antes de a:acOl el tronco Cuando cae, tronchan las ra– mas; entonces cortan con hqcha la tl07a dóndole forma, después de lo runl es ana.s'truda pOI bueyes -algunas veces emplean un cen~enar de yuntas de bueyes- hacia
la COI riente má~ celcana; los tajadoles van adelante qui. tondo con sus machetes b male<-a y los pequ~~9? á.rbo– les pOia hacel camino Cuarido el madero ho rodado
01 lío, lo mqyean y lo recuestan allí hasta la estación Iluviosu, cUUl)do las aguas cracen y lo allastran hacia el mur
Hay en las florestas otros ó(boles de glan valor y no sólo pClI a maderas de construcción El caucho o palo de hul.e -cuyo nombre cuando se pronuncia correcta– mente suena como zambullida de rana en el agua: caoutchouc- es muy abundante en las montañas de Ni· caragua, aunque este producto, como muchos otros; es comparativamente vano; los indios mosquitos, no obs– tante, reúnen algo, que se embarca desde Blewfields y
Greytowll en pequeñas cantidades lo calidad n6 es tan buena corno aquella del que viene desde el Brasil, porque la savia no es reducida con ninguna habilidad o CUidado
las personClS 01 dinar ias norteamericanas creen que el caucho se obtiene como resina y viene de las exuda– das gomas del ál bol; el pi oceso es del todo diferente, semejante a nuestro método de hacer azúcar de arce CUando la savia comienza a subir desde las raíces a las
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lamas del árbol, se organizan expediciones de treinto o cuarenta hombres, que son equipados por los comer– ciantes exportadores con un avío de baldes, hachas, machetes, cacerolas, y provisiones; se ponen en marcho hacia la selva los huleros, como se les llama a los caucheros, del término hule, qúe es el nombre nativo del árbol, por siempre pagados con una pequeña suma de adelanto aparentemente para el sostenimiento de sus fa– milias dUlante la ausencia, pero la cual casi siempre la gastan en libertinajes antes de partir Cuando llegan a las montañas de palos de hules, construyen una ca– sucha de palmas y breñas, si no hay alguna ya levan– tada, en la margen de algún río, porque se requiere mucha agua ya levantada, en la margen de algún río, porque se requiere mucha agua para la manufactura de la goma Allí distribuyen sus grandes botes de lata y lós baldes a través de la montaña a intervalos con– venierites y pi oceden al trabajo. Cuando el hulero selec– ciona sus órboles, limpia el tronco de vides yenredade– "/Os y se trepa a los romas Cuando desciende, corta ranul as a lo largo de la corteza con un solo golpe de su machete, o cuchillo de izquiel da a derecha y de derecha a izquierda, todas encontrándose en ángulos En la parte inferior del COI te más bajo, una batea de metal como de seis pulgadas de largo y cuatro pulgadas de ancho se mete a machamartillo en el árbol, que recoge la leche que fluye de la herida y [a conduce al balde
más abolo en el suelo Esto es hecho con gran rapidez y destre.r.a pOi un experto; y así se necesita para evitar el despedi¡-io, porque la savia brota instantáneamente y
cl~sde que se introduce el tubo dentro del árbol, fluye
en la propo¡ción de cuatro galones por hqrct Un gran árbol producirá veinte galones de savia y se vaciará en un solo dio El bulero habiendo hOladado una doce– na o dieciocho órboles, tie~e el trabajo que puede aten–
del para vaciar los baldes dentro de los botes de diez galones que fueron abastecidos para este propósito. En
ICI tOlde tlcmsportan los botes al campamento y tamizan la savia
(J través de un cedazo en barriles. En el Bra– sil es hel vida, pela en Nil!;aragua los nativos tienen un sistema peculiar de reducción Hay una planta emeda"
dOlO llamada Achuna, cuya savia cuando se mezcla con la del caucho tiene la singulOl propiedad de cuajarse en pocos minutos ,Por quién, o cómo, o dónde fue descu– bierto este proq;so nadie puede decirlo. IndlJdablemen– te fue un accidente, pues la enredadera cuelga de todos los á(boles en las montañas de hule, y probablemente un zarcillo echcldo dentro de un balde de savia alguna y otla vez produjo el ¡esultado para el cual se usa ahora Teniendo llenos los barriles, los huleros cortan pedazos COitos de esta enredadera, los remojan en agua y se echan pequeños manojos en las cacerolas, en las cuales se derrama la Savia A la mañana siguien~e el caucho estó cambiado en goma, como dos libras por cada galón de savia En la parte supet ior de la cacerola está una cantidad de líquido café oscuro, como una débil solu– ción de regaliz Esto se vacía y entonces la goma se enrolla bajo pesadas cargas de madera en largas tiras ex1endidas llamadas tortillas, las que se cuelgan arriba de varas largas bajo la bOl roca palO escurrirlas y secar– las Al principio son blancas, como caucho vulcaniza– do, pero con la exposición se tornan negras y se vuelven después de pocos días Entonces las tortillas son ha– cinadas bajo cubiertas hasta el final de lo estación y emblacadas para el mercado.
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