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« Previous Page Table of Contents Next Page »Viene un Manifiesto del Presidente G6mez a los hondureños.' El Presidenfe Provisorio de Honduras se manifiesta partidario entusiasta de la unidad centro– americana lo que tiene encaníado al Gral. Jerez. Este escribe a Gómez una carla muy aduladora felicHándo– lo, carla que yo hago.
La mayor parle de los. einigrados están alojados en el Cabildo que hemos convertido en cuarlel sin pedírselo a nadie.
El CabUdo de Nacaome es muy bonito y por cier– to que no se armoniza tan buen edificio con un pue– blo tan pobre y ían pequeño. En el patio, que es basianíe grande, hay una horrible construcción de calicanto que sirvió hace tiempo de prisión y que ahora solo se ocupa para guardar materiales que se emplean en la fábrica del Cabildo, pues piensan se– guir trabajando en la Casa Municipal. La tal prisión es una pavorosa mazmorra, obra de un Comandante salvaje.
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Se sigue hablando de organización y comienza a manifestarse cierlo desacuerdo. Jerez me dice que piensa nombrarme General de Brigada y yo le ruego que no haga tal cosa. Sarria espera que 'se le dé el grado de 2. Jefe de la revolución. Tenemos una reu– nión en la casa de Juan Rodríguez con el objeío de convenir en algunas indicaciones que pensamos ha– cerle al Gral Jerez y en orden a organizac~ón: yo es– cribo un Memorándum de lo convenido.
Entre oíras indicaciones que haremos a Jerez se– rán que nombre a Salamanca Mayor General y a Ma– nuel Rivas Comandante de Caballeria.
Sarria no puede ocultar su deseo de que lo indi– quemos para 2. Jefe y yo me apresuro a estampar este punto. Tengo casi plena seguridad de que Jerez no hará ningún caso de nuesíras insinuaciones.
Don Pío que no sabe a qué nos reunimos, en ca– sa de Juan Rodríguez, quiere hacer aparecer todo esío como un complot para rebelarnos coníra Jerez.
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Primera Orden General del Día. Don Pío Casfe– llón, 2· Jefe, Dn. Toribio, Mayor General, Trinidad Salazar, Cuarlel Maesíre y Pascual Salamanca, Ins– peetor qenerl:ll. Galarza, Manuel Rivas y Juan Rodrí– guez no tienen colocación en el Estado Mayor. A mi pesar soy nombrado General de Brigada. Esía prime– ra orden ha sido, a mi juicio; uno de los más grandes disparates de Jerez: ella produjo un desagrado gene– ral. Cuando a mi vino informarme de ella Taño Me– jía, creía que era una broma de las que él acostum– bra.
Pero si todos se disgustan con la orden de hoy, Sarria está frenético, por no haber tenido ningún puesío en el Estado Mayor: hace y dice los mayores disparates y no es uno de los menores el andar ame– nazando con irse y llevarse a todos los soldados, que segúri él pretenden lo seguirían, a donde quiera que vaya.
Jerez me comisiona para que trate de calmarlo: procuro desempeñar este encargo de la mejor mane– ra posible y después de discutir con él más de una hora logro apaciguarlo con la esperanza que le dejo entrever de que pronio será ascendido al grado de Brigadier: ahora es Coronel.
Este Sarria es un tipo de candor. Como yo le ha– blara de abnegación y pBiriofismo, me contestó: "Vea, primo, yo he salido de mi casa por figurar".
Inútil decir que no tuve tiempo de presentar a Jerez el Memorándum de lo que se resolvió, en casa de Juan Rodríguez.
PascualHo manda de Tegucigalpa un Convenio que ha celebrado con Medina, conVenio por el cual nosotros, obraremos en todo de acuerdo con el qo– bierno de Honduras y este reconoce a Jerez corno Jefe de la revolución que va a estallar en NicaragUa.
Jerez coníesta a Pascualifo diciéndole que aplaza la ratificación de este Convenio para cuando llegue la noiicia de haberse puesto de acuerdo todos los Go– biernos de Centro América sobre los asuntos de Nica– ragua. No comprendo qué significa esto. Creo que nosotros ndsmos nos esíamos creando embarazos.
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Como la orden general de ayer causó tan grande y general desagrado, dispónese por la de hoy que ce– sen en sus respectivos destinos Dn. Toribio, Salazar y
Salamanca. Don Pío asume las funciones que cada uno de estos individuos desempeñaba, y se convierle casi en Jefe ~e la revolución. Nuevo des~gra~o, ma– yor que el de ayer: todos reconocen la lnepfHud de
Dn. Pio y no se explican la impodancia que en asun– tos puramentes militares le da el Gral. Jerez.
Viene Medinifa de El Salvador y dice que trae comisión de aquel Gobierno para instar al de aquí a que declare la guerra a Nicaragua. Jerez escribe a Gómez con MedinHa quien sale de aquí una hora des– pués. de haber llegado la carla de Jerez para Gómez se Linita a palabras de buena amistad. Ni sé para qué sosfenemos esta correspondencia, tan seguida con un Presidente de nombre, pues quien verdadera– mente manda en Honduras es Medinón.
JUNIO 23
Don Julián Castellón se fue esta mañana para Choluieca, donde todavía queda un número conside– rable de ernigrados que esperan nuestra llegada.
Me afirman en la Tesorería que Dn. Toribio se mantiene llegando con recibos: este hombre es una sanguijuela insaciable. Recuerdo que en Amapala se hizo dejar un recibo de veinte reales para una jerin– ga. Creo que sin la entereza de Leandro Lacayo, que defiende tan valientemente la Caja esto no duraría dos semanas más.
JUNIO 24
Dia de San Juan. Tinoco se enoja porque le pi– dieron cuenta de $ 200 que se le dieron en Amapala para que nos recluiara gente en este Deparlamento. Hay que adverlir que no reclutó ni un solo hombre.
Gran disgusío de Dn. Pío con Leandro por cin– cuenta pesos que el primero pretendía se le prestaran de la Tesorería para "devolverlos cuanto antes". Co. mo Leandro exigiera que Dn. Pío presentara un fiador antes de recibir los cincuenta, éste se puso frenético y colmó a Leandro de insu1fos, pero no pudo quitarle ni medio.
Jerez recibe carlas de Gómez y Pascualito en las que piden les prestemos de dos a tres mil pesos para comenzar a equipar el ejércifo que debe invadir a Nicaragua. Qué poará hacer este Gobierno con tan pequeña suma?
JUNIO 25
Se contesia al Presidente G6mez y a PascualHo diciéndoles que están a la orden del Gobierno de Hon– duras mil pesos para que comience a movilizar su ejército, y ofreciéndoles mandar dos o tres mil más tan luego corno nos venga dinero.
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