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1 en la aUllRlgUlR que a mi patli~ aflije Al iufame huidO! siemple maldrje!

Bautizamos a Zamora "el Pepe Batres Nicaraguen– se" porque tiene muchos puntos de contacto con el poeta guatemalteco, desde el mismo temperamento y los mis~

mas aspectos de sus producciones, hasta el sel el nico– lagüense imitadol temático del chapín las frodiciones

ele Gut:ltemala de Botles Monfúfar -fles cuentos "ale– gres y livianos" que en realídad son casos de crónica esccmdalosa- corresponden, en efecto, o los aspectos satÍlico y ¡ocoso; el madrigal "Yo Pienso en Tí" al rO– mántico; y la poesía sobre el desierto de San Juan de NicOlagua -escrita aquí cuando su hermano Juan, ata– cado por el cólera morbo, moría a San Juan del Norte, 1)1ientlas flacasaba lo expedición topogrófico a los órde– nes del ingenielO inglés John Boily, en la que había venido junto con un topógrafo y un viejo cliado de la familio- al circunstancial Las difelencias que existen entle los "Yo Pienso en Tí" de ambos son las siguientes:

el de Botres es corto, de cuatro esttofas nada más y de– 50110110, sentida y delicadomente, esta idea amorosa contenida en los dos pI imeros versos:

Yo pienso en tí, tú vives en mi mente sola, fija, sin tregua, a toda hora

El de Zamoro, en cClmbio, es 100go, de dieciocho es– hofas y desarrolla, además de la idea de Batres, la con-1enida en el segundo cuarteto:

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y que elCS la vida de mi alma. Tú, mi ángc1 protectol y mi consuelo, mi cspelonza. mi numen y mi cielo. Flora mía, mi amor, ¿piensas en mí?

y el ruego a su amada a que piense en él, expresada en estos versos:

Tú en cuyo seno aspiro yo a la vida, Idolo de mi fe y mi amor eterno:

l\li existencia sin ti es hónido infierno, POl piedad, Flora núa, piensa en mi

Los dos, por lo demás, uson polobros llanas de uso cOHiente que entrelazan atmónicamente la sensibj· lidad, el pensamiento y el ritmo, loglOndo un equilibrio que 01 rebotaba y encantaba a nuestros bísabuelos; ha– cen palpitar con admirable sencillez un amor intenso y fueron muy populares Aguilar Cortés dice que el de Zamora tiene "el encanto de los amores profundos y

melancólicos" y que el autol se muestra en él "tiernísi– mo y apasionado" Julio Icaza Tíierino, por su lado, observa que "Clpun1a ya, en medio del idealismo román– tico de la época, el carnalismo americano que desper–

taría a la literatura con Rubén DolÍa" Después de cu· bl il a Flola de epítetos amOIOSOS en tono melancólico, en la doceaba estlOfa la pasión se enciende -oglego el autol citado-- y ya en la siguiente el poeta abandona la idealización IOmántica pOla acudir al detalle call1al:

Yo pienso en ti, te veo en mi delitio, oigo tus pasos, tu melifluo acento, siento el latido de tu pecho, siento tu labio abusador. Yo pienso en

"Pero dos estrofas más allá se allepiente de este atrevimiento pecaminoso:

i Oh Dios! pCl dona si tu nombl e santo ofendel he podido en mi arrebato, que sólo 80bl e mí caiga el 1ccato de mi loca pasión . Yo pienso en tí.

Sin embargo, en la última estrofa en que el poeta se ve ya en tlOnce de muerte, romántico final del poema, vuelve el impulso carnal a denotO! al idealismo:

y su nH1l10 mis llál pados cell ando, mienh as nos une un mundo de delicias, ponga en mi fl ente la última cAllcia

y una lágl jma y siemple piense en mi"

Este poema fue lecogido por levy, se ha replodu– cido en lo Uro Nicaragüense y en la antología de María Teresa Sánchez, y dicen que fue dedicado y dirigido a Flora Guzmán -hi¡a del Presidente Fernando Guzmán– cuya belleza física, segun sus contemporáneos¡ "ela ex– traoldinaria"

Zamola nació en Managua en 1820 Estudió en León y vivió en Masdya y El Salvador, su segunda patria Fue amanuense, licenciado en Derecho, Juez de Matagalpa en 1848 y ,edactor, en unión de Je.ez, del "Código de Comelcio" presentado al Ministelio de Fomento en 1869

MUI i6 en Libel io, Costa Rica, en 1871

9 -JERONIMO PEREZ O EL CRONISTA PASIONARIO

{1828-1884)

La figura de Jerónimo Pélez, nacido en Masaya el 30 de septiembre de 1828, es una de las más típicas del siglo XIX El mismo hecho de ser un nOl rador de los acontecimientos, un cronista que relataba los sucesos desde su propio campo de acción política -tal y como su CI iterio personal los veía- es una condición normal

de su personalidud, según se concluye después de leer sus Obras Hi!itóricas Completas, meritorio aporte a la

histOI ¡ografía nacional Sin embargo lo más sobresa– liente de su tipicidad decimonónica fue el haber iniciado nuestla historioglOfía nmrando t1adiciones, escuela que seguirán algunos clonistas inmediatamente posteriores -entre ellos Flancisco Ortega Arancibio- a quienes ve– lemas en su oportunidad

Estudió en la Universidad de GlOnada, que en10n– ces estaba en su mayor auge baio el rectorado de Be– navent, junto con más de 80 jóvenes ricos y pobres des– de 1842 Dos años más tarde, el 15 de agosto de 1844, se gradúa de Filosofía y luego saca licenciatura en ambos derechos: Civil y Canónigo fue secletario del Gral Máximo Jerez en la misión especial de éste a

Washington y tv\inistlO del Interior en lo administración del Gral Tomás Marlinez, cuya hermana (María de Je– sús) contraio matrimonio con él

Sus obras, salvo algunas polémicas, descripciones de viajes, composiciones en verso y altículos varios, fue– Ion las Memorias de la Revolución de 1854 -escrita en 1865 y leeditada, con el lesto de sus "obras históricas", en 1828 con un próiogo del DI PedlO Joaquín Chamo– rro Zelaya-, las biog,afías del Coronel Crisanto Saca– so, Manuel Antonio de la Cerda, Juan Arguello y Tomás MOl tínez, Mi!> Recuerdos. Lecturas a mis discípulos -ar– tículos publicados en La Tertulia, periódico que fundó en Masaya, del númelo uno al treinta y cuatro, entre septiemble de 1877 y agosto de 1878- y Galería, eS– pecie de retratos biográficos del Pbro José Antonio Velazco, José Benito Rosales, Juan José Zavala y José Lauleano Pineda.

Hasta aquí sus obras que se caracterizan ya por falsear los hechos, exaltándose apasionadamente, ya por

"un estilo y una gramática deficiente" Daría, que en sus iuicios sobre sus compatl iotas era bastante generoso, lo

caló perfectamente cuando di¡o que conocía "muy mal

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