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« Previous Page Table of Contents Next Page »León, Costa Rica, Comayagua y parte de San Salvador. Están las de las dos provincias primeras enteramente sin culiivo ni beneficio, que se presta muy poco a al– gunos de las dos últimas. y 1\0 necesito en or~en a la marina más que copiar lo que sobre ell~ confIe~en
mis instrucciones. Dice así uno de sus arhculos: En la fuerza pública se comprende la armada naval. _y
siendo éste el primer camino por donde la Espana ha de elevarse al grado de poder y respeto que. de justicia se la debe entre las nacio~es, han_de cU1da,r las Corles por una Comisión espec1al de. ~enalar arb1– irios practicables para promover Y faClIliar la cOnS– irucción y havilifación de buques en iodos los parages de nuestros dominios señaladamente en este reyno y provincia, donde sobran las proporcione~, y Sólo fal– tan voluntad y energía para aprovecharlas .
~Quál, pues, será la su erle de aquel reyno? , Su aniquilación si dura la presente gUE7rr~, y cesando esta su mismo deplorable estado: s~J:(\lsfIendo las caum:~s
que 10 motiban. Ya la constífuC10n precave unos ma– les, y espero de la justificación de V.A. que coadyu– vando eficazrnente hará lo que r:orresponde a sus altas funciones. Así co:mo es r>ecesaria la separación de ra:mos de ad:ministración, es también indispensable para su adelanta:miento que la inspección inmediata que se t~nga sobre e11o$ ~o sea en, un ±errito;io de:ma– siada:mente extenso. y Sl no, ¿que otra razon ha ha– vido para hacer las divisiones que vernos en los man– dos? ~La peninsula, siendo menor que Guatemala, estaría corno la hemos visto tan floreciente si se hu– viese sujetado a sólo un governadoT que tuviese sobre sí tantos cuidados? En manera alguna, y creo que son harlo conocidas por V.A. :muchas observaciones que pudiera hacer al intento para demostrar las varias uti– lidades que resultan de esía especie de divisiones, no sólo en lo general sino tambien en particular, respec– to a dicho reyno.
Menores rnotibos han bastado en lo restante de la América para dividir los mandos. Pudiera citar va– rios eje:mplares, pero me restrinjo a sólo dos por algu– na analogía que guardan con León de Nicaragua: son Guadalaxara y Campeche en Nueva España. El pri– mero no dista de la Capital de Mexico mas que 100
leguas y el segundo un poco lnás de 150. 200 es ca– bal:rnente la gran distancia que hay de León, capital de mi provincia, a la de Guatemala, y 400 desde ésta a CaTiago, capital de la provincia de Costa Rica, que en los úlii:mos lugares por donde confina con la Am.é– rica Meridional dista 500. Ade:más, los caminos por donde se :!ransita de Guadalaxara y Ca:mpeche a Méxi– co son en lo general planos, sin mayores i:mpedimen– tos p~ra que los recursos puedan despacharse con pronfItud; pero los caminos de las provincias enun– ciadas a Guatemala son 1TIUY fragosos y quebrados, nada transitables, parlicularmente en los lugares que hay :montañas que dificultan la provisión de avías para los tr-anseuntes. A la aspereza, pues, de cami–
no~ es consiguie:nte la escaces de correos y la ·tardan– za 1nvo~un.faria de éstos, especialmente en los seis me– ses de 1nV1erno en que las n1.ontañas y ríos peligrosos Henos de agua impiden el tránsito de modo que en la estaci?n ordinaria se recibe en Cartago la oorres– po.ndencla hasta pasados dos m.eses. ~Y la causa pú– bhca en. toda su extensión no está interesada en que se prachque en tan ren1.o:las provincias lo mis:mo que con menores motibos se practicó saludable:mente en t
as de Nueva España estableciendo capitanías genera-es en q~adalaxara y Campeche? Aun quando tan útil
~eparaClon no sirviese a León de guía para solicitarla 1 9
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ualrnente, las circunstancias ya espuestas la exigi-r an de necesidad. -
. .No haré mérito de la conducta política de mi pro–
l~ncda ,en las. delicadas circunstancias del día ni de h s e!X\?siraclOnes públicas con que ha detestado y l°h'°rlzados e de las insignuaciones y convites que
~rl~n hecho las reveldes con quienes confina. Sobre ;uaci9dlar :me reserbo hacer oira manifestación, per-
1 o corno estoy del alto aprecio que justamente se
hace de ellas por V.A., que proTL1.ueve por todos me– dios la unión para la defensa común Lla:mo solaxnen– te la .superior atención de este supremo Govierno hacia las Clrcunsiancias parliculares de la referida provincia. No traheré a colación su antiguedad ni el lugar de preferencia que siempre ha :merecido, especie que se resintiría del espíritu detestable de provincialismo. Quiero, si :me es permitido, internar a V.A. en su te– rritorio para que vea más de cerca quánta es, no digo la utilidad, sino la necesidad de que un sujeto de la elección de V. A. y bajo su inmediata protección y dependencia, valiéndose del conducto sie:mpre bené– fico de sus dignos y zelosos Ministros, cuidé y vele de su prosperidad.
Por ser breve no haré una larga enumeración de las producciones agrarias e industriales de aquel sue– lo. Menos xnolestaré a V.A. con presentarle un difuso pormenor de lo que :me instruyen y desean los quatro ayuntaxnientos de la prov-incia. Traheré sola:mente a la letra un párrafo de las instrucciones de mi cavildo elector. Dice así: "La provincia de Nicaragua pued" disputar la preferencia a las más distinguidas de la na– turaleza: sus hermosas y apetecidas producciones y su situación local despierlan las esperanzas más lison– geras de sostener un comercio universal; un terreno llano, tres puertos a la :mar del Sur y dos al Norle, una Laguna y Ríos navegables, Montes de las :mejores maderas, xnateriales abundantes de Jarcia y Belamen, Breas y Alquitranes facilitan el estableci:miento de magníficos Astilleros. El Añil, la Grana, el Cacao, el Palo de Brasil, la Zarza, el Carey, el Cara<;ol, las Per– las, las Conchas, la Bainilla, el Algodón, las sedas de monte, el Café, el Achiote, el Tabaco, la Azucar, los Bálsamos, la Peletería, el Oro, la Plata, el Plo:mo, el Cobre, y el Fierro son los frutos y producciones xnas comunes de este feraz suelo y sus costas, el tem– peramento benigno y sano por la mayor parle, la fer– tilidad y abundancia de las cosas necesarias para la vida, sus naturales bien hechos y conforro.ados, apa– cibles y afables, axnantes de la hospitalidad y de las xnejores disposicion.es de alma para las ciencias y aríes, son todas prerrogativas :muy singulares. ¡Pero qué dolor! Tantas preciosidades están cozno el tosco diaznant,e que espera la mano diesira del Artífice que lo haga 'lucir. La industria del ho:mbre, que en todas parles ha hecho tantos progresos, aquí no ha dado un solo paso. Todo está en manos de la Naturaleza, y en xnedio de unas riquezas positivas la miseria tiene asentado su trono. Sin política, sin da:minos, sin Puen– tes, sin Puertos corrientes, sin comercio, sin Agricul– tura y, en una palabra, sin Govierno, el país más delicioso carnina a pasos tiranos a ser havitación de bárbaros Hotento±es. ¡Qué desgracia I Quítesenos, pues, este pesado yugo de trabas que nuestros padres ni nosotros he:mos podido sufrir, y nuestro Represen– fante, al manifestar tan horroroso quadro, diga: "Esta es la obra de aquellas manos ... 1"
Bien conocerá V.A. 10 que indican los puntos sus– pensivos de la cláusula anterior. La pluxna de mis comitentes se resisfió a :mencionar con claridad el go–
vierno :ministerial de Dn. Manuel Godoy, cuyas con– secuencias llorará sie:mpre todo español. Permítaxne V. A. que sin eslendenne más haya hecho sólo esa breve indicación para no recordar tieznpos tan calami– tosos y el desprecio con que eran v~sfos los claznores del vasallo. ¡Quántos y qué inútiles fueron los que hi– zo León de Nicar<~gua! Pero corno a sus agentes no se les proporcionó por escaceces :Iodo el oro que era menester prodigasen en los solicitudes que entabla– ban, aun las xnás justas, las enunciadas Corrieron la s\.lerfe que airas y se quedaron en el :mismo estado.
Frutos tan preciosos cozno los relacionados creo que son dignos de alguna consideración. Todos son esporíables. Prescindo sin e:mbargo de los demás, só– lo por fijar la atención de V.A. en el Añil, la Grana y
el Caracol, el ":múrice" celebrado supersticiosamente por la antiguedad, que reserbava para el manto de los Monarcas el uso de su color. No obstante, su fo-
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