This is a SEO version of RC_1968_07_N94. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »PROLOGO
El Reverendo Padre Fray JuJián Fuentes, de la Orden de Predicadores, a quien tuve el gusto de cono– cer en la Legación de España en San Salvador, en la recep~ión anual del día del Apóstol Santiago, en sus an– ,1"mas por las próvid8s tierras de la América Central -donde el inmortal Colón posó su planta el año de
1502 en su cuarto y últlmo viaje, llevando allá el pr;mer destello de la civilización cristian3- pudo anr
c ci8r de visu, el importantísimo papel que los Padres Dominicos represent~ron en el desenvolvimiento cultural :le aquellos pueblos, y concibió la idea de escribir una obra para .resenar a grandes rasgos la labor gigantes– ca y humanitaria llevada a cabo por estos abnegados varones, sm los cuales la conquista hubiera ido más cruel o acaso. imposible.
Con tal amor acometió su empresa el P Fuente -amor a la justicia, de apóstol y no de prosélito– que en vez de la ligera reseña que él se propus'e~a escribir, resultó :U~ ,l'bro interesa~tís.imo, exten?~ ..bien documentado, en el cual describe con parca sencl1lez las dolorosas, VIcIsItudes; los SUfrImIentos, Sacl'1fIcIos y
martirios padecidos por aquéllos que, más que hombres, fueron angeles bienhechores al tratar de favore_ quienes, conforme a las ideas de, la ~~oca no podían al efecto ten~z l~cha con los duros c<;mquista,dores, cer a los indios endulzando su sltuaclOn y entablando ver en el vencIdo smo al esclavo que debla trabaJar en provecho de ellbs, logrando al fin que la Corona, .c on su C~nsejo de Indias, se !nteresar~n por la su;erte !?~
sera de los indígenas de América y dictaran la serle de medIdas y leyes que seran para sIempre glorIa legItI– ma del gran pueblo a qu'en la' prov:i~encia. había reservad~ el ~escubrimiento y la colon;zación de,un mu~
do nuevo, donde llevó su cultura y deJo la mItad de su alma, mqUl~ta; mun,de;> que hoy vuelve los OJos hacIa la nación progenitora, en el deseo de estrechar cada vez !?as los ,azos espIrItuales que a ella la unen, y cuyo paladín es la lengua inmortal de la cien veces noble CastIlla.
y el Rvdo P, Fuentes que sólo aquí en Madrid pudo dar término feliz a la obra que emprend era al1á en la América del Centro, t~atro principal de las hazañas de aquellos religiosos beneméritos, ha querido en esta Corte de las cinco repúblicas que otrora formaron la Capitanía General de Guatemala, escriba una intro ducción para este libro. .
En este libro verdadera obra de consulta, todo es sumamente mteresante.
Para los ame~icanos tienen valor primordial los datos biográficos y rasgos especiales de esos misione– ros que tanto se destacaron en la obra benéfica de civi iizar a los indios por la dulzura y conquistarlos con el Evangelio en vez de emplear con ellos la dureza y el terror,
Ocupa el primer puesto el seráfico Fray Bartolomé de las Casas, llamado con harta justicia el "Protec– tor de los Indios", pues dedicó la mayor parte de su larga vida, y todas sus energías, a hacer llegar hasta el Trono el clamor de aquellos infelices, y lograr de la Corona la promulgación de leyes que les favorecían.
La figura del venerable anciano se agranda con el tiempo y a medida que se conoce mejor su obra. La cruzada emprendida por el santo Obispo de Chiapa le valió entonces la animadversión de la gran mayoría de los colonos de las Antillas, Méjico y Guatemala, encomenderos los más; y hoy día hay quienes les acusan de haber dado pie a la "leyenda negra" con sus exageraciones, y haber sido causa de que se llevara a América negros del Africa, implantándose así la esclavitud y el horrible tráfico que había de durar tres y media centurias.
Triste privilegio de los que luchan por el bien general es el de concitarse el odio de los perjudicados, que suelen ser los poderosos u hombres de corazón en durecido Pasados cuatro s glos, la lucha persiste entre oprimidos y opresores, y los que invocan las doctrinas de Aquel que predicó el amor declarándonos hermanos, también cosechan amarguras, reciben insultos y sufren persecuciones, como el infatigable dominico, de glo– ria inmarcesible.
Resumiendo, el erudito autor de este libro ha reunido en unos centenares de páginas, repartidas en 41
capítulos lo más importante de la obra realizada en América por los dignísimos hijos de Santo Domingo, no sólo en el terreno espiritual sino también en el material.
Además de la obra de evangelización, contribuyeron grandemente a las de caridad y de cultura, Ellos fundaron en Guatemala el primer hospital que hubo en Centroamérica, y figuran a la cabeza en la obra de la civilización de los naturales
Fueron también los primeros en estudiar las diversas lenguas de los indígenas, tanto para pred' cal' el Evangelio como para darles nociones útiles de las cosas más elementales.
Mucho antes de que pudiera llevarse a cabo la fundación oficíal de la clase de gramática, creada por real Cédula de 6 de Junio de 1548, los P P, Dominicos cedieron un local de su propio Convento, en el que es– tablecieron las cátedras de Arte y Teología, siendo éste el primer paso dado en favor de la instrucción pública en la América CentraL Poco tiempo después, en casi todas las casas de la Orden, se impartían clases de gramátíca latina y castellana, a las cuales eran admitidos los naturales.
Fueron los cooperadores más activos en la fundación del Colegio, el año de 1562, en vista de las dificul tades que se presentaron para la fundació~ del de San to Tomás de Aquino, lo que no pudo llevarse a efecto por la muerte del Ilmo. Dr. Marroquín, prImer Obispo de Guatemala, quien dejó en su testamento tierras y dinero para dicha obra, encomendando a los PP. Dominicos el llevarla a cabo.
Fundado por fin el refer' do establecimiento muchos años después, fueron estos mismos religiosos quie– nes lo tuvieron a su cargo y desempeñaron las primeras cátedras.
No sólo impartían sus enseñanzas desde aquel centro del saber, sino desde casi todas las casas de la Orden, donde se explicaba a los aborígenes nociones de artes y agricultura.
Muchos inc'os recibieron. el hábito, y algunos llegaron a ocupar puestos importantes en la Orden. Los PP. Dominicos contrIbuyeron a la empresa de cultura general de mil maneras. Mientras unos se ded'caban al estudio de las diversas lenguas del país, otros escribían la historia de la conquista, distinguién– dose entre estos últímos Fray Antonio de Remesal y Fray Franc'sco Ximénez.
La lista de escritores y poetas de la Orden es muy numerosa.
No pocos ofrendaron su vida recibiendo la palma del martirio, y otros alcanzaron elevadas dignidades en la Iglesia.
La obra civilizadora de los PP. Dominicos en América es indiscutible, y grandes fueron los benefi– cios de todas clases que de ellos recibieron los indígenas.
lOSE M. PERALTA Y LAGOS
Ministro de El Salvador en España
This is a SEO version of RC_1968_07_N94. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »