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liminar El antiguo Secretario del Tesolo, Robel t J Walker, un ardiente expansionista, y el Comodoro Ro– belt F Stockton, cuya experiencia CalifOlniana du–

lante la Guelra con México le había despeltado a la necesidad de mejOles comunicacion.es con la costa del Pacífico, estaban ent1e los contribuyentes Comer–

ciantes neoyorquinos, entle los cuales AmOlY Edwallls ela el más entusiasta, fOlmaban la maYOlía del resto Squier, el octavo contribuyente, se complometió a en– cabezar la expedición y llevar las negociaciones nece– sarias con el Gobielno de Honduras para una conce– sión (14) El plopósito de la expedición, según Squier, no el a pal a localizar una ruta definitiva, sino simple– mente determinal "su mayor o menOr factibilidad y su

cmso aploximado". (l6)

La expedición, apresuradamente organizada, con– sistía en Squier, tres ingenielos, un dibujante y un mé–

dico que doblaba como minelalogista Salió de New York en Feblelo, 1853, a guisa de una "expedición' científica" pala escapar ser descubierta POl compañías rivales (17) Desembalcando en San Juan del Norte Cluzaron el istmo POI la rute nicalagüense de la com– pañía de Vandelbilt y comenzaron su babajo en el Golfo de Fonseca. Los ingenieros, encabezados por el Teniente William N Jeffers, de la Malina de los Esta– dos Unidos, no encontraron impedimento serio a su progreso y rápidamente concluyeron la explOlacipn su– malia de la luta propuesta Jeffers, cuyo lecOld pos– terior como ingeniero palece lefutar el juicio de Squiel

de que "tiene los ojos más pobles para la topografía que hombre alguno que haya conocido", (18) infolmó de Comayagua en Mayo; y de Omoa en Junio, 1853, que no podría haber selÍa dificultad en cansÍl uir un

ferrocauíl soble el telleno eraminado Jeffcrs con– templaba la construcción de un ferrocallil a través de toda Hondulas, aunque el plan Oliginal, tal como lo concebía Squiel\ ela usar vapOles soble el río Ulúa al lado Atlántico y soble el lío Goascolán al lado Pací– fico en toda la extensión que fuelan navegtables (19) Mienhas los ingenieros se familiatizaban con la topoglafía de Honduras, Squier se ocupaba de la polí– tica Hondmeña La situación política era favOlable a tales empresas extlanjeuls como las que los ocho asociados pI oponían Hondwas tomó el único gobiel–

no liberal en Centl o Amélica en 1853 Aislada y aco– sada por la oposición de las otlas cuaho Repúblicas, pal ticnla! mente de la vecina Guatemala, -el fuel te

de Rafael Canela y el conselvatismo,- HondUl8S bien podda buscar ayuda por oha parte José Trinidad Cabañas, Plesidente de Honduras, había sucedido a

F1ancisco MOlazán recomo el jefe leconocido del pal– tido Libera! o Republicano'l y ela no sólo amigo de Squier, sino también decidide pro tidalio de una maYal extensión de la influencia de los Estados Unidos en

Centro Amélica (20) En esta atmósfera Squier apa–

leció en Comayagu8, la capital de Hondmas, en Abril,

1853, plepalado a saCal ventaja de la situación pala

su plopio benefiCio y quizás para beneficio de su pa– hia

Los jefes del Gobiel no de HondUl as, incluyendo a Cabañas y Ramón Mejia, Ministro de Estado, no es– taban en Comayagua cuando Squier llegó Estaban Seual teladas en Santa Rosa, empeñados en la seda ta-

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lea de sostener una guerra con GUatemala Sin em– bargo, la misión de Squier fue considel ada muy impOI– tante para exigirle espelal ellegleso del gobielno Ca– bañas delegó en León Alvarado y Justo T Rodas, plO– minentes comelciantes de Comayagua, la autoridad pa–

H~ negociar con Squier (21)

La concesión l esultante de las negociaciones de Co– mayagua, que dwaron un mes, aunque quizás no «mu_ cho más libelal en sus cláusulas que concesión alguna se haya autOliZ'ado pala similar propósito", ela todo lo que los Amelicanos deseaban Le concedía a la Com– pañía del Fenocatril Inteloceánico de Hondulas -aún

sin organizarse- el derecho exclusivo de construh un sistema de comunicación interoceánica a tr avés de Hondmas, le permitía el libre uso de maderas natura– les y piedra de constr ucción, especificaba que pasa– jelos de todas las naciones podrían usar la ruta libles de impuestos, lequisitos de pasapOl te y examen de equipaje por el Gobierno de HondUl as, y daba ocho uños para la terminación del trabajo El contrato hizo una excepcionalmente gen€1 OSa concesión de ticll as a la compañía Le concedió 1,000 millas cuadl adas de territorio en el Depaltamento de YOlO en la Costa A–

tlántica, y pelmitía a la compañía el del echo de com–

pI ar un ál ea igual o mayOl a lo largo de la linea del fellocanil a razón de doce centavos y medio POi aCle Squier sabía que las tÍeLIas de YOlO eran en su mn–

yor parte inaccesibles, pelO sus asociados quedan te–

ner a su disposición un área grande de terreno y YOlO era "el único lugar donde el Estado podda darnos una masa de tierra EN GLOBO". (22) El terrilolio de YOlo, Squier pensaba, necesitaba sólo de inmigrantes pal a

hacelse valioso A cambio de las concesiones recibi– das, la compañía acordó pagar un dólar al Gobielno de

Hondmas por cada pasajero mayor de diez años de edad El conh ato fue filmado por Squier y los repl e– sentanles de Hondmas el 23 de Junio de 1853 (23) Los siguientes pasos, asegUlar la aplobac.i6n de Ca– bañas y la latificación del contrato POI' la Legislatula Hondmeña, se complic8lon pm la guella COn Guate– mala Para inducir a Cabañas a actuar rápidamente, Squier oÍleció al Gobie¡DO de HonduJ3S un préstamo pala pagar los gastos de leunir la Legislatuta en una sesión exhaOldinaria (24) Aunque estaba entonces empeñado en una expedición contra Guatemala, Caba–

ñas invitó a Squiel, por medio de su Minisho de Es~

tado Mejía, a llegar a los cuarteles del gobielno en Sant:\. Rosa para discutir sus propuestas l25)

Ella de Julio, Squier llegó a Santa Rosa sólo pa– la encontrar que Cabañas se había ido a la flontela El Ministlo de la Guella, sin embargo, pelmanecía en

Santa Rosa POI motivo de enfelmedad, y Squier inme–

diatamente comenzó una serie de impOl tantes conver– saciones con él y obos ñmcionarios del gobierno de

Honduras USe me dijo que mj llegarla el a espel ada con ansia", infOlmó Squier, "no sólo en leielencia a nuesho ployecto sino en leferench a ohos asuntos que por mucho tiempo habían ocupado sus pensamientos" Cabañas, le dijelon a Squiel, había peJd"ido toda espev lanza de paz o plosperidad pala Honchnas pOl la– zón de la constante hostilidad de los Consel vadoles de los otlos Estados de Centlo Amélica, y POI lo (an10, deseaba "pr Qcm al la admisión de Hondlll as a lB. Unión

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