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ATLANTICOS

DE IVAN 1JllltARTE

Poeta Nicaragüense

111 r l\iolly era un neglO 1espetable dueño de una pequeña linea de lanchones tomábamos jaiboles por la tarde y me platicaba de lugares tan distantes como Hong.Kong, Manila, Java -But I'dont know the Segovias concluía desconsolado.

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MUELLE

De pie sobre el pequeño muelle de Bluefields tambaleante de maderas carcomidas

diviso el colorido de los barcos pesquelOs y mercantes

lile desayimo con frutas

mientras barcazas ~argadas de cereales, cerdos y ganado son mecidas por las olas del Atlántico

Un vapOl 'viejo y sucio lleno de carbón se ace,ca volanGo humo La iaÍa del nuado se pie, de

11 lo largo

(y ie~üeldo las marchas fúnebres en el entierro de Sonioza y a :Edwin Castro esperando la muerte en la otra. isla

(del Venado)

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BETTY

Hija de un norteamedcano y de una negra Betty tiene los ojos azules blanca la piel y los dientes.

1\11' cocinaba camalOnes y ostiones

y dulcemente me preguntaba: -do you eat with coconut oi!?

Esquiábamos por la tarde en In bahía y reCOll íamos Bluefiellls hasta aburl irnos y descansar

sobre la hierba suave de las estrechas calles dé los barrios pequeños,

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donde los negritos desnudos juegan pelando cocos tejiendo ledes

lab, ando barquitos de madera.

Luego al cae, la noche

1egresábamos por las orillas de la bahia con el viento metido en las n31 ices mientras la luna se desbarataba sobre la espuma de las olas.

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ISLAND

Un domingo por la tarde me embarco a una isla del Atlántico la bahía está quieta

v el lanchón navega serenamente

La isla es encantadora

colocada entre los b18ZOS del Escondido

Rodeado de palmeras tropicales me olvido del tiempo y de la mue, te del YO que tantQ mortifica

del ruido qUé chorrea del humo de las ciudades Pasan lanchas

y me saludan gentes que ni conozco ni conoceré nUllca.

El agua de los cocos es fresca y sablOsa sustituye al agua impUl a del riachuelo De noche ni el fnego espanta los zancudos que pican en ángulo de 45 grados b, otan de la hierva

y de un pal1tano vecino a millares por minuto.

Pe,o me avengo a todo y sentado al pie de un cocotero admiro la luna apiñada enbe los cocos mienhas las lanas y los sapos

se acomodán hanquilamente en el pantano