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« Previous Page Table of Contents Next Page »tema en e&.e"hemisferio. La iJhagende la Alian–
za continuará desfigutada si prevalece la falacia de que es una acción bilateral. Hay que destruir, por dignidad, el concepto de dádiva y extirparlo del Continente. La ayuda debe suministrarse se· veramente, como una inversión de estabilidad, a través de las agencias multinacionales que para eso se crearon. El éxito de la Alianza depende de su creciente carácter multilateral. El Banco Inte· ramericano de Desarrollo con la acción financiera y el CIAP, el brazo ejecutivo de la OEA en promo– ver y evaluar el esfuerzo, son dos mecanismos fun– damentales de este propósito. Ha sido significa tiva también la labor de la CEPAL y la tarea de ALALC, entidades a cuya cooperación recurrire– mos.
COOPERACION
Deben cooperar las otras organizaciones inter– , naci0WJ' reconociendo las características y los , esfuerÍl~' - ¿;~n que se halla empeñada la región. De– ben cooperar también las naciones más desarrolla– das del mundo que comercian con América Latina o que tienen viejas relaciones culturales, étnicas, de afinidad histórica o política con responsabiH· dad solidaria en el destino de la humanidad.
REVITALIZAR LA ALIANZA
Sólo el desarrollo económico y social puede servir de base verdadera y firme para la unidad continental. Para ello hay que revitalizar la Alian– za admitiendó con franqueza sus fallas iniciales. Los propios países latinoamericanos podrían hacer en muchos casos una nueva labor en este sentido
y organizar sus cuadros nacionales para una acción imaginativa y dinámica en lo internacional.
PUEBLOS AUTORES NO EXPECTADORES
Es de esperar que con tales medidas se lo– gre reafirmar una imagen de la OEA vigorosa, op– timista, dispuesta a reflejar nuevas inquietudes y
problemas, pero también las nuevas posibilidades de acción de los pueblos que no son expectadores sino acto-res de un gran destino, al cual tienen que contribuir con soluciones dignas de su capacidad. Es verdad que declina el rendimiento de au– mento del ingreso en América Latina; es verdad que no se han logrado las metas de la Alianza en el ámbito americano. Pero la década del 60 y el
70 y, en los dos años que quedan de acción prelir minar de los 60, lograr la máxima acción concre– ta y afinar elementos para el ataque conjunto a los males del desarrollo.
RECUPERAR CONF.IANZA
La üEA debe recuperar la confianza latinoa mericana como el instrumento para la relación en· tl'e los países, basada en la justa satisfacción de sus respectivos intereses. Para ello es necesario rectificar las desventajosas relaciones económicas en comercio y financiamiento. El esfuerzo desa– rrollado ha sido considerable, pero es necesario hacer más; hay un margen de superación en la actuación latinoamericana que se puede lograr.
ESFUERZO INTEGRACIONISTA
La üEA debe. jugar un papel decisivo en el esfuerzo integracionista que responde a profundas
raíces históricas; politicas y"sociales delContinen– te y promover como consecuencia de la acción téc– nica preinversional las inversiones y accioneS neo
cesari~ en, ~lecomunicací~nes. transporte, cuen– cas hldrograflcas, tecnologIa, educación sistemas empresariales, etc., para el mejoramient¿ económI– co y social de las mayorías, a pesar de que vivir– mos en .una época ~n que la técnica que ha de transferIrse y el capItal son más y más caros. Es taltamente significativo en la historia de nuestra evolución lo que el Banco Interamericano de Des– arrollo ha logrado hacer en estos campos en un lapso de pocos años.
MEJOR USO DE CADA CENTAVO
En nuestra América no s01amente falta dine– ro sino coordinación, tan importante lo uno como lo otro para el mejor uso de cada centavo invertido en el empeño de la superación. Pero América Latina tiene que vigorizar el concepto de la ac– rión común de sus diversas regiones para el be– neficio conjunto. Todo p.aís tiene algo que ense· ñar y algo que aprender; así todos los latinoame– ricanos tenemos que mtervenir en este reto de nuestro destino. Por ello la financiación del des·
i1 ,Tollo es responsabilidad conjunta del Hemisferio; la integración, en cuanto es esfuerzo, tiene que ser hecha por latinoamericanos para beneficio de la– tinoamericanos; entre ellos los maestros y educa– dores, los inversionistas, trabajadores y empresa– fios tienen un papel propio, independiente y so– lid.ario
él¡ la vez, en la gran responsabilidad de di– mensión regional que les corresponde. Es alenta– dora la promesa de cooperación de los Estados Unidos para promover la integración, según la De· claración de los Presidentes de Punta del Este.
INVERSION y AHORRO
Hay que intensificar la inversión que es tan alarmantemente baja en nuestros países junto con el ahorro nacional que tiene que surgir del mejor ingreso. Por otra parte los obstáculos que se opo– nen a la inversión son la falta de conocimiento de recursos naturales, la falta de personal preparado
y ]a oeficiente investigación científica y tecnoló– gica Hay una saturación de estudios y ya sabe– mos lo que queremos, pero es necesario acentuar la acción; es la hora d(> las mfdidas prácticas de los créditos inmediatos, por cierto siempre mane– jados por la técnica.
MAYOR INCORPORACION CONTINENTAL
La imagen de la OEA tiene que proyectarse hacia otras regiones económicas. pero también de– he incorporarse más cabalmente el Continente en que vivimos. El contacto con el Canadá, con Ja– maica y otros estados nuevos será constante e ín– timo en la cooperación necesaria,· en la consulta sobre labores a emprender y medidas a adoptar, en anticipación de cualquier relación de tipo más fol" mal que esos países llel;{uen a establecer, pero den– tro de la innegable retación geográfica e histórica que les une a los demás países de la región.
LO CIENTIFICO. lO TECNOL.OGlCO
Es fundamental la responsabilidad de la OEA
~n momentos en que el descubrimiento científico
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