This is a SEO version of RC_1968_11_N98. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »comenzó sus apelaciones, la mayoría de los pasajelos escogían la ruta de Panamá (5)
Ninguna de las rutas a California satisfacía la de– manda Eran costosas, tardadas y algunas veces pe– liglOsas La oportunidad de hacer fOl tuna estaba a– bierta pala aquel que proveyera transporte más con– veniente a California, y los promotores de canales, fe–
llocauiles y aún la combinación de vapores y trenes. maquinaban para hacer dinero de los pasajelos que iban y venían de la tierra del oro. Squier, convirtiéndose en el promotor de una de las menos conocidas de las lutas ístmicas, la de.l istmo de Honduras, pensaba que tenía la solución del problema del ttansporte y la lla– ve para su fOl tuna personal.
DUlante su primera visita al Golfo de Fonseca en de todo Honduras Esta circunstancia topográfica ha– Marzo 1850, Squier notó que un valle angosto cruzaba la larga cadena de montañas continentales celca del Golfo El valle, descubrió Squier, ela el del río Goas.. corán que fluye de cerca de Comayagua al Pacífico Otro río, el Ulúa, con sus fuentes a solo unas pocas mi– llas de distancia de las fuentes del Goascol án, fluye en la otra dirección, hacia el Atlántico. El curso de los dos ríos fOlman así un valle transversal a través de todo Honduras. Esta circunstancia topográfica ha– bía llamado la atención de súbditos Españoles desde plincipios del siglo XVI y su uso había sido propuesto al Monarca, pero ningún camino transcontinental se había construido. (6)
Pensando que el Canal por Nicaragua selía cons– tt uido muy pronto. Squier, al principio, no le dio im~
portancia especial a sus observaciones Dos años más tarde, cuando estaba claro que el canal no sería cons– truido, comenzó a considerar seliamente las ventajas de una ruta de transporte a través de Honduras. Esta ruta, de acuerdo con Squier, era cerca de 1500 millas marítimas más corta que la ruta de Panamá, la que no estaba aún en operación Como resultado de sus cálculos preliminales, en el otoño de 1852, Squier de– cidió promover la ruta de Honduras contra todas las demás. Comenzó una característica búsqueda diligen– te de apoyo financiero, siendo su primer objetivo rea– lizar un
estudio personal del terreno para determinar la factibilidad de una ruta de ferrocarril y vapores des~
de el Golfo de Fonseca en el Pacífico al puerto de Omoa en el Atlántico (7)
Squier explicaba a su amigo Charles Eliot Norton, algunos de los atractivos de la ruta hondureña: liLa distancia. en línea recta desde Drooa al Golfo de Fon
w
seca es de 136 millas. Por una mitad del camino, es~
to es, de Ornoa hasta unas 12 millas de Comayagua (SIC), la capital de Honduras, existe una plofundidad navegable de agua en el río Ulúa para navíos de 200
toneladas Entre ese punto y el Pacífico existe un va~
He transversal, de acuerdo a mis propias observaciones y la mejor información que he podido obtener. Un fenocarril parece ser factible, y yo me vaya cerciorar si lo eS. La distancia de NE'w York a California por este rumbo es sólo de 200 millas más larga que la de Tehuantepec Esta última está llena de difificultades, políticas y nacionales Tiene puertos malos a ambos males. La plimera no tiene tales dificultades, y tiene excepcionales puertos a ambos lados. Es 800 millas
más corta que la de Nicaragua y 1500 que la de Pa– namá". (8)
De Norton, así como de otros, esperaba Squier obw tener apoyo financiero pala el proyecto ferrocarrilero más desde el principio era evidente qUe estaba intere~
sado en algo más que un feuocarril a través de Hon– duras. Squier creía que Honduras, para no decir todo Centro América y México, caería inevitablemente en manos de los Estados Unidos. (9) Honduras, en opinión de Squier, era un país rico pero sin desarrollo, con vastas áreas de fértiles, incultivadas tierras, y con ri– cas, inexplotadas minas, todo espel'ando el toque má~
gico de un pueblo más vigoloso y enérgico Creía que colonizadores de los Estados Unidos y Europa, si sólo supieran de las ventajas de Honduras, llegarían a mOllw tones y la harían plospelar Todo 10 que necesitaba ela transporte y publicidad. "No es mucho anticipar", arguía, "que un país tan favOlecido con respecto al sue~
lo y al clima, atraería a sus playas una numerosa emi~
gl ación, tan pI anta como el establecimiento de líneas de vapores y la apertura de medios de comunicación pelmitiera a los hombres dirigir sus empresas adelan– te con un prospecto de ventajas". (lO)
La fe de aquellos que creían en el ferrocarril de Honduras está mejor expresada aún por J V S. Antho~
ny, un artista que visitó a Honduras en 1857:
"Comenzad el ferrocarril, caballeros! Abrid el país más rico del globo a las empresas del mundo! Dejad que el "caballo de hierro" relinche a través de sus ma~
jestuosos bosques, y sus maderas se convertirán en bru
w
ñida plata, SU yerba en resp1endente oro, sus pequeños plantíos en prósperas plantaciones Yankees; la hoZ' y el arado suplantará al machete y la ruda macana; las malezas, cerradas y recias, se convertitán en ondulan– te maíz y cebada; y las pequeñas ciénagas pronto es– tarán cubiertas de nutritivo arroz. todo produciendo abundancia y sonriente satisfacción a los intrépidos aventureros. (11)
Para sacar ventaja de la ola de inmigrantes que se esperaba hicieran a Honduras prospelar, Squier quería tierras, "tanta como fuera posible", que pudie~
ra ser vendida a los colonizadores. (12) La tierra, pen– só Squier, podría convertirse en dinero sin importar lo que sucediera al proyecto de ferrocarril uSi la ru– ta de aquí (Comayagua) al Golfo de Honduras, resul– ta buena, yo haré algún arreglo condicional por el que tu (Amory Edwards) y yo, podamos hacernos de algu– na propiedad que, haya camino o no, resulte pronto de glan valor pero que ahora puede obtenerse por una bi– coca" (13) Evidentemente esperaba adquirir tierras en lugales estratégicos y mantenerla hasta que el fe– lloc·arril y/o la inmigración aumentaran su valor. Tam– bién quería el control de minas, de oro. plata, cobre, diamantes, carbón y hierro, hasta ahora inexplotadas
u por falta de conocimientos científicos, inteligencia, ma– quinaria y capital" (14) El ferrocarril, entonces, aún el núcleo de su programa de plomoción, sería sólo una fuente de dos millones que Squier esperaba hacer en Hondulas
Aunque Norton no creyó oportuno unirse a la em– pI esa, Squier tuvo poca dificultad en localizar a siete personas que estuviesen deseosas de inveItir $1,000 ca– da una para financiar una expedición explotadora pre-
27
This is a SEO version of RC_1968_11_N98. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »