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Yo, Señora, jamás envilecido Al misero poder, mi pobre acento Humillado elevé; Al déspota sangriento

Como al torpe valido,

En el sótdido crimen opulento,

Altivo dCSpleciéj

pande nelvioso y briosamente Estos himnos de guella ("Contra' los Filibusteros", "A Granada" y "Despertad Granadinos") lo estiman y colocan entre los mejoles poe~

tas de su época y cntle los más nobles patdotas Así es que a Iriborren, no obstante su facilidad versificadora, les corresponde el tífuló que encabeza estas líneas . Su obra, por otra pOlte, no se reduio a los poemas anteliores Veintiún composiciones más, ¡0copiladas y

clasificadas en una monografía aparte, revelan, entre otras características, un loccdismo obvio e intencionado;

lo pi esencia de lOlrilla, Espronceda. Gil Carrasco, etcé– tera, es decir, de las influencias poéticas castellanas de su siglo; un fondo melancólico y a veces un exquisito sentimentalismo; la trayectoria tladicional. de los poemas típicamente románticos: la ilusión inicial, el choque con la cruda realidad y el desengaña doloroso; la intimidad afectada, circunstancialmente, a causa de tlágicos e ines– pelados sucesos, sobre todo muertes de personas queri– das, etc

Iribarren naci6 en Granada en 1826 Se crió en la casa de Fruto Chamorro, pues su madre, doña Juana IribOl ren, era dama de compañía y ama de llaves de Jo

esposa de aquél, es decir, de doña Mercedes Avilés Estudió en la Univelsidad de la misma ciudad, desde los 15 años, de donde mós tarde fue su secretario Du– rante el Gobierno de Adán Cárdenas fue Ministro de Nicc.uagua ante la Santa Sede Y murió en su ciudad natal "el 25 de enero de 1864

8 -FRANCISCO ZAMORA O EL rEPE BATRES NICARAGOENSE 11820-1871)

El tercero y último de los poetas del siglo pasado que debe considerarse más o menos logrado, en vista de que abordó con facilidad y dominio vados temas, es

FI cncisco Zamora Su pi aducción, el fruto intelectual más legítimo de este tiempo, la dividimos en satírica, jocosa, romántica y circunstancial Representativa del primel aspecto está La Chirimía, llena de burla y sar– casmo, que es una refutación victoriosa de los cuadernos históricos del licenciado Jerónimo Pélez y otras muchas sátilas que Félix Medina no publicó en su Lira Nicara..

güense por encontfCIrse todavía vivas las personas contra quienes estaban dirigidasi del segundo "Nuevas leyes

de Amor", composición humorística de primera línea; del tercero "Yo Pienso en Tí", poesía íntima de factura im– pecable e imitación directa del famoso madrigal del mismo título que había escrito, anteriormente, Bahes Montúfar¡ y del cuarto "La Carambo" escrita en Nicara– gua contra Barrios y Cañas, después de su regreso de

El Salvador --cuando Santín fue arrojado militarmente de la silla presidenc/al- donde se había trosladado desde joven y "En el Aniversario de la muerte del Gral Don Gerardo Barrios" -fechado en Liberia el 19 de clgosto de 1866, siendo yo uno de los mós ardientes par" tidarios del general salvadoreño que hobía vuelto sobre sus pasos- en el cual observamos uno actitud esencial– mente romántica: el proclamar el odio contra la mez– quindad y el servilismo, 1ema constcmte en la inspiración del romántico cataIón Manuel de Cabanyes,

Sí que él era el postrero

De mi cspel anza el último celaje:_ Tierno afectuoso amigo y companelo Ay! d~ la vida ~n el i.nciel to viaje.

Aguilar Cortés lo considela "el cantOl de la cruzada nacionalista" durante la Guerra Nacional y cita un fr~~w

rnenfO de uno de sus poemas en que aboga pOI \0 umon cenlroamericana:

Ql¡'~l eUlOS pahia o sucumbir luchando; Asistir de esta Pahia al funeral o eleva¡. nos con ella proc1amand& uu solo llomble: Amé1Íca Cenhal!

Mas sólo tenemos noticia de una de sus composi· ·ones producidas por ese fenómeno político: la "Can~ ~:ón Marcial". "en la que apostrofa al invasor e~tr~m­

jero", que telmina encendida de venganza pa1nóhca:

Nic&\ agüellses, tOl\OS la. cuchilla

Con mano fh me unidos empuñemos

y si apalece la feroz cuadlilla, Hasta su huella odiosa estcr"minemos

Esta, las dos inicialmente citadas y "En el Día de los Difuntos de 1860", fueron rescaladas por Odando Cuadm Downing Marío Teresa Sánchez aotol09izo su poema "Al General Estrada" y Josefa Toledo de Aguen i

repJOduc;e su largo canto a Roma, escrito en eneasílabos, que dec!icó a su "amiga y deudo el poeta JUdn Iribarren" A siete se reducen las compOSICiones de Diaz que conocemos Ellas testimonian que poseía, co– mo lo sef¡ala DalÍo, los que antes se llamaba inspiración. José del Carmen Díaz y Reñasco, después de Zamora e Iribarren, pOla decido con palabras de Cuadra Dowl1ing, "es el que ha tenido mayor permanencia hist6rica y me–

jor numen poético"

Nació en Managua el 2 51e Junio de 1835 En el 54 cuando tenía 19 años durante el sitia de GlOnada,

ini~i6 su cenera militar colaborando, como ayudante, con el Gral Fruto Chamarra PeJeó en varios combates cont", los filibusteros y luego a la orden del General Geraldo Bardos en Cootepeque, batalla que canJó en una oda Después partió a Costa Rica donde contrajo matrimonio con la señorita Francisca Recinas Ureña En

1861 desempeñ6 la Plefectura de Nueva Segovia; luego, . habiendo sido reelecto el Gral Martínez a cuya reelec– ción se oponía

l

volvi6 a Costa Rica donde vivi6 veinte oños Regresó al país el 8 de Diciembre de 1884 acom– pañado de sus hijas quienes fueron las animadoras de los tertulios que, desde esa fecha, se hicieron en su casa

A esas reuniones de intelectuales capitalinos, vale recor– dar, asistía el ¡oven bardo Rubén Darío Los años pos– teriores ocupó la Intendencia de Cabo Gracias a Dios y

administró, en la costa del Pacífico, un Ingenio de Azú

w car Alí se suicidó tomándose un veneno el 19 de mayo de 1892 Y en el mismo sitio fue entelrado Sus hijos, al poco tiempo, trasladaron sus restos al Cementerio de

Managua

7 -JUAN IRIllARREN O EL CANTOR DE LA GUERRA NACIONAL 11826-1864)

El segundo de los poetas de esta época que produce especial atención e interés, es Juan Iribaren, el cantor de la Guerra Nacional, d pesar del tono oratorio -pro– ducto de su actitud combativa- y de la "mediana ins– piración", algo mediocre si se quiere, que caracteriza a

SUs tres "cantos l;>élicos" en los que el patriotismo se ex-

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