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He aquí que escribimos en la tierra de nuestros antepasados País que atraviesa la luz y, sin embargo, oscuro para el hombre. Porque el hombre está ausente de sí mismo, en medio de la noche de su sentido.
Sin dominio del largo terl"itorio regido por Un avance apresurado.
En vano el teponaxtle redobla su son convocando a las tribus que duermen
(en la sangre.
Sobre el viejo cuero del tiempo, sobre la roca de nuestra soledad,
las manos de los descendiente$ buscan en la sombra los signos olvidados. Nosotros, los herederos de un alto tiempo azul, ya no tenemos tiempo.
Nosotros, hijos de los cantores del pueblo pipil, ya no tenemos canto.
En nuestro litoral donde el Señor Quetzalcoatl se hizo presente. con su tarro guiado' por los cuatro vienlos del Noalín,
el lucero de la mañana cierra siempre sus ojos ante Una fiesta de aromas
Iy colores.
Sin embargo, mirad que nadie sube a la Casa del Canto.
Mirad que los hombres están ciegos y desolados frenle a la majestad de
(Tepequl, padre de nuestros montes, y apenas un fuego trisle de sordos braceros habita sus corazones, allí donde el pom alzaba entonces sus templos de humo.
He aquí que nosotros escribimos hundiendo nueslros dedos en el sueño
(del polvo. He aquí que nosolros besamos, a Iravés del Jodo, el húmedo regazo de
(nuestra madre Cihuacoatl, la engendradora de frutos y de hombres.
Pero los dioses han partido de 1051 antiguos cúes de Mictlán.
Una ráfaga de siglos ha borrado en las piedras sin memoria las huellas
(de sus pasos resonanles.
y el viento veloz de las I<alendas arrebató sus voces al eco de las montañas.
He aquí cuando las aves posadas sobre el día se preguntan.
y por qué s~ preguntan las flores abiertas en 105 ríos de la noche.
y por qué los claros montes del cierzo y de la nube Se preguntan.
y por qué nosotros, a la orilla de un reino de sombras, nos preguntamos
la nosotros.
Oh Serpiente Emplumada, Oh Dios de los Vientos,
Oh Espejo Humeador, Tlezcatllpoca;
Bella Xochiquelzalli que "isles los campos con tus galas, Dorada Centeotl que derramas tu risa de maíz sobre los surcos, Tepictyl ve.J:de,
Blanco Tlaloc de lluvias transparentes,
Rojo Xluhtecutlí que enciendes las fogatas del crepúsculo, Panquetzalizlli izado de banderas:
Qué fue de los primeros señores de Cuzcallán?
En dónde eslán los hijos de Topilzín Axitl, el gran poblador, que llegara
len el dla I de la Caña? Qué remota isla del cielo guarda sus amortajadas primaveras?
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