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cumple a las relaciones entre los gobiernos por distan– ciados que se encuentren.

Honduras no aceptaba la mediación porque el Estado de Guatemala "ha sido él autor de la guerra", ya que la invasión de Arce había hecho necesario el auxilio bélico de los Estados confederados a El Salva– dor, y la ocasión de pasar estos auxilios por Hondu– ras se había convertido en revolución para derrocar su gobierno. "El Estado de Nieoaragua y el Supremo De– legado -,-reza un párrafo de, aquella nota- han que– rido sostener y legalizar las invasiones de Honduras por tropas del mismo Nicaragua, fundados en qUe el fin con que ellas marchan era el de apoyar la justi– cia que tiene el Estado de El Salvador por la agresión verificada del de Guatemala".

, La contestación de Honduras a las propuestas de paz del Supremo Delegado, fué aún más dura y aún sarcástica. Su gobierno, dice' el, Ministro, de Relacio– nes Coronado Chávez, le. ha pr,ohibido contestar la ex– tensa ,nota del Supremo Delegadp sobre la manera de hacer la paz, a no ser para protestarle "la espantosa sorpresa" que le causaba la reaparición del gobierno confederado que pareCÍa paberse hundido en la nuli– dad de su propia c>ondu,cta.. · " '"

Honduras y Nicaragua habían derramado sangre en el territorio del primera, lo qUe probaba quién ha– bía sido el agresor, por lo tanto, Honduras Se negaba a que se intentase refutar "las. injurias y falsedades con que se le hiere"; y menos queda que se le hablase de bastos qu, sobre inútiles y gravpsos a los confederados, , "les acarrearían el no,m1;>re, de .imbécUes". Honduras no desistiría de las medidas que hapía adoptado.

El Ministro Chávez encontraba extraño que el Supremo Delegado, hubiese esperado dos reveses por parte de Nicaragua para proponer tratados que ataja– ran la guerra, adornándose a'si "del ropaje del hermoso ángel de la paz". Era necesaI,'ío para este objeto, agre– ga Chávéz, "un prudenté troyano para precaver las ten– tativas del astuto griego". Doride claramente insiste en atribuir a F'ruto Chamorra la idea de meter en Hon duras las tropas que debían ~elTOCar a Ferrera, v~-

liéndose de la Confederación como de un nUevo ca– ballo de Troya. Pero esto se hallaba muy lejos del ca– rácter y de las intenciones del Supremo Delegado.

Como si esto no bastara, los gobernantes de Hon– duras y El Salvador asestaron a la Confederadón el golpe de gracia, poniéndose de acuerdo contra ella. El 11 de enero de 1845, contestando El Salvador una nota de Honduras del 5 de noviembre, admitía que era efec– tiva la nulidad del gobierno Confederado, y que sin haber servido para bien alguno a los Estados, acaso era culpado de no haber puesto los medios para evitar al– gunas de las desgracias que habían sufrido Honduras y El Salvador en la injusta guerra que les había hecho y estaba haciendo Nicaragua; El Salvador había man– tenido relaciones con el último por delicadez'a y respe– to al pacto con los otros Estados, y por hallarse la Con– federación establedda en su territorio, más no porque lo creyese útil para algo.

Quizás otro hubiera tratado de escapar a tiempo ante tantas düicultades, peligros y amenazas; pero F'l'u– to Chamorro era un hombrt! "de temple extraordina– rio", como reconoce su adversario el historiador Gámez, capaz de soportarlo todo antes de faltar a su deber como Supremo Delegado. Hubiera traicionado sus máximas si abandona el puesto antes del término de su peroído legal; pero completado éste, y no habiendo sucesor, pu– blicó un decreto el 29 de marz'O de 1845, por el cual cerraba el despacho del Supremo Delegado por no ha– ber persona legal que le suc,ediera, ya qeu nadie había sido designado Delegado, ni estaba reunido el Consejo llamado a elegirlo por la suerte.

Fruto Chamarra regresó a Nicaragua. La guerra había pasado. Malespín mismo había sido derrocado del gobierno de El Salvador. La Asamblea nicara– güense aprobó la conducta del Supremo Delegado y el proyecto de reformas a la Confederación. La Asam– blea ordenaba al Poder Ejecutivo que excitara a las Le– gislaturas de los otros Estados para que asimismo lo aprobaran, y un vez hecho, convocaran al pueblo p'l.ra elegir la primera Legislatura que, conforme al proyec– to, deberá ejercer funciones de Asamblea Constituyente.

CAPITULO 5

IDEOLOGtA CONSTITUCIONAL Y UNIONISTA DE FRUTO CHAMORRO

l.-Necesidad de una reforma. 2.-0rganización del :poder Legislativo. 3.-El Poder Ejecutivo. 4.-El Poder Judicial. S.-Responsabilidad de los

funcionarios.

l. NECESIDAD' DE UNA REFORMA.

En el proyecto de reformas que presentó Fruto Chamorro a las Legislaturas dé los Estados hemos po– dido estudiar sus ideas ypropósitbs dé estabilizar la unión de los EstadoS; y sobre tocio, su ideología cons– titucional, la mi$ma qlie' dirigió su política cuando Se propuso organizar a Nicaragua: sobre bases más prácti– cas y estables.

, La experiencia propia frente al gobierno confede– rado, así como las obsery¡iciones de Costa Rica y Gua– temala, le habían ,revel1:\do)os defectos de que adole– cía el pacto de Chinandega.' ,

La principal 'deficiencia era la misma de la Cons– titución federal de 18'24: Vn Poder Ejecutivo débil; un Congreso fuerte, casi dictatoI-ial. En los momentos en que Fruto Chamarra escribía su exposición de motivos al' proyecto de reformas, diciembre de 1844, los Esta– dos confederados se hacían pedazos entre sÍ, en un'! guerra de hermanos. Todo porque al Supremo Dele-

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gado le faltó fuerza militar para imponer su autoridad, pues debían dársela los mismos que le desobedecían. En esto, Fruto Chamorro seguía las lecciones del gran maestro de la' democracia y del gobierno fede– ral, Jorge Washington; quien, en su "Despedida" en· señaba que para preservar las libertades públicas, era preciso un "gobierno vigoroso"; porque los "gobiernos débiles" son incapaces de contener las facciones, de im– poner el respeto a las leyes y de asegurar el goce tran– quilo de los derechos individuales.

Nadie ignora dónde radica el mal -razona F'ru~o

Chamoro-; pero cada uno discurre de modo diferen– te sobre su remedio; Unos quieren gobierno centr3.1, otros la mano fuerte de un dictador, cuales que se mu– de el personal; más nadie hasta ahora Se ha propuesto desarollar un plan de mejoras, y agrega: "Callan 103

políticos, callan los inteligentes, y la Patria' camina a su ruina; preciso es que hable el que sin más cualida– des que su patriotismo, se ve obligado a efectuarlo". Un gobierno central no es posible; pues, si hubie– ra sido lo mejor inmediatamente después de la inde-

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