Page 31 - RC_1968_08_N95

This is a SEO version of RC_1968_08_N95. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

Coincide este veinteavo aniversario con un anuncio del DI', Galo Plaza Lazo, Ex-Presidente del Ecuador y

actual Secretario General, anuncio en que nos man L

fiesta la necesidad de un cambio de rumbo en la Or– ganización, para que le devuelva a la OEA la autol'i– dad que requiere para influir en las relaciones de los países de América.

Creemos no sólo se trata de lograr una mayor au– toridad para la OEA sino un prestigio que mucha fal– ta le hace.

Cuando se fumló, los pueblos de América estába– mos esperanzados, de que se cristalizaba una organi– zaoión para lograr paz y justicia; lamentablemente la Organización al cabo de los años no ha logrado ni lo uno ni lo otro. Consideramos que Paz bajo la base

dl~ perder Cuba por integrarse al Comunismo, no eS verdadera paz para los pueblos de América. Así tam– bién no puede ser Justicia el autorizar la intervención colectiva en la República Dominicana, cuando la dicha intervención ya se había practicado y lo único que faltaba era nn visto bueno interamericano, bien tardío por cierto,

Estos años de desenvolvimiento de la Organiza– ción, no han fomentado la solidaridad de los pueblos que la integran. Siempre hemos tenido diferencias sustanciales entre los países, tanto en el Sur, como en el Centro y evidentemente las diferencias de limites, de pueblo~ entre sí. la OEA no ha podido solucionarlas con el fomento limpio y real de la solidaridad de los pueblos. Por esas mismas razones no vemos defensa de la soberanía de los pueblos, ni de su integridad te– rritorial, ni de su independencia.

Para muchas personas que pecan de ligeras en sus juicios, ha causado la Organización un giro para Lati– noamérica netamente pro.norteamericanista, lo cual la hace odiosa ante los pueblos del Sur del Río Gl'ande, Aseg'uran que cuando se trata de elevarla en presti– gio, los pueblos ya no creen en ella, la consideran una organización que no sirve para nada, más que para los intereses de los lEstados Unidos de América. Y es una falsa acusación que en la práctica figul.'a como el más efectivo instrumento de que se vale el Comunismo lIn– ternacional a través de Fidel Castro, COn quien la OEA nunca ha podido hacer nada; y él la ha mirado COn tan olimpico desprecio que ha buscado los más duros epí– tetos para endilgárselos y puede decirse que no lo de– termina como un Organismo serio.

No es nada acogedor el panorama que el Dr, Galo Plaza Lazo tiene al frente de la OEA pal'a el periodo que le toca desempeñar. Sin embargo conocemos algo de la obra del ex.Presidente ecuatoriano en pro de los pueblos de América y por eso creemos puede mejorar la Organización. que tanto necesita de hombres ágiles, de americanos devotos de la solidaridad (le Amélica y,

sobre todo, de profunda raig'ambre democrática para evitar la infiltración del comunismo que está acechan– do todo el tiempo,

El mundo de 1968 y la América de ahora, desde luego, no es el mismo de hace veinte años. Ahora se revoluciona con guenillas, se progresa con técnica y

se trata de vivir mejor que en las condiciones de nues– tros campesinos de hace años; por todo ello la OEA

necesita una fuede y enérgica acclon de mando para que en forma inmediata el campo de lo político, lo económico y lo social tengan soluciones adecuadas al tiempo que vivimos. No es necesaria la extensa buro– Cl'acia, los costosos seminarios y las pomposas reunio– nes, para una acción justa y honesta en pro de los pue· blos de América.

La Democracia en lo político debe evolucionar en forma enérgica. Los paises de América se están de– cepcionando de lo que han conceptuado como Democra– cia, porque hay canto de Sirena más efectivo, que les llena más y que les demuestra que la Democracia no es más que una bella palabra. Para los americanos esto no debiera ser así. La fe en la Democracia se ha perdido por la burla a lo que es una elección libre, ho– nesta y justa; y por la instauración de regímenes des– póticos. Mientras la OEA no pueda darnos un efecti– vo concepto de Democracia, los pueblos no creerán en ella e indefectiblemente irán cayendo presa deC.,lpmu– nismo. Qué si n.o pensarán de las fuerzas l1Í~t::wria­

les, ejercidas en nombre de la Democraciaf De las consecuencias de haber caído Cuba en poder de Cas–

tro?

Debe, pues, existir un fortalecimiento de las insti. tuciones democráticas, una observancia estricta de los derechos humanos en América para solventar ese feo panorama que presentan ciedos países nada democrá. ticos,

Democra.tización sustancial para que se reforme la Organización COn miras a mejores gobiernos represen– tativos, de ejemplo ante el mundo y no conquistables por ideas exóticas a nuestros suelos. Democratización para que la OEA sU'va a los pueblos de América y no sólo a los Gobiernos de América, que las masas ameri– canas pidan y sientan mejoría y no se haga Úllicamen– te lo que al través del Gobierno se pide o conviene que se haga.

lEn lo económico tiene esencialmente que refor– mm'se el concepto de regalía o dádiva qne ha impera– do como una ayuda de los lEstados Unidos de Améri_ ca. Debe considerar al país más pequeño de Améri– ca como sustancialmente igual al poderoso y grande, Por dignidad americana debe destruirse el concepto de "l'egalo" y debe hacerse funcionar lo económico C'O–

:mo algo que virtualmente necesita la región americana, Finalmente el mejoramiento de nuestras grandes masas, la obra social de la OEA, debe pI'esentar un pa– norama de efectividad. Hay una realidad en América que debe iomal'se ne cuenta, ¡para mejorarla a través de programas efectivos de educación y salud. Se cau– san los pueblos de ver de lejos a la Organización que dice les a~'uda. Debe volcarse hacia las grandes ma· sas y destinar algo de su inmenso personal para que se les vea en efectiva labor. Que los pueblos sientan los béneficios de la Organización y que las masas satisfe. chas con buena salud, buen trabajo y buena cultura miren los grandes beneficios de la obra grandiosa que soñara BOlívar. Creemos que si se le devuelve una no– ta de efectividad, la OEA será no sólo respetada sino admirada por los pueblos y alejaremos aún más el en– señoramiento de doctrinas contral'ias al más puro re· publicanismo.

26

Page 31 - RC_1968_08_N95

This is a SEO version of RC_1968_08_N95. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »