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CAPITULO 1

ORIGENES DE UN CENTROAMERICANISTA

Diccionarios biográficos corrientemente describen a E George Squier como diplomático, arqueólogo y

escritor norteamericano E George Squier fué eso y mucho más En los tteinta años de una vida pública

sumamente activa -vida que cubre el período entre

1840 y 1870- Squier probó numerosas y variadas pro_ fesiones, ninguna de las cuales recibió completamen– te su lealtad y ninguna de las cuales le satisfizo com_

. pletamente En los primeros años de la década de

1840, Squier fue, primO! dialmente, periodista, editor

de periódicos políticos y literarios desde Connecticut

a Ohio, Del periodismo a la politica no hay más que

un paso y Squier lo dió pero no avanzó más allá que de Oficial Mayor de la Cámara de Diputados del Es– tado de ühio Tuvo más éxito como diplomático, ga– nando alguna fama y convirtiéndose en una figura contlovelsial como Encargado de Negocios en Centro América eu 1849 y 1850

Plobablemente, más que cualquiera otra cosa, Squier hubiera querido ser un científico Obtuvo am– plio reconocimiento como arqueólogo, especializándo_ se en los Estados Unidos, en el Perú y en Centro A_ mérica, pero sus ambiciones a este respecto estuvieron restringidas por la falta de medios independientes pa_

1 a llevar a cabo continuadas investigaciones científi– cas Como escritor y autor Squier fué, quizás, mejor conocido del público, pero sus escritos no le podían

g~nantizar la vida cómoda que deseaba Por unos po– cos años Squier fue hombre de negocios y promotor, mas su meta ela sólo la de hacer suficiente dinero pa–

1 a poder dedicar todo su tiempo a los estudios El hecho de que no tuviera profesión, o más bien, de que tuviera tantas profesiones, hace de que la ca_ 11'e1'a de Squier aparezca falta de cohesión Con todo, su can era tuvo unidad -una unidad que los dicciona_ rios biogl áficos no encuentran manera de expresar en su terminología corriente- pues se encontl6 en un área definida: Centro América. Squier fué, en una palabra, un Centroamericanista . La Centro América exótica y romántica, ya fuese la de los antiguos Mayas, la de los históricos Conquis. tadores o la de los Caudillos contemporáneos, atrajo iri eSistlblemente a Squier para estudiar sus misterios. Después de su nombramiento diplomáitco dedic6 la mayor parte de su vida activa a estudiar, explorar, in– telpletar y promover a Centro América Visitó la re– gión tl es veces, pasando un total de aproximadamente veinte y siete meses en remotos villonios indígenas así como en los centros principales de la vida política Centloamericana. (1). Busc6 información adicional a_ cel ca de Centro América en los archivos de España, Francia y Glan Bretaña. Utilizando información es_ pigada de sus estudios y expelÍencias personales, es_ cribió cerca de una docena de liblOS y un gran núme_ ro de artículos y folletos sobre la región. Su nom– bl amiento diplomático, la mayor parte de sus intere– ses comel ciales, sus investigaciones arqueológicas, et– nológicas e históricas, sus actividades promocionales, todo se centró sobre Centro América.

Cenh o América era apenas conocida para el pueblo de los Estados Unidos y Europa en la primera mitad del Siglo XIX, justameute cuando Squier ini– ciaba su catrel a Centroamericana Antes reconocida como el área más esb atégicamente importante en el Nuevo Mundo, había declinado en impOl tancia al pun_ to que a principios del Siglo XIX, tanto diplomáticos como científicos la ignOl aban Los trabajos de Ale_ xander van Humboldt y John L Stephens no fueron sjno breves ojeadas sobre lo desconocido El aisla– miento y abandono terminaron, sin embargo, cuando la expansión de los Estados Unidos hacia la costa del Pacífico, el descubrimiento de oro en California y la consecuente demanda de transporte a las nuevas re– giones, revivieron el intel és en Centro América y las posibilidades que Ofl ecía para las 1 utas de comunica– ción interoceánica.

Se exigía más infOlmación sobre Centro América por pal te del público interesado La American Re. view señalaba que el creciente interés en la región no estaba siendo satisfecho por la literatula existente:

"Numerosas señales denotan que Centro Amélica será el teatro de algunos de los más sorprendentes cambios que sin duda serán la_ bl ados por el avance de la civilización, y el mundo se está despeltando ante ese hecho. Es_ tadistas, mercaderes, navegantes, colonizado– res y estudiantes de ciencias naturales, se han despeltado al fin ante su futura importancia; y ha surgido una demanda de libros y mapas que den más completa información general respecto a esta sorprendente región" (2).

La misión de Squier a Centro América en 1849 coincidió con el renovado interés en las regiones íst– micas Squier apareció en la escena en el momento plopicio y con la motivación adecuada para contestar muchas de las preguntas que se hacían sobre Centro América, y así lleg6 a ser la más destacada autoridad y el intélprete de la región para el resto del mundo a mediados del Siglo XIX.

Squier mismo no llegó a interesarse en Centro AmélÍca sino al final de la década de 1840. Por un

1 umbo t01 tuoso y menos aparente sus experiencias lo llevalon de su lugar de nacimiento en New York a un interés vital por los asuntos de la poco conocida re– gión Nació en un pequeño pueblo cerca de Albany, en Bethlehem, el 21 de Junio de 1821 y pasó su juven– tud en esa vecindad o dondequiera que su padre, pre. dicador Metodista ambulante, estuviese colocado. (3). Aunque sus lecturas fueran variadas, tuvo poca es_ cuela formal Trabajando parte del tiempo en la glanja de su abuelo y enseñando en la escuela él mis– mo, Squier 10gl Ó completar el curriculum en una es– cuelita de Poultney, Estado de Vermont, en 1339 An– tes asistió a escuelas en Charlton y Troy, Estado de New York (4)

Aunque más tarde lo lamentó, Squier no se con_

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