Page 101 - RC_1968_04_N91

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Sin empargo, Cos.ta Rica ~staba dispuesta a so. meter el asunto al artl1tramento <le una o <lOS gran.

des potencIas europeas, o a uno o dos de loa W;sta<los de AmériCa; y en este caso <laría por cancelados. sus crédltos contra .Nicaragua.

~n la seslón <le! 7 de febrero, Dionísio Chamorro reaürmó la propuesta hecha en la pnmera conteren. cla, pero a<lvlrtlendo que la línea <lebía partir del Atlántico sobre la rlpera derecha del Colorado, y que estaba autorlzado para rebajar la indemmzaclón solio cltada a la suma de 100.000.00 pesos pagaderos en diez años, además de la cancelación de los créditos d,e Cos.· ta Rlca contra Nicaragua y el pago de lo que a Nica, ragua correspondía en el empréstito federal.

Los costarricenses contestaron el nueve, insistien. do en sus derechos y que no estaba al arbijtrio del go. bierno "consentir a una notable desmembración de lo que de hecho y de der~cho pertenece a la República"; y que no tenía por qué acordar indemnización, porque sería un doble sacrificio nacional. In&istía en su propuesta demarcación, cOn la düerencia de que esta vez admitía que el límite debía ser dejando de parte de Nicaragua la rama del San Juan llamado Colora. do. Pero siempre debía trazarse una recta desde la salida del San Juan hasta la desembocadura del río "La Flor" en el Pacifico. Esta línea pasaba un poco abajo de las islas Solentiname y dejaba por consi– guiente una gran porción del Lago como própiedad de Costa Rica, y desde luego casi toda su ribera. Ni. caragua, que estaba luchando por recuperar lo suyo, no podía admitir perder más, aún lo no reclamado hasta entonces.

En el memorandum del 13 de febrero, Costa Rica hizo su última propuesta Que Nicaragua reconociera por limite con Costa Rica la punta de "Descartes" en el Pacífico, "y contilnuando por la playa meridíonal de dicha punta tomar en línea recta al separarse del mar hacia la desembocadura del río "Refugio" en el Lago de Nicaragua, y la ribera de éste al río de "San Juan": de allí la margen meridional de dicho río has– ta el "Colorado" y tomando la ribera de éste hasta su desembocadura en el Atlántico. Serán libres para el tráfico de importación y exportación de Costa Rica las aguas del río y Puerto de San Juan, sin que en tiempo alguno sea gravado el comercio con ninguna clase de impuesto. Costa Rica renuncia para siempre la navegación libre del Gran Lago; y por vía de ce. sión gratuita ofrece auxiliar el Tesoro de Nicaragua con cien mil p€sos fuertes pagaderos por décimas par. tes en diez afias, incluyendo en esta cantidad las que aquel Tesoro debe al de Costa Rica, previa liquida. ción. Costa Rica, renuncia todo derecho al Castillo con una legua de radio sobre el territorio en que se halla". .

Esta proposición restaba a Nicaragua la faja de terreno de ocho leguas entre el San Juan y la línea divisoria proyectada hasta el Sarapiqui. Parece muy aceptable ahora que estamos frente a una solución definitiva mucho menos ventajosa.

La misión habia fracasado y sólo pensó en re. gresar. Pero antes, el 22 de febrero; Dionisia Chao morro estimó conveniente presentar una protesta. La administración, de Nicaragua, decía, t~mía por base de su política la armonía con todos los gobiernos y pueblos, y más con los Que formaron parte de la Fe. deraciónde Centro América. Costa Rica se hallaba entre 'estos últimos, de aquí que el Gobierno de Nica. ragua, habiendo fracasado en muchos reclamos para reinvidicar el Partido de Nicova, se proponía concluir un arreglo fraternal, a base de reciprocos sacrificios y ventajas; se prescindía de la cuestión de derechos nara proponer una transacción. ofrpcipndo::l Costa Rica todo lo que por Su situación debía apetecer ra. zonablemente, y a"un más de lo que otras veces ha

pedido". Pero Nicaragua veía con pena que Se me. nospreciaran ssu esfuerzo~, sobre todo, que Costa Ri

7 ca aumentaba sus pretenslones, ya que no s6lo se li.

mitaba a transformar en perpetua la posesión del Par. tido de Nicoya, que temporalmente y a manera de de. pósito le confiriera el Congreso Federal, sino que pre. tendía cercenar el Distrito de Rivas, adjudicándose el pueblo de Tortuga, y el Departamento de Granada en las riberas del Gran Lago y en río San Juan. El Gobierno de Nicaragua, según la protesta, se había resuelto a cargar con la responsabilidad de tal arreglo, pues la opinión de los nicaragüenses era muy pronunciada porque se reiJicorporara el Partido de Nicoya a Nicaragua, y a que no se cediera un ápice

d~ dicho territorio. Por lo mismo, no sería difícil que la negativa de Costa Rica llegase a violentar la bue~

na disposición del Gobierno de Nicaragua, "y a dispo. nerlo á dar cumplimiento a los decretos legislativos que le ordenan proceda de hecho a la reincorporación del Partido de Nicoya, para 16 cual cuenta por ahora con medios sobrados y coil una pronunciada opinión en todos sus pueblos. Muy bien puede esto suce. der, repito, porque ya es en él un deber dicha reino corporación, después de haber dado todos los pasos que demanda la prudencia, la humanidad y la civi. lización".

Si llegaba a suceder tal reincorporación, y Costa Rica dec1arabá la guerra a Nicaragua para recon. quistar aquel territorio, el Ministro protestaba que Costa Rica sería "responsable ante Dios y los hom. bres de toda la sangre fraternal que se derrame". Lo

mismo si Costa Rica llamaba en su auxilio alguna poderosa nación extranjera, porque Nicaragua haría otro tanto para defenderse con iguales armas, y en~

tonces sobre Costa Rica caería "el vilipendio; el des. honor y todas las más graves consecuencias que pue. (len resultar a Centro América".

Los comisionados de Costa Rica para estas con. ferencias pusieron el grito en el cielo ante la protes. ta del Ministro de Nicaragua. La calificaron de "amenazas que pueden hasta cierto punto considerar. se como l'na declaratoria de guerra". Tuvieron fra. ses muy duras para don Dionisia Chamorro, excusan. do su actitud como un exceso de sus instrucciones, y llamando calumnia al supuesto de que Costa Rica seria defendida por una gran potencia, como era de suponerse respecto de Inglaterra de quien era noto– riamente protegida.

Una vez Que la Legación se restituyó a Nicara– gua, el Presidente Mora de Costa Rica hizo un via– je por la Provincia, con objeto de asegnrar la fide_ lidad de sus habitant.es. En el GU::lnacaste, según nos informa el historiador Jerónimo Pérez, tuvo plá. ticas con el caudillo liberal Lic. Buen::lventura Selva, auien le dio a conocer que se preparaba una revolu– ción cont.ra Fruto Chamarra, y le pedía la· neutrali. dad de Costa Rica. Mora, encantado, se la prome. tió. poraue cualquier desorden en el vecino Estado redundaría en provecho de sus miras sobre consoli. dar para Costa Rica el territorio en depósito que maquinaba convertir en propio. Un desorden de Ni. carag"a lo había puesto en manos de los costarricen. ses: otro desorden 10 dejaría allf definitivamente. i.Prometpda algo Selva en cambio de la neutrali. dad? ¡.Hablaría de arreglar al gusto de Costa Rica el problema de frontera? No lo sabemos; pero es muo cha coincidencia que el jefe de aquella revolución hl\va sido después el más empeñado en ceder a Costa Rica el territorio disputado, en una forma ml1cho 'más ventaiosa para ésta aue la prOPUf'sta por Chamort'o. La amf'naza del Ministro de Nicaragua era iusta

'V' bien fundada. Costa Rica retenía lo Que era suyo. En nue~tra historia hay otro C::lSO semeiante. Nica– ragua dio a Honduras en depósito la provincia de

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