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FUNDASE CONVENTO DE LA ORDEN EN LA elUDAD DE SAN SALVADOR. - CAUSAS QUE DIE– RON l\'1lOTIVO A ESTA FUNDACION. - COMO FUERON RECIBIDOS LOS RELIGIOSOS DOMINICOS EN LA CIUDAD. - EL RVDMO. P. GENERAL DE LA ORDEN NOMBRA AL P. FRAY TOMAS DE LA
TORRE SU VICARIO GENERAL EN CHIAPA Y GUATEMALA.
El Capítulo Provincial, celebrado en 1547 en Mé– xico, había autorizado para que el P. Fr. Tomás Casi– llas o el P. Fr. Tomás de la Torre fundasen un con– vento en la provincia de Guatemala, en donde mejor les pareciese. Pero hasta este año de 1550 nada se había hecho. . Por el año 1549 surgieron en San Salvador, capI– tal hoy de la República de El Salvador, graves desór– denes, que movieron a la Audiencia de Guatemal~ p~
ra que mandase a visitar dicha Ciudad y prOVInCIa de Cuscatlán al doctor Don Tomás López.
"En 1550, dice el P. Remesál (1), envió el Obispo (Sr. Marroquín) con toda su autoridad al P. Fr. ~o
más de la Torre, Prior del Convento de S~nto Dom~
go de Guatemala". "Dió este Padre relacIón al.ObIS– po y a la Audiencia de lo que había hecho, VIstO ,y oído en las cosas de la Religión Cristiana y culto di– vino' en la provincia de Cuscatlán, confirmando todo no sólo por las informaciones que traía, sino p0J; lQs testigos de vista, y uno de ellos mayor de toda excep– ción era el Oydor Dr. Tomás Lópe~. y como no 1,0
ignoraba el Presidente, ni el LicencIado Pedro ~amI
rez de Quiñónez lo había dejado de ver y experImen– tar entre todos se concertó, que para evitar todos.a–
qu~llos malos ejemplos y escándalos y que entendIe– sen los naturales, que no todos los I?iembros de la Iglesia eran de aquellas costumbres, m todos los pre– dicadores del Evangelio de tan codicia, se fundase un Convento de la Orden de Santo Domingo en la Villa de San Salvador".
"Estos visitadores, escribe Juarros (2), hallaron en dicha provincia muchos desórdenes, a que era nece– sario poner remedio: y el que les pareció más conve– niente fué fundar el Convento del Orden de Santo Domingo en la ciudad de San S~~vador". . . Con este objeto, pues, partIo_ Para dicha c1U<!.~d
el P. Fr. Tomás de la Torre, llevando eIl; su compama a los Padres Fr. MaJtías de Paz y Fr. VIcente Ferrer. Mas "luego que llegaron, escribe el P. Araya (3), y dieron a entender su intento, se alborotó el lugar co– mo si vieran que allí había entrado todo el infierI!-0¡ Y
eclesiásticos Y seglares se armaron contra los .RelIgIO– sos conviniendo unos Y otros en no consentir en el lugar Convento, ni admitir frailes que les pudiesen censurar sus acciones y les fuesen a la mano en sus excesos. A los clérigos moviales el interés, que cono– cían había de ser menos habiendo !?lás ministro~ del Evangelio. Los seglares deseaban libertad y sen0t:ío sobre los indios, el cual n~ esperaban c:o~servar a VIS– ta de los Religiosos, Y mas con la notiCIa que tenían de lo que el P. Fr. Tomás de la Torre había obrado con los españoles de Chiapa".
'Eclesiásticos Y seglares, escribe el P. Remesal (4),
se armaron contra los frailes: los seglares en viendo al P. Fr. Tomás de la Torre, a quien atribuían toda la perdición y destrucci~n ~e los vecinos de 1!1 provincia de Chiapa, por ser ViCarIO de la casa de CIudad Real, cuando fué por Juez Gonzalo Hidalgo de Montema– yor e hizo lo que queda referido; de tasar la tierra y quitar indios; entendieron que lo mismo había de su– ceder por ellos, que ni eran mejores, ni tenían más seguras las conciencias, que los de Chiapa. Y así se pusieron todos como leones para no consentir en su villa, convento ni frailes que los viesen ni censurasen, ni les fuesen a la mano en nada de todo cuanto qui– sieran hacer".
"Los clérigos, continúa diciendo este mismo autor,
ade~ás .de f?mentar estas razones, añadían las de su propIO mteres, que se había de menguar con nuevos ministros eclesiásticos, y con ellos conocerse la dife– rencia de sus ejercicios. Acudieron al Obispo de Guatemala con mucha presteza, y el provisor fulminó contra los frailes si se quedasen allí, y contra los se–
glar~s si los recogían". De notar es que se dice el prOVIsor, no el Sr. Obispo; ya que con conocimiento de éste, y aun pudiéramos añadir que por su mandato había ido el P. Fr. Tomás de la Torre a fundar el con– vento de San Salvador; porque uno de los primeros requisitos, hoy como entonces, para fundar un con– vento es el permiso del Diocesano del lugar, y no po– demos ni suponer siquiera que el Padre Fr. T'omás de la Torre ignorase, y mucho menos se determinase a obrar sin preceder dicho requisito.
"Mas la Audiencia de Guatemala, que tenía muy prevenido este lance, escribe el P. Araya, había en– viado por otro camino quien amp1\fase Y defendiese a los Religiosos. Era éste el Dr. To'h1ás López, hombre de buena intención y santo celo. Llegó, aunque de repente, a buen tiempo, y sosegó con mucha discre– ción los ánimos, y luego vinieron todos así clérigos como seglares en que la nueva fundación se hiciese;
y con la licencia expresa del Obispo, que era tan ne– cesaria, tomaron los Religiosos la posesión del Con~
vento a fin de Julio del año 1551, edificándole donde les pareció más conveniente, y tomando todo el sitio que era necesario". Todo lo cual se halla confirma– do por el P. Remesal, quien añade, que "antes que el Oydor se fuese de allí, se hizo todo, por el calor que puso con su presencia, y hasta la huerta se cerró de tapias, y se trazó en ella un brazo del río, aunque por correr por mala tierra no duró mucho".
"Aficionáronse luego de tal suerte los seglares a los Religiosos, continúa diciendo el P. Araya, que ya era exceso el amor que les tenían, y grandísima la liberalidad con que acudían a todo lo que era nece– sario en el Convento, así de alhajas comunes como de ropa para refectorio y sacristía, y todo lo que fué menester para el aderezo y compostura de las camas y celdas. Y lo que dieron para la iglesia y altares fué tanto, que dentro de un año tenía ya el Convento más plata para el servicio del altár y el adorno de la igle– sia, y ornamentos para el cultivo divino, que tuvieron Guatemala y Ciudad Real en algunos años".
"De este modo le sucedían estas cosas las más de las veces al P. Fr. Tomás de la Torre. Sembraba en lágrimas y cogía en abundancia de gozos, porque aun– que a los principios no dejaba de haber dificultades, luego entraba de por medio el poder del Monarca que desde el cielo lo gobernaba y allanaba todo, interce– diendo nuestro glorioso Patriarca Santo Domingo que veía sus frailes trabajaban y remaban en la nueva na– ve. Y aunque al principio parecía que Dios dormía, luego a su imperio se sosegaba el mar y los vientos, y quedaba todo con muy grata tranquilidad". "La repugnancia que al principio los vecinos de San Salvador hicieron, y el no estar bien con el P. Fr. rromás de la Torre, era porque sabían que con su vir– tud, autoridad y prudencia todo lo domaba y' todo lo sujetaba y rendía, y así temían que les sucediese lo que les había sucedido a los de Ciudad Real, donde siendo Vicario el P. Fr. Tomás de la Torre, fué un Juez pes– quisidor, y dió libertad a los esclavos, librando a los pobres indios de la opresión en que les tenían. Fué este un gran día para todos los Religiosos de la Or-
(1) Libro IX, Caps. IH y IV. (2) Tomo n, Tratado IV, Cap. XIX. (3) Parte n, Cap. XXIV. (4) Libro IX,
Cap. IV.
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